Disclaimer

Los personajes no me pertecenen, son propiedad de Joss Whedon, Mutant Enemy, la W.B, UPN y FOX, solo los uso para entretenimiento. No persigo ningún fin comercial.

viernes, 14 de diciembre de 2007

3 años después de Sunnydale 2

Resumen: Secuela de 3 años después de Sunnydale. Esta vez Alex regresa para pedirles ayuda a los chicos.
Parejas: Spuffy
Rating: TP
Premios SS: Mejor beso Nominaciones: Mejor acción
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Tamaño: 43 Capítulos + Epílogo; Total: 43.158 palabras



3 Años después de Sunnydale 2ª temporada


CAPITULO 1

Año 2103

Una niña pequeña de aproximadamente un año y medio corretea gritando y riendo por un largo pasillo.
– ¡No! – grita mirando hacia atrás.
Un hombre rubio corre tras ella, acechándola y esforzándose por no darle alcance demasiado pronto.
– ¡Ya te tengo, Buff! – le dice mientras la levanta al vuelo y comienza a hacerle cosquillas. La pequeña no puede parar de reir y continua gritando entre risas.
– Venga, ahora te toca a ti pillarme.
Spike deja a la niña en el suelo y comienza a alejarse de ella, corriendo lo más despacio que puede. Justo cuando la pequeña Buff va a darle alcance, Spike se vuelve bruscamente y la asusta. Ella da un gritito nervioso y sale corriendo en direccion contraria, otra vez es Spike el que persigue.
La niña tropieza y se cae quedando sentada en el suelo, de culo. Spike se acerca a ella y se agacha a su lado.
– ¡Ey! ¿Estás bien? ¿te has hecho daño?
Buff va a empezar a llorar.
– ¡Oh! ¡Vamos! No llores, princesa… – le dice mientras la coge con cuidado entre sus brazos, pero la niña no logra contenerse y rompe a llorar.
– ¡maldita sea!
Spike se la lleva al salón, alli hay una chica con el pelo corto que se dirige hacia ellos.
– ¡Mamá! – llora Buff.
– ¿Qué ha pasado, Spike?
Maggie le quita la pequeña a Spike y la deja en el suelo.
– Estábamos jugando y se cayó – intenta disculparse él.
– Buffy, cariño – le dice Maggie a su hija – ¿Dónde te duele? – pero Buff no contesta.
– Lo siento.
– No te preocupes, Spike. No se ha hecho nada, solo lloraba por el susto.
Se escucha la puerta abrirse y los pasos de alguien que viene corriendo por el pasillo hacia ellos. Es Alex.
– Maggie, coge a la niña, nos vamos.
– ¿Qué pasa? – pregunta Spike.
– Me vienen siguiendo. Nos han vuelto a descubrir.
Maggie vuelve a coger a Buffy en brazos y pregunta asustada.
– ¿Qué hacemos?
¡Papá! – habla la pequeña estirando sus brazos hacia él.
Alex se acerca, pero no la coge, solo le da un beso en la cabeza.
– ¡Hola enana! – le dice preocupado.
– Vamos por la puerta de atrás, rápido – propone Spike con decisión.
Todos salen corriendo hacia la puerta, Spike va primero, le siguen Maggie con la pequeña en brazos, y Alex va en último lugar, sin dejar de mirar hacia atrás.
Spike abre la puerta pero no sale.
– Vamos, salid.
Maggie y Buffy salen las primeras, fuera es de noche. Spike pasa detrás de ellas, los tres esperan a que salga Alex, pero cuando este llega a la puerta, no la cruza.
– Cuida de ellas – le dice a su padre.
– ¿Qué? ¿Qué vas a hacer?
– ¡Alex! No cometas ninguna locura – le dice Maggie preocupada.
– Confiad en mi, sé lo que hago. Necesitais tiempo para huir, pueden seguiros el rastro. Teneis que despistarlos – Maggie va a protestar por el plan pero Alex no la deja – yo estaré bien, tranquila.
– No… Alex – insiste ella.
– Spike, por favor, llévatelas de aquí – dice cerrando la puerta y no dejando pie a más réplicas.
Spike toma a Maggie del brazo y se la lleva a regañadientes.

Al otro lado de la puerta Alex espera a sus perseguidores, está listo para luchar.
– ¿Dónde la escondes?
– No está aquí – contesta Alex.
– ¿Y los demás? ¿Dónde están? Aun noto sus ratros, no deben estar lejos. Tú – señalando a un vampiro que hay a su lado – síguelos, deben haberse ido por la puerta de atrás. Yo me encargo del mocoso.
Angelus se lanza sobre Alex y comienzan a pelear, mientras el otro vampiro aprovecha para salir detrás de Maggie, Buffy y Spike que siguen corriendo bajo la luz de la luna. Maggie se para, empieza a estar cansada.
– Vamos, no te pares, tenemos que seguir.
Spike coge a Buffy en brazos.
– Venga, ya no queda mucho, pet.
– ¿Dónde vamos, Spike? – consigue preguntar Maggie mientras recupera el aliento.
– A un sitio seguro.
Maggie comienza a correr de nuevo, Spike va con Buffy detrás de ella siguiendo su ritmo. La pequeña Buff comienza a protestar.
– ¡Papá! ¡Quero papá!
– Papá ahora viene, Buff. – le contesta Spike sin dejar de correr.
– ¡No! ¡Papá! – dice llorando.
– ¡Maldita sea! ¡Calla, que nos van a oir! Vamos no llores, love.
Maggie se para y se vuelve.
– Será mejor que la lleve yo.
– No, tú estás cansada, nos retrasaríamos aún más. Además Buff va a estarse calladita ¿a que sí?
Buffy comienza a calmarse y a dejar de llorar.
– Ahora vamos a jugar a que mamá tiene que pillarnos ¿vale?
Buffy sonríe entusiasmada, le encanta ese juego.
Spike comienza a correr de nuevo llevando a Buffy en brazos, mientras que Maggie los sigue de cerca.

Alex continúa luchando con Ángelus, intentando ganar tiempo.
– ¿Qué estás tramando?
– Nada ¿por qué?
– No haces otra cosa que esquivar mis golpes pero no intentas nada ¡Estas intentando entretenerme! ¿No es eso?
– Vale, me has pillado, ahora si me disculpas…
Alex saca un transportador de su bolsillo y lo pone en funcionamiento.


En el presente…

– ¿Tú? ¿Qué…qué estás haciendo aquí?
– Creí que te alegrarías más al verme, colega.
– Repito…¿qué haces aquí?
– Tenemos problemas, necesitamos vuestra ayuda.

Continuará…












CAPITULO 2

En el presente…

– ¿Tú? ¿Qué…qué estás haciendo aquí?
– Creí que te alegrarías más al verme, colega.
– Repito…¿qué haces aquí?
– Tenemos problemas, necesitamos vuestra ayuda.
– Entiendo… – ¡Buff! – alzando la voz – ¿puedes venir un momento?
Buffy aparece enseguida por la puerta.
– ¿Qué…? – pero no termina la frase, en cuanto ve quien está con Spike, se lanza a sus brazos – ¡Alex!
El pequeño Alex se esconde detrás de la pierna de se padre.
– ¿Qué nes? – pregunta con desconfianza.
Spike lo coge en brazos.
– No te preocupes, campeón, es un amigo.
– Buffy – le dice Alex mientras la agarra por los brazos y la separa un poco de él para seguir hablando – tenemos que hablar – le dice muy serio.
– Claro…¿de que se trata esta vez? – comprendiendo que algo no va bien.
– quero con mamá – dice mientras se estira esperando que Buffy lo acoga en sus brazos. Spike le pasa el pequeño a Buffy.
– Ven con mami, cielo. – al mismo tiempo que se marcha hacia el salón con Alex en brazos – ¿venís o que?
Spike y Alex se quedan mirando como Buffy se marcha.
– Debe ser raro ¿no?
– Sí…no te haces una idea de cuanto – Alex mira a su padre – pero más lo va a ser para ti. – marchandose detrás de Buffy y dejando a Spike bastante confuso
– ¡Eh! ¿por qué siempre tienes que hacer eso – protesta antes de seguirlo.



Año 2103

Spike sigue corriendo con la pequeña Buff en brazos cuando oye a Maggie gritar. Se gira y ve que un vampiro, está forcejeando con ella, intentando morderla.
– ¡Mamaa!
– Tranquila Buff…mamá va a estar bien, tú quédate aquí quietecita como te enseñé ¿vale? –deja a la niña en el suelo y esta asiente al mismo tiempo que se lleva sus manitas a sus ojos – ¡esa es mi chica! – le dice antes de ir a ayudar a Maggie.
Spike se acerca por detrás, agarra al vampiro y consigue que suelte a Maggie dejandola caer en el suelo. Esta gatea hacia donde está su hija, mientras que Spike hace polvo al vampiro. Cuando se acerca a ella, Maggie tiene a Buffy en brazos.
– Debemos seguir, vamos – haciendo un gesto para que le entregue a la niña que se va con él de lo más contenta. Maggie se los queda mirando.
– ¿Qué? – pregunta él extrañado.
– No te has dado cuenta, eh?
La pequeña Buffy comienza a pasarle el dedo a Spike por sus cejas de vampiro – ya no se asusta cuando te transformas.
– Ey! Microbio! Deja eso ya ¿quieres? – le dice incómodo mientras vuelve a su apariencia humana.
Buffy se abraza a su cuello.
– ¡”Quero pai”!
– ¿has oido? – entusiasmado – ha dicho mi nombre ¿verdad?
– Sí, creo que sí.
– “Abu pai” – dice Buffy como para hacerlos salir de dudas.
– No…de abu nada, Spike.
Maggie no puede evitar reirse.
– ¿pero por qué no quieres que te llame abuelo?
– No quiero… me hace parecer mayor. Vamos Buff ¿yo quien soyyy?
– “Pai”.
– Eso es princesa! Muy bien – le dice dandole un beso en la mejilla – y ahora deberiamos seguir.


En el presente…

Buffy, Spike y Alex están sentados en el sofá, el pequeño Alex está en el suelo jugando con unos muñecos que parecen ser vampiros.
– Aún tengo esos muñecos ¿sabeis? Son geniales.
– ¿En serio? – dice Buffy asombrada – ¡Vaya!
– Ahora es la enana la que juega con ellos.
– ¿La enana? – pregunta Spike.
– ¡Es verdad!...no os he dicho nada, bueno vereis…Maggie y yo tuvimos una niña.
– ¿Una qué?
– Que somos papás de una niña preciosa. – dice Alex orgulloso.
– ¡Oh! ¡Que bien! ¡Enhorabuena! – comenta Buffy entusiasmada – Eso es genial…¡Ey! – recapacitando – ¿significa eso que soy abuela?
A Spike se le escapa una sonrisa al ver la cara de ella.
– Me imagino que sí, luv… que somos abuelos.
– Chicos, si estoy aquí es porque no he tenido otra opción, estamos desesperados, llevamos casi un año huyendo de un sitio para otro…
– ¿huyendo? ¿de quien? – pregunta Buffy.
– De Ángelus sobre todo.
– ¿Qué? – Buffy no se esperaba esa respuesta. – ¡Oh Dios!
– ¿Y por qué no acabáis con él?
Buffy mira a Spike con cara de preocupación por lo que ha dicho.
– Lo siento, luv…pero míralo – señalando a Alex – les está haciendo la vida imposible, y ahora tienen también a la “enana” ¿por cierto como se llama?
– Buffy.
– ¿Qué? – contesta ella.
– No…digo que se llama Buffy, como su abuela.
Buffy se entristece de repente… “Buffy” – piensa – “lástima que no la vaya a conocer”
– Buff! Que te pasa?
– A mi, nada ¿por?
– ¿Crees que puedes engañarme? Conozco cada expresión que pones, luv…estas preocupada por algo, vamos cuéntame.
– Luego hablamos ¿vale?...dime Alex ¿Qué podemos hacer por ti?


Año 2103

Spike se detiene frente a un bloque de edificios.
– ¿Qué hacemos aquí, Spike? – pregunta Maggie confusa.
– Conozco a alguien que vive aquí, espero que no le importe acogernos esta noche.
Spike entra y se pone a revisar los buzones, cada uno dispone de una pantalla digital por la cual van pasando el nombre y apellido de la gente que vive ahí.
– Ayúdame Maggie. Estamos buscando a una tal Anne Reed.
– Creí que habías dicho que la conocías ¿no sabes donde vive?
– Bueno, sí, pero es que hace bastante tiempo que no nos vemos.
– Aquí está – le dice Maggie – 6º B.
– Vamos.








CAPITULO 3

Año 2103

Maggie, Spike y la pequeña Buffy esperan impacientes a que abran la puerta.
– ¿Y si no hay nadie?
– Seguro que está en casa, si las cuentas no me fallan debe tener al menos 80 años, ¿Dónde iba a estar a estas horas si no es metida en su cama?
Por fin la puerta se abre, una señora mayor, en camisón se los queda mirando.
– ¿Spike?...No…no podía creerlo cuando te vi por el monitor.
– Soy yo. ¿Podemos pasar?
– ¿Cómo te atreves a venir a mi casa a estas horas? ¡¡Después del toque de queda!!
– Lo siento mucho señora – le dice Maggie – pero nos vienen siguiendo, no tenemos donde quedarnos, falta poco para que amanezca y…
– ¿Y tú quien eres?
– ¿Yo? Pues…
Spike la interrumpe.
– Está bien, no me dejes pasar a mi si quieres, pero por favor deja que ellas se queden.
– Spike…¿sabes lo que me hará La Iniciativa si saben que acojo en mi casa a un hostil y a… lo que seais vosotras?? No puedo arriesgarme, ya soy muy mayor y…
– Anne! Estamos desesperados, Angelus nos viene siguiendo, y sabes que no duraremos mucho ahí fuera con todos esos soldaditos por ahí. ¿Ves esta niña? – la anciana asiente – lleva la sangre Summers en las venas, igual que tú, tienes que dejarlas pasar a ellas al menos…
– Está bien – accede Anne – podeis pasar, tú también Spike. Creo que tienes mucho que contarme.


En el presente…

– Pues sí que estáis jodidos!
– Entonces…¿vendréis? No os lo pediría a menos que…
– Está bien, iremos – dice Buffy – pero… ¿no va a ser muy raro? Para Spike sobre todo – dice preocupada.
– No entiendo nada.
– Bueno, pues de donde vengo… Maggie y yo vivimos contigo.
– Querrás decir que vosotros vivís conmigo ¿no?
– Dilo como quieras, colega.
Buffy se levanta del sofá donde los tres están hablando y comienza a andar nerviosa por todo el salón.
“Porqué hoy? – piensa – por qué hoy que le escrito esa carta?”
Spike se levanta y la obliga a pararse.
– Vamos…dime de una vez…¿Qué es lo te pasa?
– Nada, de verdad, estoy bien, es solo que va a resultar muy extraño tener a dos Spikes bajo el mismo techo ¿no crees?
– Pues sí, pero me imagino que también habrá dos Buffys ¿no? – mirando a Alex.
– Spike – le dice Buffy con dulzura – no…no hay una Buffy en el futuro.
– ¿Qué? ¿por qué?
– Bueno, yo vengo del año 2103, para entonces ella ya…
– Entiendo – afligido.
– Lo siento, colega, no deberías haberte enterado así.
– ¿Y tú como lo sabias? – le pregunta a Buffy.
Pero Buffy no contesta, en vez de eso se va hacia el dormitorio, abre un cajón de la cómoda y saca un sobre. Cuando vuelve Spike la observa desconfiado.
– ¿Qué llevas ahí?
– Es un carta que he escrito para ti, hace un rato, no pensaba dártela todavía, pero … – Buffy tiende el sobre que Spike recoge.
– Alex, podrías dejarnos a Spike y a mi a solas, por favor.
– Claro… de todas formas ya me iba, tengo que volver, vendré en unos días con transportadores para todos ¿os parece bien?
– Si – dice Spike mirando el sobre.
Alex activa el transportador y se marcha.

– Vamos, ábrela.
Spike abre la carta y la lee en silencio.

“ Hola cariño, he pensado mucho si escribirte o no esta carta, y al final aquí estoy, cuando la acabe se la voy a dar a un abogado…así que supongo que si estás leyendo esto es porque ya estoy muerta. ¿Recuerdas aquella vez que viajé al futuro por accidente? Estuve hablando contigo, cariño. Yo ya sabía que esto ocurriría y sé que lo estarás pasando muy mal. No sé si esta vez habrá una Buffy del pasado que aparezcan ante ti, aún no he logrado entender todo eso de los viajes en el tiempo, por eso te estoy escribiendo esta carta, debes seguir adelante sin mi Spike.
Os estoy oyendo jugar al pequeño William y a ti y no sabes lo feliz que me siento. Spike no estés triste porque yo no estoy ahí contigo, tienes a Alex, cada día que pasa pienso que se parece más a ti, gracias por este hijo tan precioso y gracias por esta vida tan maravillosa que me estás dando, me haces muy feliz Spike, aunque eso ya lo sabes, no hay un solo día que no te lo recuerde ¿eh? A veces creo que llego a ser muy pesada, no sé como me aguantas.
Bueno cariño, te dejo ya… te quiero, muchísimo…pero debes ser fuerte y continuar sin mi, una vez me dijiste que no había nada que no hicieras por mi, pues ahora te pido que luches…que saques fuerzas de donde sea… y que seas feliz aunque yo ya no esté contigo, lo harás ¿verdad? ”
Siempre tuya,
Buffy Anne Summers.


Cuando acaba la dobla con cuidado, sin dejar de mirar la hoja de papel, la introduce en el sobre y se la devuelve a Buffy.
– Gracias… – sin mirarla a ella que espera que siga hablando – …por preocuparte por mi incluso sabiendo que tú…
Spike no puede terminar la frase, se ha emocionado, no consigue contenerse y sus ojos comienzan a humedecerse.
– Quizás no debí dártela ahora.
– No!… Has hecho bien, pero guárdala y haz que me llegue…en el futuro… – las lágrimas comienzan a salir por sus ojos sin que el pueda hacer nada por detenerlas.
– Ey! Vamos no llores cariño…aún queda mucho para eso.
– Tienes razón, luv…como siempre – Spike la mira con una sonrisa forzada.
– Y no tienes nada que agradecerme – continua ella – anda… ven aquí, tonto – atrayéndolo hacia él tirando de su cinturón – te quiero.
Buffy lo abraza y deja reposar su cabeza en el pecho de él. Así continua hablando.
– Tengo una vida maravillosa, junto a un hombre estupendo y un hijo al que adoro ¿Qué más puedo pedir? Así que no estés triste, por favor.
Spike la toma por la barbilla haciendo que ella la mire a los ojos, lentamente va acercando sus labios a los de ella, sus manos pasan a rodearla por la cintura, y al fin se besan, mientras Spike aprovecha para bajar un poco sus manos, hasta llegar al trasero de Buffy.
– Eh!...Esas manos Spike!
Pero Spike no hace ni dice nada, simplemente se limita a mirarla…no hace falte que hable, ella ya sabe lo que él está pensando.
– Ni lo sueñes…ahora no – Spike comienza a andar haciendo que ella de unos pasos hacia atrás, quedando atrapada entre él y la pared – Dawn está a punto de llegar y… – Spike se queda tan solo a unos pocos milímetros de ella…puede sentir como su respiración comienza a agitarse, lo está deseando igual que él, sin embargo ella tiene razón, no es el momento.
– ¿Alguna vez pensaste que acabaríamos así? – dice Spike mientras se aleja de ella.
– ¿Qué…? – confusa – ¿así como?
– Cuando nos conocimos…¿pensaste que un día como hoy seria posible?
– ¿Estas loco Spike? ¡Querías matarme! ¿Recuerdas?
– Sí, el sábado y lo hubiera hecho.
– Ya seguro, y dime big bad ¿Qué te lo impidió?
– Es cierto que lo nuestro no fue un amor a primera vista y que jamás pensé que me acabaría enamorando locamente de la cazadora – Buffy sonrie al oirle decir esas palabras – pero si te soy sincero… estabas muy guapa aquella noche…¡Y que manera de bailar! No podia privar al mundo de una bailarina como tu, love.



































CAPITULO 4

En el presente…


Dawn llega a la casa llena de vitalidad, cuelga su abrigo y su bolso en el perchero y entra.
– ¿Dónde está mi sobrinito??
– Tia Dawn – dice Alex lo mejor que puede mientras corre hacia ella.
Cuando llega Dawn lo coge en alto y le da unas vueltas girando sobre si misma, Alex se muere de la risa.
– ¡Dawn! Ten cuidado! Podrías caerlo – enfadada.
– Lo siento, no volveré a hacerlo – dejando a Alex en suelo mientras le giña un ojo.
– ¡Hola Dawn! – la saluda Spike.
– Bueno, pues ya nos vamos, cuida de él, te he dejado comida en la nevera y el telef… – pero Spike no la deja acabar, ya que la ha cogido por detrás y le ha tapado la boca con la mano.
– No es la primera vez que se queda con Alex, luv.
Tal cual la tiene agarrada la saca de la casa, arrastrando de ella que no opone resistencia, pues si quisiera se hubiera desecho de él, Buffy sigue mirando a Dawn intentando hablarle con la mirada. Cuando ya están fuera, Spike cierra la puerta con el pie. Buffy le hace una llave, lo pasa por encima suyo y lo deja en el suelo mirando al cielo estrellado. Rapidamente se sienta sobre él.
– No vuelvas a interrumpirme cuando estoy hablando ¿me oyes? – amenazandolo con el dedo.
– Buffy…
– Lo digo en serio, si vuelves a hacerlo…
– ¿Qué? ¿me estacas?
– Pues mira…no sería una mala idea.
– Ya…y entonces… ¿quien iba a hacerte esto? – le dice mientras comienza a colar una de sus manos por debajo de la camiseta de ella.
– Spike… estate quieto – dice casi en un susurro.
Entonces Buffy se da cuenta de que no estan solos, una pareja los mira extrañado, ella de pone en pie, avergonzada e intenta disculparse.
– No es lo que parece…solo estábamos…
Spike se levanta lo mas rapido que puede y vuelve a interrumpir a Buffy.
– …ensayando una obra de teatro ¿verdad love?
Ella lo mira enfadada, pero tiene que guardar las apariencias delante de ese par de desconocidos.
– Sí, no termina de salirnos esa escena.
Los dos extraños se miran y se marchan de alli entre risas.
– Volviste a hacerlo.
– ¿El que?
– me interrumpiste y… ¿una obra de teatro?? Han debido pensar que estamos locos!
– Bueno…yo lo estoy…por ti. – le dice de forma seductora.
– Vamos Spike, no creeras que con unas palabras bonitas y esa mirada… – Spike la mira transmitiendo amor con sus ojos. – ¡Dios! ¡Déjalo ya! ¡Deja de mirarme asi!
– ¿Asi como luv?
– Así, como estás haciendo ahora…
– ¿Por qué?
– Pues…porque quiero estar enfadada contigo y tú…¡Me interrumpiste! Ahora voy a tener que estacarte ¿sabes?
– Pues hazlo…
Buffy saca una estaca y se la coloca a Spike en el pecho.
– ¿No vas a pedir un último deseo, cariño?
Spike se acerca a ella y le susurra al oido.
– ¿Qué? Eres un cerdo, Spike!
Buffy se vuelve a guardar la estaca.
– Anda vamos, que a este paso no vamos a llegar nunca al cementerio. – le dice poniendose en marcha.
– ¿Y que pasa con mi último deseo?
– Me lo pensaré… – mientras lo mira con una sonrisa.
Spike aligera el paso y se pone a su lado.


Año 2103…

Anne llega con un vaso de agua que le pasa a Maggie.
– Toma cariño, aquí tienes el agua – dandole el vaso a su hija.
La niña toma el vaso y comienza a beber.
– Gracias – dice Maggie dirigiendose a la anciana – Buffy estaba sedienta.
– ¿Buffy? – mirando a Spike que está curiosenado las estanterías y viendo las fotos que la anciana tiene – ¿se llama Buffy?
– Si, bueno, ya te dije que llevaba sangre Summers ¿no? Es hija de Alex.
– ¡Alex! ¿Cómo está? No estará…
– No – responde Maggie – él está bien, vendrá en cuanto pueda.
– Hacía mucho tiempo que no nos veíamos, Spike
– Sí, desde que Buffy…
– ¿Por qué te fuiste así? Mi madre tambien lo pasó muy mal…ella siempre tuvo la esperanza de que volveríais.
– Lo siento…de verdad, pero Alex y yo decidimos escondernos algún tiempo…La Iniciativa volvía a estar activa y quedándonos lo único que conseguíamos era poneros en peligro, ¡maldito gobierno!
En ese momento un remolino inunda la habitación, se trata de Alex. Maggie va hacia él y lo abraza.
– Te dije que todo saldría bien – cogiendo entre sus manos el colgante que Maggie lleva en el cuello.
– Veo que volviste a usar el transportador de emergencia…
– ¡Papá! – le grita la pequeña Buffy mientras le tira de los pantalones a su padre, éste la coge en brazos.
– ¿Cómo está lo mas bonito que hay en el mundo?
Anne tose para llamar la atención. Alex la mira y se queda observandola.
– ¿Anne? ¿Eres tú?
La anciana asiente.
– Ahora vais a explicarme como es que has aparecido así en mi casa ¿verdad?



























CAPITULO 5

En el presente…

Dawn está recogiendo la mesa, después de haber cenado, cuando llaman a la puerta.
– Debe ser Peter – dice en voz alta mientras va a abrir.
– Hola Peter, pasa.
– Así que hoy te toca noche de niñera, eh?
– Sí…Buffy y Spike han salido. ¿Has traído la peli?
– Pues claro, quedamos en eso ¿no? – dice enseñandole la película a Dawn. – ¿Dónde está Alex?
– Ya está dormido, así que… – Dawn se acerca sugerentemente a Peter, el la toma por la cintura y la besa.
– Te quiero Dawn Summer.
– Y yo a ti, Peter Reed.


Buffy y Spike caminan por el cementerio mientras hablan.
– Empezaba a echar esto de menos ¿sabes? Salir de caza, contigo.
– Sí… hacía tiempo que no veníamos a patrullar. Sé que ahora no es sólo deber mío, y que entre el trabajo, la casa y cuidar de Will…termino cada noche agotada, pero me gusta venir de vez en cuando.
En ese momento un vampiro aparece de la nada.
– ¡Por fin! – dice Buffy mientras comienza a golpear al vampiro en la cara – ¡algo de acción!
– ¿Por qué no dejas ese trabajo de una vez? – le dice Spike mientras ella sigue luchando
– No te pagan bien, seguro que Giles puede conseguirte algo mejor en el nuevo consejo…no sé, ayudando con las cazadoras tal vez, como hago yo.
– No empieces otra vez, Spike. – dándole al vampiro una patada – Me gusta mi trabajo, enseño a las chicas a defenderse y además así me mantengo en forma.
Otro vampiro surge de una tumba, Spike lo ayuda a salir.
– ¡Hola amigo! Deja que te muestre que va a hacer de ti ahora – y le da una patada en el estómago. Buffy sigue dándole una paliza al vampiro. Ambos continúan peleando sin dejar de hablar entre ellos.
– Pero te pagan una miseria, luv.
– Sabes que no lo hago por el dinero…
– Entonces no te quejes de que no tienes tiempo para nada.
– ¿Qué? Esto es increíble… lo que deberías hacer es ayudar más en casa. – le dice Buffy ignorando completamente al vampiro con el que peleaba y dirigiendose hacia Spike bastante alterada.
– ¡Ah! ¡Así que es eso! – dándole la espalda al otro vampiro.
Los dos vampiros se miran asombrados y se quedan observando como ellos discuten.
– ¡No es eso! Solo digo que si quiero trabajar en el gimnasio dando clases de defensa personal tú no te entrometas!!
Los dos están hablando alzando la voz pese a que se encuentran uno frente al otro.
– ¡Tranquila! No pienso entrometerme en nada más… yo no pinto nada en tu vida ¿verdad? – le dice enfadado mientras se gira.
– ¿qué?... como puedes decir eso… – agarrandolo por el brazo, evitando así que se marche – sabes que no es así. – le dice en un tono de voz algo mas suave.
– Es cierto, love, – le dice arrepentido – me pasé.
– Ya lo creo que te pasaste…
– ¿me perdonas? – mirandola como sólo él sabe hacer.
– Como no voy a perdonarte, tonto… si me miras con esa carita de niño bueno.

Spike se aproxima a ella y dulcemente la besa, ella le responde besándolo con más intensidad. Los vampiros aprovechan el momento para intentar huir. Pero Buffy, sin interrumpir el beso, saca una estaca de uno de sus bolsillos y sin mirar siquiera, estaca al vampiro que pasaba por su izquierda corriendo, convirtiendolo en polvo, al mismo tiempo Spike ha sacado también su estaca, sin dejar de besar a Buffy, y la ha lanzado por encima del hombro de ésta alcanzando al otro vampiro que ya se alejaba de allí corriendo.


– Y ahora…¿Qué te parece si hacemos que se cumpla ese deseo que pediste antes?
– ¿Aquí? ¿Ahora?
– Hubo un tiempo en que eso no era problema para ti, pero si no quieres… – empezando a caminar, esperando que Spike la detenga, cosa que no tarda mucho en hacer.
– ¿Quién te ha dicho a ti que yo no quiero? – le dice con una sonrisa seductora – ven.
Spike coge a Buffy de la mano y se la lleva hasta una cripta que hay alli cerca.

Año 2013…

– Entiendo – dice la anciana y tras una pausa añade – supongo que podéis quedaros aquí, pero mañana en cuanto se esconda el sol teneis que iros, no puedo arriesgarme, lo entendeis ¿verdad?
– Claro que sí, no queremos buscarte problemas, Anne – le dice Alex.
– Además, sé de un sitio donde podemos ir, pero quedaba un poco lejos, no hubieramos llegado antes de que amaneciera – comenta Spike – gracias Anne, siempre serás mi sobrina favorita.
– No seas pelota, Spike…Soy la única que tienes ¿recuerdas?
– ¿Eres la hija de Dawn? – pregunta Maggie.
– Si – responde la anciana – ¿no lo sabias? ¿y de que conoces tu a mi madre?
– Bueno, antes de tener a Buff tuvimos que ir al pasado…
Llaman a la puerta bruscamente por lo que Maggie no continúa hablando.
– Rápido… escondeos.
Todos menos la anciana se van hacia el dormitorio y cierran la puerta.
– Somos agentes de La Iniciativa – se oye al otro lado de la puerta – abra por favor.
Anne abre y ve a dos soldados.
– ¿Qué pasa?
– Buenos días. Nos han advertido de la presencia de hostiles en esta zona, y algunos vecinos dicen haber oido voces provenientes de su apartamento. ¿está usted bien señora?
– Estupendamente, gracias por su interés, seguramente sería la tele que estaba muy alta, ya saben, a mi edad una ya no oye tan bien como quisiera.
– De acuerdo…Usted es Anne Reed ¿cierto?
– Si… – la anciana ya sabe lo que quieren los soldados, una muestra de su ADN para confirmar que ella es quien dice ser, así que tiende la mano y coloca su huella dactilar en un aparato que se encarga de recoger una pequeña muestra de sangre y analizarla en el momento.

“identidad: Anne Reed, confirmado”
“clase: humana, confirmado” – dice una voz artificial que sale del analizador.

– Siento las molestias señora – le dice uno de los solados para despedirse.
– No se preocupen, solo hacen su trabajo, gracias a vosotros las calles de nuestra ciudad son un lugar más seguro – Anne cierra la puerta y suspira aliviada.
– Ya podéis salir, se han ido – les dice a los demás, y continúa hablando para ella sola – capullos, ya me han vuelto a pinchar en el dedo…






CAPITULO 6

Año 2103
Instalaciones militares…

Ángelus habla con un hombre mayor vestido de uniforme militar.
– Ya me he enterado del desastre…
– Sí, se me han vuelto a escapar.
– Me dijiste que la traerías, al parecer sois todos sois iguales, no me sirves para nada.
– Eh! No te olvides de con quien estás hablando, no soy uno de tus soldaditos, si estoy contigo en esto y sigues con vida, es porque yo también salgo beneficiado en este trato.
– Pues tú me dirás que hacemos ahora…se me acaba el tiempo.
– Lo sé, y te la traeré…Esta vez ese bastardo pudo escapar, no entiendo muy bien como lo hizo pero desapareció delante de mis narices.
– Ahora lo único que importa es que me traigas la guadaña…necesito su esencia vital, vuelvo a repetirte que el tiempo se me agota.

En ese momento entra en la sala un par de soldados que llevan a rastras a una chica, encadenada, amordazada y que al parecer está inconsciente.
– ¡Señor! Hemos encontrado otra cazadora… pero las celdas están llenas ¿qué hacemos?
Ángelus se acerca al anciano y le dice algo al oído, entonces éste les habla a los soldados.
– Ángelus se hará cargo de ella, es…un regalo para un socio poderoso.
– Gracias Finn, ahora si me disculpas… creo que iré a divertirme un poco con ella.
Ángelus se marcha de alli llevandose a la chica con él.

– ¿está seguro, señor? – le dice el otro soldado que hasta ahora había permanecido en silencio.
– ¿¿Osas cuestionar mis órdenes??
– No, claro que no…es solo que…Ángelus es… un hostil ¿Cómo podemos confiar en él?
El anciano comienza a reirse al oir lo que el soldado le ha dicho, pero pasa de la risa a la tos, al final consigue calmarse y contesta al soldado.
– ¡Claro que no confiamos en él! Sólo es el medio para llegar al fin. Necesito esa guadaña y Ángelus es el único que tiene alguna posibilidad de traermela. Y ahora dejadme solo! Necesito descansar.



En el presente…

– ¡pues yo también quiero ir!
– No puedes venir, Dawn… necesito que te quedes aquí.
– Pero Buff…
– No insistas enana, si Buffy dice que no vienes, no vienes.
– ¡Spike! ¿Cuándo dejarás de llamarme enana?! ¡Sabes que lo odio!
– Venga Dawn, hemos quedado en ir a casa de Willow esta noche… anda… – le dice intentando convencerla – seguro que William y tú lo pasais muy bien, además seguro que llegamos tarde y puedes decirle al chico ese que venga…¿Cómo se llamaba? ¿Peter?
– ¿qué? ¿quién es Peter? – dice Spike.
– Nunca te enteras de nada, Spike. Peter es el nuevo novio de Dawn.
– Sí bueno, pero no es justo… ¿por qué tengo que quedarme aquí?…¿porqué no vamos todos? Podemos llevarnos a Alex también – Dawn se agacha para ponerse a la altura del pequeño Alex – ¿A qué tú quieres ir a ver a la tia Willow?
– Si! – contesta él entusiasmado – yo quiero ir a ver a la tia Willow, mamá! – le dice tirando de su brazo.
– ¡Vaaale! –a Buffy no le queda más remedio que aceptar. – pues iremos todos a ver Willow…
– Bien! – Exclaman Dawn y Alex al mismo tiempo.



Año 2103
En una casa abandonada a las afueras de la ciudad…

Alex está arropando a la pequeña Buffy cuando llega Maggie.
– Hola – le dice en voz baja para no despertar a su hija, y se queda junto a él.
– Está preciosa cuando duerme…
– Sí… ¿sabes que llamó a tu padre “abu pai”?
– ¿en serio? Vaya con la enana… aprende palabras nuevas cada día.
– Es muy lista.
– Bueno… en eso sales a tu madre ¿verdad? – le dice besando a Buffy en la frente.
– También es muy valiente, igual que su padre.
– ¿por qué lo dices?
– Spike se transformó delante de ella y no se asustó…creo que más bien sentía curiosidad.
– Ya… Oye Maggie, cambiando de tema… ¿crees que ha sido buena idea pedirles ayuda? Quizás no debería haber vuelto al pasado…
– Eso ya da igual, pero creo que hiciste lo correcto, si existe una mínima posibilidad de cambiar las cosas tenemos que intentarlo…
– Es cierto, debemos hacer lo imposible por mejorar todo esto…por nuestra pequeña, merece crecer en un mundo mejor.
– Will… todo saldrá bien ¿verdad?
– Eso espero… – Alex se arrima a ella, la rodea con sus brazos y le susurra al oido – todo irá bien.
Ella se refugia en sus brazos y así se quedan abrazados el uno al otro. Spike entra en la habitación y tose para llamar su atención.
– Chicos… lamento interrumpir pero… deberíamos movernos.
– Sí – contesta Alex separandose de Maggie – tienes razón, puede que de momento no nos encuentren aquí pero…
– de momento – dice ella.
– el juego no ha hecho nada más que empezar… nosotros ya hemos gastado nuestro turno, les toca a ellos mover ficha.
– Espera me perdí – bromea Alex – ¿de que hablas? ¿parchís? ¿ajedrez? ¿o…?
– Siempre igual! –le dice irritado – solo digo que deberias ir a buscarlos…a buscarme…o lo que sea …ya me entiendes!
Alex comienza a reir subiendo cada vez más el tono hasta que Maggie lo interrumpe.
– Shhh!! ¿Quereis dejarlo ya? Vais a despertar a Buffy!
– Lo siento… y sí, será mejor que vuelva, Maggie, dame todos los transportadores que tengas.
– Claro.


















CAPITULO 7

En el presente…

Es de noche, Spike va conduciendo un coche. En el asiento del co – piloto va Buffy, y detrás va Alex en una silla adecuada para su edad, Dawn está junto a él. La radio está puesta, suenan canciones infantiles que Alex canturrea entusiasmado.
– ¿puedo quitar un rato esta bloody musica?
– Si prefieres oir a tu hijo quejarse todo el camino…
– Nuestro hijo, luv…y sí, creo que prefiero oirlo a él antes que escuchar esto… – mientras apaga la radio.
– Vamos Spike – le dice Dawn desde atrás – es divertido y Alex se lo está pasando bomba…hacía tiempo que no saliamos todos en el coche, no seas aguafiestas…
– ¡Papá!...¿porque la quitas? – dice en un tono de protesta.
– Eso Spike…explícanos porque te parece tan horrible esa música…
– ¡Bloody hell! Porque eso no es música, love… eso solo son unos malditos críos canturreando una letra estúpida.
– ¡Spike! No hables así delante del niño…
– ¡Papá estúpido! – le dice enfadado Alex a Spike, lo que provoca una carcajada por parte de Dawn.
– ¿ves? – le riñe Buffy. Se vuelve para atrás y le habla a su hijo – puede que tengas razón hijo, pero eso no se dice…y Dawn! ¡no le rías la gracia!
Buffy vuelve a mirar hacia delante y se cruza de brazos.
– Bloody hell! – exclama Alex con su vocecita.
– Dawn intenta aguantarse la risa, incluso se tapa la boca con la mano pero es inútil, al final suelta una carcajada, Alex la mira y al ver que lo que ha dicho es divertido vuelve a repetir.
– Bloody hell!
Dawn ríe más fuerte y Alex y Spike se unen a la risa, Buffy es la única que sigue seria.
– Vamos pet – le dice él entre risas y dandole un leve empujon con el hombro – eso si ha tenido gracia, no lo niegues.
– Pero no está bien que diga esas cosas, Spike. ¿me oyes Will? No vuelvas a decirlo, eh?
– Bloody hell! – dice Alex sin hacerle caso a su madre, la cual también empieza a reir.
– Está bien… – dice uniendose al coro de risas – me rindo…





Año 2103…

Ángelus entra en el dormitorio de una casa, aún lleva a la cazadora en brazos, la deja sobre la cama, Drusilla aparece por detrás de él.
– ¿pero que ven mis ojos?... ¿me has traído un regalo? – dice entusiasmada.
– una cazadora… ahí la tienes, juega con ella todo lo que quieras…
– ¿Dónde has encontrado algo tan bello? – dice rozando la cara de la chica con sus largas uñas.
– Supongo que deberías agradecérselo a Finn…
– ¿qué? No me agrada nada de nada… no me gusta…¿por qué no acabamos con él?
– Ya te he dicho que lo necesitamos con vida, de momento… y es un poderoso aliado…pero en cuanto todo esto acabe…
Drusilla gruñe.
– Exacto…
La cazadora está despertando, pueden notarlo en su respiración.
– Uy! Mi juguete ya no duerme…¡que bien! Así será más divertido…¿no quieres jugar un poco conmigo papi?
– No…ahora tengo cosas en las que pensar…disfruta de ella, vendré luego.

En el presente…

Alex acaba de aparecerse en casa de Buffy y Spike, pero lógicamente allí no hay nadie.
– ¿Dónde diablos se habrán metido?...Espero que no tarden mucho en llegar – murmura para sí… en fin – se resigna – tendré que tener paciencia…
Alex se tira en el sofá y enciende el televisor, pero no era divertido ver aquellos programas tan antiguos, así que tras cambiar de canal varias veces decide apagar la tele y hacer algo por encontrarlos cuanto antes. Lo primero que se le ocurre es un conjuro localizador, y es lo que hace. Es entonces cuando se da cuenta que tardarán en llegar.
– Así que han ido a ver a Willow, será mejor que vaya a su encuentro… ¿por qué se le tuvo que ocurrir irse a vivir a las afueras?... ¡Genial! Ahora tendré que buscar un medio de transporte… a no ser que…


Mientras, Willow espera impaciente a sus amigos, hace ya un año que vive en aquella casa, estaba en las afueras de Londres, así estaba más cerca de la escuela de magia, donde ahora daba clases y donde también había conocido a Rose.
– Will, cariño…tranquila, pronto llegarán.
– Lo sé, pero tengo muchas ganas de verlos, desde que nos vinimos a vivir aquí apenas los veo, seguro que Alex ha crecido bastante.
Un torbellino aparece frente a las chicas mientras Willow terminaba de hablar.
– Más de lo que imaginas.
– ¡Alex! ¿Qué haces aquí? – Willow se va hacia él y lo abraza con fuerza.
– ¿No ha hablado Buffy contigo?
– No…¿por? ¿qué es lo que pasa?
– Bueno…últimamente las cosas se nos han complicado.
– Así que es por eso por lo que vienen, eh?
– ¿Aún no han llegado? – Willow niega con la cabeza – pues deben de estar a punto.
– ¡Ah, perdona! No te he presentado…ella es Rose…es, bueno, mi chica – dice mirándola.
– Lo sé, la recuerdo.
Escuchan el sonido del claxon de un coche.
– Deben ser ellos – dice Rose al mismo tiempo que se dirige hacia la entrada.
Willow y Alex la siguen.

Dawn es la primera en bajar del coche y en salir corriendo hacia Willow, Buffy va tras ella, dejando que Spike se haga cargo del pequeño.
Dawn va a abrazar a Willow cuando se da cuenta de quién está tras ella
– ¿Alex?
– ¡Hola Dawn! ¿Qué tal?
– ¿Cómo es que estás aquí? – interrumpe Buffy.
– Venía a buscaros…espero no interrumpir.
– Claro que no! – Dawn se acerca a él y lo abraza – me alegro mucho de verte.
Spike llega con Alex cogido de la mano.
– Es la hora, eh?
– Sí…¿estais preparados?
Todos asienten.
– Eh! Un momento…¿Qué me he perdido? ¿alguien me explica que está pasando?
– Willow…tenemos que ir con Alex…al futuro – le responde Buffy.
– He traído dos transportadores más, además del mío.
– ¿solo dos? – pregunta Dawn decepcionada.
– Con cada uno podemos viajar dos personas…
– ¡genial! Entonces podemos ir seis contándote a ti ¿no?...Spike, tú y yo vamos seguro – le dice a Alex – y William también se viene, claro. Aún pueden venir dos más.
– Deberían ir Dawn y Willow…yo me quedaré aquí.
– ¿estás segura? – le pregunta Willow a Rose.
– Sí, es lo mejor.








































CAPITULO 8

Año 2103

– ¡Mamá! ¡mamá! – grita la pequeña Buffy mientras corre hacia su madre.
– ¿Qué te pasa, cielo?
Ella no contesta, simplemente señala hacia la puerta de la habitación, por donde ha venido corriendo, Maggie mira hacia allí y en la habitación contigua puede ver como un remolino se está disipando, son Dawn y Willow, las primeras en llegar.
– No pasa nada, Buff – le dice tranquilizando a su hija – vamos.
Maggie coge a Buffy en brazos y va hacia allá. Otros dos remolinos surgen de la nada.
– ¡Al fin estais aquí! – comenta Maggie, que comienza a abrazarlos a todos, dandole la bienvenida, dejando a Alex para el final.
– ¿Y mi padre? – le dice mientras coge a su hija.
– Ha ido a comprobar el perímetro, vendrá ahora.
– Ey enana! ¿no le das un beso a tu padre?
La pequeña Buffy besa a Alex en la mejilla.
– Eh! Esta es mi casa! – exclama Willow.
– Sí – le contesta Alex – lleva abandonada algún tiempo.
Buffy ha estado observando a Alex y a su futura nieta. Spike se pone junto a ella.
– Qué te apuestas a que adivino lo que estás pensando.
Buffy lo mira a los ojos y le sonríe.
– Chicos – les dice Alex llamando su atención – ¿venís o qué?
El grupo se ha sentado en los sofás, al parecer Alex va a ponerlos al corriente de todo lo que está sucediendo.
– Claro – le contesta ella.
Spike y Buffy se acercan a ellos, pero no hay donde sentarse así que se quedan de pie.
– Antes que nada – comienza a decir Alex – debéis saber cual es la situación, luego ya hablaremos sobre lo que vamos a hacer.

Lo de ir a vigilar el perímetro había sido una excusa barata, pero no sabía si estaba preparado para volver a verla, y menos aún si esta vez venía con su otro yo del pasado. Paseaba tranquilamente por los alrededores de la casa cuando los oyó llegar y tarde o temprano tendría que entrar…

– A ver si me aclaro…Ángelus sabe lo de tu sangre y quiere conseguirla a toda costa – le pregunta Buffy a Alex.
– Así es, tengo entendido que quiere crear un elixir a partir de ella, para ser… invencible.
– ¿Y que pinta la guadaña en todo esto? – esta vez es Spike el que pregunta.
– Eso es lo raro…antes nunca había tenido el mínimo interés en ella, pero desde hace un tiempo para acá, no para de preguntarme donde la escondo.
– Vale, pues supongo que eso será lo primero ¿no? averiguar para que la quiere.
– Ángelus no es el único problema que tenemos – interviene Maggie.
Spike, el del futuro, aparece por la puerta.
– Maggie tiene razón…
– ¿Spike? – susurran todos.
– ¿Aún no les has hablado de los soldaditos?
– Estaba a punto de hacerlo, pero si quieres hacerlo tú…
– No, estaré ahí fuera si me necesitáis.
– Claro.
Spike vuelve a salir de la casa, sabía que iba a ser difícil volver a verlos, y sin embargo había sido mucho peor. ¡Era todo tan extraño! Allí estaban… Dawn, Willow, Buffy, el Spike de hace algunos años, incluso el renacuajo de su hijo… pero no era su vida, no eran ellos, esa no era su Buffy, tenía que mentalizarse de eso antes de volver a entrar ahí.

– Teneis que perdonarlo – comenta Maggie – esto es muy duro para él.
– Ya…me imagino – le dice Spike.
– ¿Tú estás bien? – le pregunta Buffy.
– Sí… – le dice mirando hacia la puerta – voy a ir a hablar con él, ya me pondréis al día luego.
– Como quieras.

Spike se marcha detrás del Spike del futuro y deja que los chicos sigan hablando.
– Hola!
– ¿Qué haces aquí? ¿Creía que Alex iba a contaros lo de La Iniciativa?
– Bloody hell!! ¿La Iniciativa? No me digas que han vuelto a hacer de las suyas…¡eh! ¡No te habrán puesto otro chip! ¿verdad?
– No.
– Entonces tampoco será tan grave.
– Dime…¿a qué has venido?
– Pensaba que podrías querer hablar con alguien y quién mejor que yo, que soy tú.
– Esta situación es bastante rara, eh?
– Buff me ha contado que estuvo contigo la otra vez que vino.
– Deberías volver dentro…es importante que comprendas cual va a ser vuestra misión aquí, yo estoy bien, solo necesito un poco tiempo.

Alex y Buffy juegan correteando por toda la casa mientras los adultos siguen conversando.

– ¿La Iniciativa ahora caza cazadoras? – pregunta Willow
– Así es…
– No lo entiendo – comenta Dawn – ¿por qué?
– Es difícil de explicar…a ver, cuando el mundo se enteró de que los monstruos existían, La Iniciativa volvió a formarse, pero se suponía que se trataba de adiestrar a los mejores soldados para defender a los humanos, y así fue durante un tiempo…La Iniciativa cazaba vampiros, demonios y demás monstruos. El gobierno conocía la existencia de la cazadora, la única, la elegida…pero no sabían que miles de ellas vivían entre nosotros desde que Willow realizó aquel conjuro y que como tales realizaban la misma labor que los soldados, sólo que eran mucho más eficaces en su trabajo. Supongo que pensaron que era el fin, si se conocía la existencia de las cazadoras, la existencia de La Iniciativa dejaría de tener sentido… así que empezaron a darles caza.
– ¿las matan? – pregunta Buffy.
– Oh no! – responde Maggie – Las encierran, han construido una cárcel especial donde las llevan a todas, no…no sé lo que harán con ellas.
– ¡Es horrible!
– Deberíamos hacer algo…rescatarlas ¿no? – comenta Willow.
– La bruja tiene razón – comenta Spike que acaba de llegar.
– Sí, pero la seguridad de las instalaciones es muy elevada, no podremos entrar tan fácilmente.
– Soy una cazadora…dejaré que me capturen.
– ¿Qué? ¿Estás loca? ¿Y como piensas salir luego? – le pregunta su hermana.
– Ya pensaré en algo.
– No me parece buena idea, Buff.
– Willow ¿tú también? ¿Spike? – le dice para pedirle su opinión.
– Pienso que es arriesgado…pero si alguien puede hacerlo esa eres tú, love.
– Buffy…¿y si no consigues salir? – le dice Maggie.
– Correré el riesgo…no voy a dejar a esas chicas ahí, además…para eso querías que viniera ¿no?
– No exactamente.







CAPITULO 9

Año 2103
Casa abandonada…

– ¿entonces?
– La suerte que corran esas chicas me preocupa pero no es nuestra prioridad, primero debemos acabar con Ángelus.
– Un momento…no, no voy a matarlo.
– Ya te advertí que se opondría – Spike del futuro aparece por la puerta.
– Spike…hola.
– Hola Buffy.
– ¿No hay ninguna manera de que vuelva a recuperar su alma? ¿Willow?
– No sé Buff… si al menos tuvieramos una esfera de Tésula…
– ¿Abu pai? – la pequeña Buffy se acerca a Spike y levanta los brazos para que la coja.
– Ven aquí, Buff…creo que te has equivocado de abuelo, hija.
– No importa – contesta él – supongo que para los críos también debe ser muy confuso todo esto.
Pero la pequeña Buffy le ha hecho caso a su madre y se ha ido con ella.
– Por donde íbamos… – sigue Buffy – ah si! Necesitamos una esfera de Tésula ¿no tendreis ninguna por ahí, eh?
– Me temo que no, no hay manera de hacer que Angel vuelva.
– Buff…
– Dime Spike.
– Yo sé donde hay una.
– ¿Qué? – pregunta Alex asombrado – ¿por qué él si lo sabe y tú no? – le pregunta a su padre.
– ¿Dónde?
– Di mejor cuándo, pet – esta vez es el Spike del futuro el que contesta.
– ¿Estás sugiriendo que viajemos en el tiempo para conseguir una? – pregunta Buff.
– Podemos hacerlo ¿no?
– Spike, me gusta esa idea. Ya tenemos plan, chicos.
– Un segundo – se opone Alex – si hay que viajar en el tiempo, lo haré yo, no podéis arriesgaros a que os encontréis con vosotros mismos en el pasado…¿qué, qué explicación vais a darles?
– Es cierto… – dice Buffy dándole la razón – está bien, Alex viajará al pasado, así yo podré infiltrarme en La Iniciativa.
– ¿Y que hacemos el resto? ¿aburrirnos? – pregunta Spike.
– Yo puedo quedarme con los niños.
– Contaba con eso Maggie, pero no deberías quedarte sola.
– Yo me quedo con ella. – contesta el Spike del futuro.
– Dawn y yo repasaremos el conjuro, necesitaremos otros ingredientes.
– Pues yo voy contigo, pet.
– No puedes venir, Spike.
– No voy a dejar que entres ahí sola… yo también quiero divertirme.


Instalaciones militares…

Un soldado entra en el despacho de Finn, el cual parece algo más joven que la última vez, es como si…tuviera menos arrugas.
– ¿Me habían mandado llamar, señor?
– Así es, tengo una misión para ti. Quiero que sigas a Ángelus, que seas su sombra y me mantengas informado. No sé qué en qué lo beneficia todo esto a él, esa será tu prioridad, averiguarlo. Ángelus está tramando algo y necesitamos saber de qué se trata, no quiero más contratiempos.
– A sus órdenes.
– Y manda traer otra cazadora.
– Sí, señor.
El soldado sale de allí, no sin antes saludar a su superior como es debido.
– Bien, es hora de otra sesión… – dice Finn cruzando una puerta en su despacho hacia la habitación contigua. Se trata de una sala amplia, muy amplia, en el centro de la misma hay una especie de aparato, unos científicos merodean por allí, observando y anotando datos. La sala tiene otra puerta por la que un par de soldados traen a una chica amordazada y semiinconsciente ya que la han drogado, la depositan en una urna que está conectada a la máquina y se apartan.
Finn por su parte se ha introducido en otra urna similar.
Uno de los científicos pone en marcha la máquina. Hace un ruido espantoso, unos rayos comienzan a rodear a la cazadora hasta que prácticamente no pueden verla, el rayo se separa de ella y pasa por un circuito, va hacia el aparato que hay en el centro de la sala, el cual comienza a despedir destellos, finalmente el rayo se dirige hacia la urna en la que se encuentra Finn y lo rodea.
La máquina deja de hacer ruido, la cazadora yace muerta en el suelo y Finn parece haber rejuvenecido unos años. Se abre la urna y sale de allí protestando, pues el proceso no resulta nada agradable para él.
– ¡Qué ganas tengo de que acabe todo esto! ¡Me duele todo! ¡Necesito esa guadaña ya!




Casa abandonada…

Buffy y Spike han salido con la intención de atraer a los soldados y que así sean capturados. Alex y el Spike del futuro están perfeccionando el plan de viajar al pasado, decidiendo la época y cómo va a hacer para conseguir la esfera que permitirá que Ángelus vuelva a ser Ángel.
Maggie, Dawn y Willow están hablando tranquilamente mientras se divierten viendo a los niños jugar.
– Alex es muy mono de pequeño – comenta Maggie.
– Y Buffy es muy guapa, se parece a ti, Maggie. – comenta Willow.
– Gracias, puede que en el físico se parezca más a mi, pero el carácter es de su padre.
– Por cierto, Maggie… – le dice Dawn – ¿cómo os conocisteis?
– Esa sí que es una buena historia…¿quereis oirla?
– Claro.
– Bueno, yo sólo tenía 12 años, vivía con mis padres y con mi hermana pequeña, una noche estábamos todos cenando cuando llamaron a la puerta, Emma, mi hermana, fue a abrir…
– ¿era Alex? – pregunta Dawn impaciente.
– Ojalá.
– Déja que siga, Dawn, no la interumpas.
– Por desgracia no era Alex si no Ángelus, no sé como pero debió de engañar a Emma de alguna manera para que lo invitara a pasar, fue horrible, voy a saltarme esa parte…no, no quiero recordarlo… – Maggie parece decaída – Ángelus…acabó con ellos, con todos…
– lo siento – dicen Dawn y Willow casi al mismo tiempo, y continúa solo Willow – si no quieres seguir…
– Tranquilas, no pasa nada, os cuento todo esto porque yo conseguí escapar, salí corriendo de allí, estaba muy asustada, y entonces tropecé con Alex. Ángelus me había seguido, se enfrentaron y lucharon. ¡Pasé un miedo horrible! Al final Ángelus salió huyendo y Alex se acercó a mi, yo estaba en shock, no recuerdo muy bien lo que pasó luego…el caso es que Alex y Spike me acogieron , dijeron que cuidarían de mi, y así ha sido… ellos son ahora mi familia. A mi Alex me atrajo desde el primer día, solo era una niña pero sentía una gran admiración por él, me había salvado. Fui creciendo y poco a poco me fui enamorando de él y…
– Y yo de ti – le dice Alex, que acaba de entrar y ha oido la última parte de la conversación. Él se acerca y la besa dulcemente, luego continua hablando – ya está todo listo, tengo que marcharme.





CAPITULO 10

Año 2103

Buffy y Spike caminan por el cementerio.
– Es hora de que empiece el baile, pet. – le dice él transformándose.
– Cuando quieras.
Spike atacó en primer lugar, empezó lanzando varios puñetazos pero ella los detenía con facilidad.
– Vamos Spiky…¿es lo mejor que sabes hacer?
– Solo estaba entrando en calor…
Spike se agachó y con la pierna extendida dio un giro completo haciendo que la cazadora cayera al suelo entre risas.
– Eh! ¿de qué te ries? –dice él ofreciendole la mano para ayudarla a levantarse – Se supone que estamos peleando a vida o muerte…los soldados tienen que creer que…
Pero Spike no pudo acabar la frase, Buffy, nada más ponerse de pie le dio tal empujón que se tambaleó hacia atrás.
– Claro…y por eso me has ayudado ¿no?
– Ahora verás, cazadora…voy a saborear hasta la última gota de tu sangre.
Esta vez Buffy sí pudo contener la risa.
– ¿Antes o después de que mi estaca te atraviese el corazón?
Y así, cada uno metido en su papel, continuaron con la lucha…sin embargo después de un rato…
– ¿de verdad crees que vendrán? Yo empiezo a dudarlo, luv. – le dice esquivando una de las patadas de la cazadora.
– un poco de paciencia Spike.
Buffy agarra a Spike por su abrigo y le da varias vueltas, al final lo suelta y el vampiro cae al suelo mareado.
– ya claro, para ti es muy fácil, tú eres la que hace de buena…en cambio yo…me llevo todos los golpes.
Spike se pone en pie, dispuesto a seguir con aquel teatro, cuando siente que alguien se acerca.
– Tenemos compañía, love – le dice en voz baja, y continúa en un tono de voz más alto.
– ¡maldita cazadora! Vas a ser mía!
– Ni en sueños, estúpido vampiro!

Dos soldados que inspeccionaban la zona los oyen gritar.
– Escucha! Parece una cazadora…
– Sí…y un vampiro.
– Dos por uno…vamos, ve a por ellos.
– Ni hablar…, la última vez fui yo primero…y casi termino con el cuello roto.
– Y yo casi no lo cuento!
– Usemos los dardos…por si acaso.
– Buena idea.

Uno de los soldados saca una pistola de dardos tranquilizantes y le dispara a Buffy que cae al suelo de inmediato.
– ¿Buff? ¿Estás bien? – le dice Spike preocupado
– Creo que…me han…drogado – le dice desde el suelo.
– Bloody hell!!
– A que…esperas…vete ya…o echarás…a perder el plan…
– Esto no ha acabado, cazadora…volveremos a vernos y saborearé tu sangre!
Le dice él antes de salir de alli, como si estuviera huyendo.

Cuando los soldados llegaron junto a Buffy, vieron como Spike corría alejándose de allí.
– Ya se nos escapó el vampiro…
– Da igual, tenemos a la cazadora…vale más que cualquier vampiro.
– Hazle ya el análisis no vaya a ser que nos hayamos equivocado – le dice uno al otro dándole un codazo.
– Ya voy.
El soldado saca su aparato analizador y toma la mano de Buffy, ya inconsciente, para que pueda recoger de su dedo una muestra de sangre. Tras esperar unos segundos una voz artificial dice.
“identidad: Desconocida, por confirmar”
“clase: humana – cazadora, confirmado”


Muchos años antes…en Sunnydale

Un remolino se disipa en un callejón oscuro, se trata de Alex, ha viajado al pasado y su misión es conseguir la esfera de tésula, así que se pone en marcha, sin embargo…no sabe muy bien por donde empezar, no podía aparecer como si nada y llevársela. Estaba pensando en todo esto cuando fue arrollado por un coche, salió disparado unos metros, menos mal que debido a todo lo que estaba pasando había vuelto a alimentarse de sangre si no, seguramente…las heridas habrían sido mucho más graves. Aún estaba en el suelo cuando la señora que conducía se le acercó.
– Lo siento mucho…no lo vi…¿está usted bien?
Alex no podía creerselo…era Joyce, su abuela.
– Puedo llamar a una ambulancia.
– No – le dice el incorporándose – estoy bien, no ha sido nada.
– ¿seguro? Ha sido un buen golpe.
– Sí, de verdad…estoy bien, no se preocupe.
– Si puedo hacer algo por usted…
– Pues ahora que lo dice…me vendría muy bien que me acercara en su coche, si no es mucha molestia.
– Oh claro que no, vamos, sube muchacho.

Puede que Alex no hubiera tenido la oportunidad de conocer a su abuela en persona, pero sabía algunas cosas sobre ella. Se trataba de la oportunidad que estaba esperando, había entrado en sus vidas, por casualidad, pero lo había hecho…ahora solo tenía que ganarse su confianza. Y así hizo, Alex sabía que su abuela trabajaba en una galería así que sacó el tema del arte, él también entendía bastante, era un tema que siempre le había llamado la atención…su madre siempre le decía que en eso había salido a su abuela, y efectivamente, así era, congeniaron enseguida.
Joyce lo invitó a pasar a su casa para seguir hablando mientras se tomaban un chocolate caliente, le caía muy bien aquel muchacho y no sabía porqué.

Bajaron del coche y se dirigieron a la entrada de la casa. Fue entonces cuando Alex tuvo la segunda sorpresa de la noche, allí, junto a la puerta, estaban sus padres…y se supone que en esta época ellos aún no estaban juntos…Spike aún no tenía el chip en la cabeza ni tampoco alma, claro. Entonces…¿qué estaba haciendo allí? Era un detalle que a Spike se le había olvidado mencionar antes de que Alex partiera.

Año 2103

Buffy despierta en una celda, está sola y aún se encuentra algo mareada, pero al menos…estaba dentro. Se dio un pequeño golpe en la oreja, para activar los transmisores que Maggie les había proporcionado, apenas eran visible al ojo humano, y se colocaban bien adentro donde directamente estimulaba los huesecillos del oido, así que solo ellos podían oirse.
– ¿Spike? ¿Me oyes? – susurró y esperó a que Spike le contestara.
– Al fin! Ya empezaba a preocuparme… ¿estás bien?
– Sí, estoy en una especie de celda, no me va a ser tan fácil salir de aquí, Spike.
– Mira a tu alrededor…¿hay alguna trampilla o túnel de ventilación? – le pregunta él y
espera un tiempo a que la cazadora le conteste, pero no recibe respuesta alguna.
– ¿Buffy? ¿sigues ahí?
– ¿qué? Sí…estaba pensando… tenemos una nieta muy guapa ¿no crees? – le dice ella sin dejar de inspeccionar la celda.
– Ya me extrañaba a mi que no comentaras nada al respecto.
– Ya…
– Buffy…te noto un poco indiferente desde que estamos aquí ¿qué pasa?
– Nada…
– Buff…que nos conocemos…
– Es solo que no quiero encariñarme con ella, con ninguno…por eso intento mantenerme a parte…así será más fácil cuando tengamos que marcharnos.
– pero así…pierdes la oportunidad de disfrutarlos…
– ya Spike, pero…es que todo esto es… tan raro…ya lo era con Alex, pero ahora…también está la pequeña Buff…y Spike, el de este tiempo y…
Buffy deja la frase en el aire, tiene compañía. Unos soldados se pasean por delante de las celdas.
– ¿Buffy? – puede oir ella que Spike le dice.
Espera a que los soldados se vayan y le contesta.
– Lo siento…no estaba sola.
– Bueno ¿qué? Hay alguna forma de salir?
– No, tendré que esperar a que los soldados me saquen para lo que sea que se proponen hacer conmigo.






















CAPITULO 11

En Sunnydale…

Puede que Alex se sorprendiera al ver allí a Buffy y Spike, pero Joyce no se quedó atrás. Parecía nerviosa, y con inquietud se dirigió a su hija.
– ¡Buffy! ¿Dónde te habías metido? Ha venido la policía…te he estado buscando.
– Espera mamá, entremos en casa, te lo explicaré.
– ¿Quién es ese hombre? – le preguntó a su hija – ¿Quién es usted? – esta vez se dirigía a Spike.
Alex pensó que de momento lo mejor sería mantenerse al margen y eso fue lo que hizo, espero a unos metros de donde los demás hablaban, se dejó caer en el coche y se cruzó de brazos, era extraño… todos ellos formaban una familia, su familia, o mejor dicho… la formarían, pero sólo él era consciente de ello.
– ¿Qué pasa? ¿Tu madre no lo sabe? – oyó Alex que preguntaba Spike mientras la cazadora fijaba su mirada en él.
– ¿El qué?
– Que estoy… en un grupo, en un grupo de rock, con Spike – mintió Buffy.
– Exacto… ella toca… el triángulo…
– La batería – corrigió ella.
– La batería, sí, es una máquina dándole al bombo.
Alex tuvo que contener la risa… no entendía bien que hacían allí los dos y a que venía esa complicidad, pero era divertido verlos así sabiendo como acabarían luego.
– ¿Y tú que haces? – preguntó Joyce desconfiada.
– Yo canto.
– Escucha – le dijo la cazadora a su madre – vamos dentro y hablamos tranquilamente.
– No sé si me parece bien todo esto…
Un vampiro surgió como por arte de magia, nadie lo había sentido llegar, Alex dio un paso al frente, iba a intervenir, no pensó en nada, solo en acabar con ese vampiro, era algo que hacía casi instintivamente, al fin y al cabo, era el hijo de la cazadora, seguramente sería algo que llevaba en su sangre. Pero Spike se le adelantó, le dio unos buenos puñetazos y Buffy acabó el trabajo estacándolo. Hacían un buen equipo.
– Uno de los chicos de Ángel – comentó Spike.
– Seguro que me estaba vigilando, y a ti.
– Bueno, ya no puede contar mucho sobre nosotros.
– Buffy ¿qué es lo que está pasando? – preguntó Joyce que aún no salía de su asombro.
La cazadora miró a Spike, el cual le devolvió la mirada… ha llegado el momento de sincerarse. Buffy se adelantó y se quedó frente a su madre.
– Mamá… soy la cazavampiros.
– ¿qué…qué…? – Joyce no tenía palabras.
– mejor vamos dentro – le dijo Buffy, y fue entonces cuando se percató que había un hombre a unos metros de allí, junto al coche, que los miraba con atención – mamá…¿quién es ese? – le preguntó casi en un susurro.
Alex pensó que habían tardado mucho en percatarse de su presencia… aunque la verdad es que ellos parecían tener sus propios problemas. Joyce fue a explicarle quién era aquel extraño pero Alex se le adelantó.
– Me llamo Alex – dijo acercándose a ellos.
Buffy lo amenazó con su estaca.
– Eh! ¡Que no soy un bloody vampiro! – exclamó Alex – baja eso ¿quieres?
– Vale, entonces… ¿quién eres?
– Eso… ¿y qué diablos quieres de nosotros?
– Spike, esto no es asusto tuyo – dijo Buffy.
– Eso da igual – dijo Alex – veo que tienes… tenéis – corrigió mirando a Spike – problemas, así que será mejor que os deje. Encantado de conocerla señora Summers.
Joyce asintió con un simple movimiento de cabeza.
– Buffy, Spike… ha sido un placer.

Aunque Alex no quería separarse aún de sus padres y su abuela, no tuvo otro remedio. Era Willow la que usaría la esfera de Tésula para hacer el hechizo. Tendría que haber ido a hablar con ella nada más llegar, sin embargo, debido a ese accidente se encontró con su abuela y pensó que podría conocerla un poco mejor.
Se despidió y se fue de allí, dejando que el destino siguiera su curso. Sin embargo aquella visita no había sido en vano, había merecido la pena sólo por averiguar que entre sus padres había química mucho antes de lo que le habían contado.


Año 2103…
Instalaciones militares…

Un par de soldados había venido a buscar a Buffy a su celda, iban a llevarsela a su jefe, pues era extraño que en estos tiempos hubiese una cazadora sin identificar, ya que desde hacía bastante tiempo se había implantado el método de identificación mediante ADN y cuando alguien nacía era inmediatamente registrado en una base de datos.
Sin embargo la cazadora no tenía intención de ponerselo fácil. Ella tenía unos planes muy distintos y le deba igual lo que aquellos soldados quisieran hacer con ella, no iban a tener la ocasión. Mientras que era arrastrada, se hacía la inconsciente, ellos creían que estaba drogada, pues habían puesto un sedante en la comida, comida que ella no había probado, claro está. En cuanto tuviera la oportunidad, se desharía de ellos, e intentaría encontrar la manera de salvar a todas aquellas chicas que estaban encerradas en las celdas, todas eran cazadoras, y lo eran porque ella una vez compartió su poder… en parte se sentía responsable del destino de todas y cada una de ellas, y era su deber como cazadora rescatarlas, encontraría la manera, tenía que hacerlo. Mientas pensaba todo esto los soldados se habían detenido frente a un ascensor, esperaban impacientes, y habían bajado la guardia. Era la oportunidad que estaba esperando.
– Lo siento chicos – dijo ella sarcástica mientras se deshacía de los soldados – pero no puedo quedarme.
Uno de los soldados fue a sacar su arma de electroshock en el mismo instante que el ascensor abría sus puertas. Buffy actúo deprisa, de una patada desarmó al soldado, y con una segunda patada hizo que cayera dentro del ascensor. El otro soldado se le había acercado por detrás, pero ella ya lo había intuido así que le dio un buen codazo en el estómago que hizo que el soldado se retorciera por el dolor, momento que ella aprovechó para lanzarlo junto a su compañero que ya se estaba incorporando.
– Vais al primer piso ¿verdad? – dijo ella mientras pulsaba el botón correspondiente – yo me quedo aquí, hasta otra chicos.
El ascensor cerró sus puertas y se puso en movimiento, llevándose a los soldados con él. Buffy se encontraba en un pasillo largo, muy largo con lo que parecían infinidad de puertas, ella había llegado allí por una de ellas…
– ¡Buffy! ¿estás ahí? – oyó que le decía Spike a través del transmisor.
– Sí… pero no sé donde es ahí – contestó – ¿puedes ayudarme?
– Dame un segundo que active el bloody radar.
– No tengo un segundo Spike, pueden volver en cualquier momento.
– Vale, vale, ya está, te tengo.
Una alarma comenzó a sonar por toda la instalación, las luces cambiaron y de ser luces blancas e intensas pasaron a ser rojas y centelleantes.
<<>> decía una voz artificial una y otra vez.
– Rápido Spike… dime ¿Dónde voy a ahora?







CAPITULO 12

En Sunnydale…

Willow estaba sola, medio tumbada en la cama. Oz y Cordelia había ido a buscar lo necesario para volver a intentar realizar el conjuro, y Xander había ido a avisar a Buffy.
Llamaron a la puerta ¿quién podría ser? Estaba abierto así que Alex solo tuvo que empujar levemente para que la puerta cediera.
– hola… ¿Willow?
– ¿quién eres?
– ¿podemos hablar?
– eso depende… ¿qué quieres?
– necesito que hagas algo por mi… tengo entendido que vas a intentar de nuevo devolverle el alma a Ángelus ¿no es así?
– ¿Cómo sabes eso?
Alex suspiró… se suponía que no debía contarle nada… que su identidad debería permanecer en secreto…se sentó en los pies de la cama sin dejar de mirar a aquella Willow, tan cambiada, tan distinta de cómo él la había conocido.
– Will… – dijo – lo que voy a contarte ahora… debe quedar entre nosotros.
– Empiezas a asustarme…
– Mi nombre es Alex – continúo – y… no soy de este tiempo.
Esperó a ver la reacción de la bruja. Willow se limitó a fruncir el ceño… no podía ser cierto, los viajes en el tiempo eran imposibles, al menos de momento.
– ¿Vienes del futuro? – le preguntó.
– Tú siempre tan lista… sabía que si había alguien capaz de creerme… esa eras tú. Sí, vengo del futuro…
– Un momento… ¿me conoces?
– Sí, os conozco a todos, a ti, a Xander, Buffy, Dawn…
– ¿Dawn? ¿Quién es Dawn? – preguntó ella confusa.
Alex se dio cuenta que acababa de meter la pata, Dawn aún ni siquiera existía…
– Lo siento… me confundí – se excusó – pero el caso es que… de donde vengo… Ángel ha vuelto a perder su alma y necesito tu ayuda.
– Entonces… ¿funcionará? ¿lo conseguiré? ¿Ángelus volverá a ser Ángel?
– Lo conseguirás, pero me meto que será demasiado tarde… Buffy lo enviará a una dimensión infernal… pero volverá. Escucha Willow, no tengo mucho tiempo, ya tendrás ocasión de descubrir por ti misma tu propio futuro… mira, necesito que hagas este conjuro antes de realizar el que le devolverá el alma a Angel.
Alex le pasó un papel doblado, escrito por la propia Willow del futuro.
– Eh! Esta es… mi letra… – comentó ella.
Alex sonrió, había sido buena idea esa de que ella misma escribiera aquella nota, así su historia sería más creíble.
– Está bien – dijo la bruja – lo haré… pero dime… ¿quién eres? Porque me resultas muy familiar…
– No puedo decírtelo, si lo supieras… seguramente todo cambiaría, aún no estás preparada para saber la verdad, lo siento.
– Está bien, lo entiendo… pero dime… ¿cómo? quiero decir… ¿cómo puedes viajar de una época a otra?
– tendrás que esperar unos años para saber la respuesta a esa pregunta, ya te he dicho que…
– vale vale, como quieras, no me cuentes nada… bueno, solo una cosa más… ¿qué… qué hace esto? – le dijo enseñándole el trozo de papel.
– Es un conjuro de duplicación, cuando lo realices duplicarás la esfera, así yo podré llevarme una.
– ¿porqué no lo haces tú?
– ¿cómo voy a explicarle a los demás quién soy y lo que hago aquí?
– Entiendo… pero esto es lo que haremos… tu me cuentas lo que va a pasar de aquí a mañana, yo duplico la esfera de tésula, y si veo que tienes razón, que no eres un loco que se ha colado en mi habitación, podrás llevártela ¿te parece bien?
– Así que… aún no me crees ¿eh? Está bien, pues ya te he dicho lo que le pasará a Angel. En cuanto a Giles, tranquila, Buffy y Spike conseguirán salvarlo.
– ¿Spike? ¿qué pinta Spike en todo esto?
– Él y Buffy han llegado a un acuerdo. Lo siento pero tengo que marcharme ya… Oz y Cordelia estarán a punto de llegar.


Año 2103

Gracias a las indicaciones de Spike, Buffy pudo llegar a la sala de las celdas, donde cientos de chicas habían perdido la esperanza. Se acercó a una de ellas y la llamó.
– Eh! – dijo.
Era una joven cazadora, de unos quince o dieciséis años. Cuando vio que Buffy la llamaba para que se acercara a ella no podía creérselo.
– ¿cómo te llamas? – le susurró.
La chica se aproximó a Buffy, y desde el otro lado del campo de fuerza que la tenía encerrada le contestó.
– Stella.
– Vale, escúchame Stella, voy a sacarte de aquí.
– ¿qué?
Buffy no contestó, en vez de eso pasó una tarjeta de seguridad que previamente le había quitado a uno de los guardias. Inmediatamente el campo de fuerza se esfumó.
– ¿quién eres? – preguntó la chica.
– Ya habrá tiempo para presentaciones, toma – le dijo pasándole una segunda tarjeta – ve abriéndole a las demás, esto nos llevará un buen rato.
La joven cazadora asintió y juntas fueron abriendo las demás celdas, liberando a todas y cada una de las prisioneras, el plan estaba funcionando, aquellos soldados no habían aprendido la lección, sin pretenderlo habían creado un ejército de cazadoras que atacarían al enemigo desde dentro.
– ¿Buffy? – oyó en su oido como Spike la llamaba.
– estoy aquí – contestó ella mientras abría una celda más – todo va según lo previsto.
Stella se quedó observándola ¿con quién estaría hablando? ¿o es que hablaba sola?
– la proxima vez no tardes tanto en dar señales de vida – dijo él algo molesto.
– oh! Lo siento Spike, pero ya tengo bastantes cosas de las que preocuparme aquí.
Esta vez la joven cazadora supo que debía estar hablando con alguien, con un tal Spike… ¿dónde había oido ella antes ese nombre?
– Solo digo que me tenías preocupado.
– Pues deja de preocuparte ¿quieres? Todo está saliendo bien.
– Oh oh!
– ¿qué?
– Me temo… que tengo compañía, pet. Tengo que dejarte.
– ¿Spike?
Pero no pudo oir respuesta alguna por parte del vampiro. Éste había cortado la comunicación.
Stella se acercó a Buffy al ver que se había quedado paralizada.
– ¿Estás bien? – le preguntó – ¿con quién hablabas?
– Creo que… – dijo Buffy más bien hablando con ella misma – creo que Spike tiene problemas.










CAPITULO 13

Año 2103

Spike estaba oculto entre unos arbustos observando en un radar que llevaba en la mano la posición de Buffy mientras hablaba con ella gracias al transmisor, Maggie había hecho un gran trabajo, el único problema era que tenía que permanecer cerca de Buffy, así que allí estaba, en las afueras de las instalaciones militares, allí había permanecido todo el tiempo.
– Me temo… que tengo compañía, pet. Tengo que dejarte. – le decía mientras se escondía el radar en uno de los bolsillos de su abrigo, éste no era el que una vez tuvo, la chaqueta de Niki hacía tiempo ya que no lo acompañaba, desde aquel incidente en Roma, sin embargo prácticamente era igual, la oficina de W & H de Roma le había proporcionado chaquetas para toda la eternidad, algo de lo que Buffy solía quejarse a menudo, pero la cazadora no tenía nada que hacer, puede que por ella hubiera cambiado a un hombre mejor y que por ella recuperara su alma, pero nunca conseguiría que cambiara de look, le gustaba su aspecto y se enorgullecía al comprobar que en el futuro en que ahora estaba seguiría con él, su abrigo negro y su pelo descolorido.
Cuando Spike sintió que unos soldados andaban cerca intentó pasar inadvertido, no porque temiera a esos debiluchos si no porque debía ayudar a Buffy a salir de allí, su misión consistía en ir guiandola hacia la salida, no es que fuera muy divertido pero sí que era útil. Sin embargo de nada le sirvió esconderse, aquellos soldados estaban muy bien equipados, llevaban gafas de visión nocturna y no tuvieron problema alguno en dar con él. Cuando Spike supo lo que sucedía era demasiado tarde, no lo vio venir, tan solo notó que un pinchazo en el cuello, se llevó la mano hacia alli y supo que un dardo lo había alcanzado. Tiró de él y consiguió sacárselo pero ya era demasiado tarde, los párpados le pesaban y poco a poco fue quedándose inconsciente.


Buffy seguía bastante preocupada por Spike, había intentado volver a hablar con él pero no contestaba, lo conocía bastante bien como para saber que podía apañárselas solo, o al menos, eso es lo que quería creer. Todas las cazadoras estaban ya fuera de sus celdas, esperando las indicaciones de su liberadora, cientos de ellas de todas las edades murmuraban entre sí sin dejar de mirar a Buffy de reojo, las había sacado de sus celdas pero ahora tenía que convencerlas para que lucharan por su libertad.
– Atención, oidme – les dijo – no tenemos mucho tiempo antes de que lleguen.
Todas se callaron de golpe y esperaron a que Buffy continuara hablando.
– He venido a sacaros de aquí, pero no puedo hacerlo sola. Cada una de vosotras tiene un gran poder – al decir esto las chicas volvieron a hablar entre ellas en voz baja – lo sé – dijo Buffy alzando la voz para hacerse oir – porque yo también lo tengo.
Buffy esperó a que reinara de nuevo el silencio, ya había conseguido llamar su atención.
– No tengo ni idea de lo que sabréis sobre las cazadoras y el origen de su poder – continuó diciendo – Cuando salgamos de aquí os contaré todo lo que sé, pero para eso, primero debemos luchar, debemos dejarle claro a esos soldados quién tiene el poder, entre todas lo conseguiremos. Os estoy dando la posibilidad de elegir… ¿quereis ser libres o quereis pudriros en una de estas celdas? La decisión es vuestra, así que… ¿qué me decís?
Peor ninguna de las cazadoras se atrevía a hablar.
– Yo digo que les pateemos el culo a esta gente – dijo Stella que había permanecido todo el rato junto a Buffy – enseñémosle de qué estamos hechas.
– Sí – dijo una de las chicas, y a ese sí, siguieron otros muchos, todas estaban de acuerdo.
– ¿Quién eres tú? – preguntó una de ellas – ¿por qué quieres ayudarnos?
– Mi nombre es Buffy – les dijo dirigiendose a todas – y hago esto porque…
– ¡Claro! – interrumpió Stella – ¡Ya decía yo que me sonaba! ¡Buffy y Spike! La anciana me habló de vosotros.
– ¿de qué hablas Ste? – le preguntó una de sus compañeras de prisión.
– Venga chicas… No me direis que no habeis oido hablar de ellos ¿verdad?
– ¿Qué os parece si dejamos eso para luego? – dijo Buffy al ver que una docenas de soldados entraban en formación en aquella sala. Stella miró a Buffy asintiendo, como diciendole que estaba preparada, ella le devolvió el gesto y juntas comenzaron el ataque.


En Sunnydale…

Alex había estado esperando el momento para volver a hablar con Willow, todo había ido bien, Willow había hecho el conjuro, Buffy había enviado a Ángel a una dimensión infernal y Giles estaba a salvo.
Los observaba de lejos, estaban todos reunidos preocupados por Buffy, se había ido de casa sin decirles nada. Hablaban de lo que habría pasado y pudo oir a Willow que les decía que no tardará en volver. Se pusieron en marcha, al final del grupo iban Oz y Willow, la cual iba en una silla de ruedas. Era el momento de hablar con ella.
Se acercó y se dejó ver.
– Espera – le dijo Will a Oz, por lo que este se detuvo.
– ¿Qué pasa?
– ¿puedes dejarme sola un momento? Tengo que hablar con él.
Oz miró a Alex con desconfianza pero accedió a lo que ella le pedía.
– De acuerdo – dijo marchándose.
– Hola – saludó Alex mientras cogía la silla de ruedas y se llevaba a Willow con él a un sitio más tranquilo – ¿cómo estás?
– Bien… ¿qué sabes de Buffy? Volverá ¿verdad?
– Creo que ya lo sabes, no necesitas que yo te lo confirme, confía en tu conrazón ¿Qué te dice?
– Que volverá.
– Creo que tienes algo para mi…
– Sí – Willow sacó de un bolso un esfera y se la entregó a Alex – espero que no me estés mintiendo.
– No lo hago – le contestó él guardandose la esfera.
– ¿no puedes contarme nada del futuro? ¿nada?
Alex suspiró.
– Ya sabes demasiado, créeme. Tienes suerte de que no use el desmemorizador contigo.
– Entonces… ¿ya te vas?
– Me gustaría quedarme un poco más, pero hay gente que me está esperando ¿quieres que te lleve con tus amigos?
– No, puede que aún no tenga fuerza suficiente en las piernas para andar, pero puedo mover los brazos, me las apañaré sola, no te preocupes.
– Me alegro de haberte visto, Will.
– Y yo de haberte conocido. No sé quien eres pero me caes bien.
– Tengo que irme ya.
– Mucha suerte.

Alex dejó que Willow se alejara de allí, cuando estuvo lo bastante lejos se dio media vuelta, necesitaba un sitio donde no lo viera nadie para poder regresar al futuro.














CAPITULO 14

Año 2103

Cuando Spike despertó se encontraba en una celda, no sabía con seguridad donde estaba ni cuanto tiempo había pasado. Una vez que fue consciente de su situación lo primero que hizo fue activar el transmisor.
– ¿Buffy?
– ¡Spike! – oyó que le decía ella con cierta angustia – al fin! ¿estás bien?
– Define bien – le dijo inspeccionando la celda en la que estaba.
– Spike, que no estoy para bromas ¿qué ha pasado?
– Me han cogido, estoy en una celda, pero estoy bien ¿Y tú? ¿qué tal?
– Un segundo.
Mientras hablaba con Spike había estado peleando con los soldados, estaban muy bien armados, pero no tenían nada que hacer contra todas aquellas cazadoras.
– ¿Es que no vais a aprender nunca? – le decía al mismo tiempo que lo lanzaba hacia atrás de una patada.
– ¿Con quien hablas? – oyó que le decía Spike.
– He liberado a las chicas, estamos luchando con algunos soldados.
– ¿por qué no le preguntas donde me tienen? Este sitio es un bloody laberinto, además, me han quitado el radar.
– Eh tú! – gritó Buffy al soldado que estaba en el suelo – ¿Dónde llevais a los hostiles? –se agachó junto a él y esperó que le contestara, pero no lo hizo, en vez de eso le volvió la cara.
– ¿Y bien? – preguntó Spike impaciente – ¿qué te ha dicho?
– Nada, aún no ha dicho nada.
– Hazlo hablar, maldita sea! Dale una de tus patadas o…
– Calla! – Le dijo cortando la transimisión. Ya sabía que Spike estaba bien, ahora estaba más tranquila, pero tenerlo todo el rato hablandole en su oreja le impedía concentrarse en lo que estaba haciendo.
– Habla de una vez! – le dijo agarrándolo por el cuello en señal de amenaza.
– En el edificio B, allí llevamos a todos lo hostiles.
Stella se acercó a ella, ya no quedaba ningún soldado en pie, y quería saber cual sería el siguiente movimiento.
– Buffy.
– ¿si?
– ¿cómo vamos a salir de aquí?
– Cambio de planes, yo no voy a ninguna parte, encárgate tú de sacar a las demás, yo tengo que ayudar a Spike.
– ¿Spike? Hablabas con él antes ¿verdad?
– Tengo que llegar al edificio B… tengo que sacar a Spike de ahí cuanto antes – dijo hablando con ella misma.
– Yo voy contigo… sé como llegar hasta allí.
Buffy asintió agradecida y activó de nuevo el transmisor dandose un pequeño golpe en la oreja.
– siento haberte cortado así antes, cariño – le dijo a Spike.
– vaya susto me has dado…
– lo siento de verdad, pero ya sé donde estás. Spike, voy a sacarte de ahí.
– lo sé, pero procura no tardar mucho… no quiero despertarme con otro chip en la cabeza.
– Eso no va a pasar.
– Eso espero.
– En serio, esta vez me tienes a mi de tu lado y recuerda que mi equipo siempre gana. Además, ya sabes que estoy dispuesta a hacer lo que haga falta por ti.
– temblad soldaditos temblad, que la cazadora vuestro culo os va a patear.
Buffy no pudo evitar soltar una carcajada. Stella la observaba mientras hablaba con Spike, parecía otra persona, no era la chica seria y desonfiada que había ido a rescatarlas, se la veía alegre y despreocupada.
– ¿Te has dado cuenta de que te ha salido una rima? – le dijo con una sonrisa.
– Oh vaya! Es cierto. Cuando salgamos de aquí recuérdame que la incluya en mi libro.
– No puedes poner eso en el libro Spike…
– ¿Por qué no? con algunos retoques quedará genial.
– Ya claro…
– Eh!
– ya tengo ganas de acabes ese libro tuyo ¿Cuándo podré leerlo?
– cuando esté acabado.
– Pfff…
– ¿qué estás insinuando?
– yo? Nada…
– con que nada ¿eh? Porque no estoy allí contigo… que si no ibas a saber lo que es bueno.


En Sunnydale…

Alex se disponía a regresar a su tiempo, llevaba la esfera de tésula en una mano mientras que con la otra marcaba la fecha a la que quería viajar en el transportador.
El remolino surgió como las otras veces que había viajado en el tiempo, pero con la energía la esfera se le resbaló de la mano, iba a caerse al suelo, pero en el último momento Alex se hizo con ella, sin embargo, el transportador fue el que cayó rompiendose en dos al chocar contra el suelo, el remolino se detuvo antes de lo previsto. Alex miró a su alrededor, seguía en Sunnydale así que no podía haber avanzado mucho en el tiempo… ¿pero en qué año estaba?
Se agachó a recoger lo que quedaba del transmisor… no tenía una avería grave pero suficiente como para inutilizar el aparato, una parte se había desprendido, si no lo arreglaba… no tenía forma alguna de volver a su época. Además, tampoco podía comunicarse con los chicos… esa función también se había estropeado. Y ellos no sabían donde estaba… ni siquiera él sabía en que época estaba.
Se puso en marcha… necesitaba algunas piezas para reparar el transportador.































CAPITULO 15

Año 2103…

Riley entraba en su despacho por la puerta de atrás, la que daba a la sala de rejuvenecimiento, se lo veía preocupado y tenía motivos para ello, pues durante su última sesión había sonado la alarma, una de las cazadoras se había escapado. Unos soldados irrumpieron allí nerviosos.
– ¿no sabéis llamar?
– tenemos problemas, señor – dijo uno de ellos.
– lo sé, yo también he oido la alarma.
– no, no lo entiende – comenzó a decir el otro – la última cazadora que hemos capturado ha escapado y ha abierto todas las celdas del bloque A.
– maldición – murmuró mientras se acercaba a su mesa, allí pulsó un interruptor y habló por el micrófono.



Stella había insistido mucho en ir con Buffy, sabía el camino hacia el edificio B y además quería conocer a Spike, sentía curiosidad. Sin embargo tuvo que conformarse con indicarle el camino y quedarse a cargo de las demás cazadoras, tenía que sacar a las chicas de allí, y ella conocía el camino. Stella siempre fue una de las mejores cazadoras de las pocas que había en la Resistencia, su entrenamiento se lo debía en parte a la anciana, llamada así porque nadie recordaba qué edad tenía exactamente, solo que era muy vieja. Ella fue la que fundó el movimiento rebelde que se hizo llamar la Resistencia, estaba formada por algunos soldados desertores, familiares de las cazadoras capturadas y unas pocas cazadoras que aún no habían sido detectadas por la nueva Iniciativa.


Un Riley que aparentaba bastantes años menos de los que tenía caminaba ansioso en su despacho de un lado a otro cuando un soldado se presentó ante él.
– ¿qué pasa ahora? – preguntó malhumorado.
– Ha sido capturado un hostil en el perímetro y llevaba esto encima, señor. – dijo mostrándole el radar que Spike usaba para localizar a Buffy.
– que extraño – comentó – ¿qué tipo de hostil era?
– un vampiro, señor! El analizador lo ha reconocido como el hostil 17.
– ¿qué? ¿estás seguro?
– Sí, señor, seguro, ese aparato nunca falla.
– Así que Spike ¿eh? ¿qué estará tramando? Puede que esté con la resistencia – murmuraba y añadió en un tono de voz firme – traédmelo!
– a la orden! – dijo el soldado justo antes de marcharse de alli dejando a Riley solo. Este examinaba el aparato que el soldado le había traído, lo activó y pudo ver un punto rojo que subía las escaleras del bloque A.


Buffy corría escaleras arriba lo más rápido que sus piernas le permitían. Según Stella ellas estaban en el edificio A y la forma más segura de pasar al B era por el tejado, allí había una pasarela de emergencia que conectaba ambos edificios y que apenas tenía vigilancia. Para Buffy Stella fue toda una sorpresa, aunque era joven no era para nada inexperta, la había visto luchar contra los soldados y no lo hacía nada mal, de hecho, lo hacia mejor que ella a su edad. Además, conocía aquellas instalaciones muy bien y se preguntó como era posible. Pero lo que Buffy no sabía era que Stella había nacido y se había criado en la resistencia. Su madre, al igual que ella era una cazadora, la única que hasta ahora había conseguido escapar con vida de aquellas instalaciones, y fue gracias a su padre, un soldado que cambió de vida cuando se fugó con la cazadora de la que se enamoró, él le había enseñado a Stella todo cuanto debía saber de la Iniciativa y su madre la había educado como una cazadora desde que tenía uso de razón.
Buffy no sabía con exactitud cuantas plantas había subido ya, pero eran suficientes como para que empezara a faltarle el aliento. Desde que se separó de las chicas no había interrumpido la conexión con Spike.

– ¿son jadeos eso que oigo? –preguntó él a través del transmisor – Vaya, parece que no estás en plena forma, luv.
– ¡Eh! Que esto es un maldito rascacielos – protestó ella – cuando vea a Stella recuerdame que la mate, yo la mato, llego a saber esto y cojo el ascensor, aunque tuviera que enfrentarme yo sola a un ejército.
– Es curioso.
Buffy se paró un segundo a coger aire.
– ¿el qué?
– Cazadoras y vampiros con un enemigo en común, es raro que no se hayan formado ya alianzas ¿no crees? Nosotros lo hicimos – comentó Spike recordando cuando él y la cazadora unieron sus fuerzas para acabar con Ángelus.
Ella seguía subiendo pero a un ritmo más lento, necesitaba recuperarse un poco antes de volver a correr.
– Es complicado Spike – contestó entre jadeos – muchas de estas chicas ni siquiera sabían lo que eran hasta que entraron aquí, además – añadió – no todas tienen la suerte de tener un vampiro tan guapo con el que aliarse.
Ante aquel comentario el vampiro dejó escapar unas risas, Buffy no tenía necesidad de verlo, podía imaginárselo perfectamente, había visto a Spike reírse de esa forma infinidad de veces y adoraba cuando lo hacía. Pero entonces él se calló de repente.
– ¿Qué pasa?
– te dejo, creo que viene alguien – le dijo antes de cortar la transmisión.

Buffy aceleró el paso, tenía que llegar cuanto antes, estaba cansada pero eso no la detendría, tenía que encontrar a Spike, no podía dejar que le hicieran nada, no podría soportar perderlo.


En Sunnydale…

Alex debía arreglar el transportador cuanto antes, había ido a una ferretería y había comprado alguna de las piezas que faltaban, sin embargo aquel aparato no funcionaba solo gracias a la ciencia, era una combinación de ciencia y magia, y por desgracia, la pieza mágica principal esta hecha añicos. Necesitaría reemplazarla por otra y no conocía un sitio mejor para eso que la tienda de magia.























CAPITULO 16

Año 2103…

Stella y las demás cazadoras peleaban con otro grupo de soldados que habían ido a su encuentro, su misión consistía en llevarlas a un lugar seguro, era lo que Buffy le había pedido que hiciese y no iba a defraudarla. Habían quedado en encontrarse en las afueras, en un bosque, uno de los pocos que quedaban en estos tiempos tan difíciles, sin embargo no iba a resultar fácil, eran muchas chicas y no pasarían desapercibidas.


Buffy por fin había llegado al edificio contiguo, ahora solo tenía que descubrir donde estaba Spike. Tal como Stella le indicó en la última planta del bloque B había una sala de vigilancia, desde allí podría ver imágenes de todas las celdas y localizar a Spike pero antes tenía que acabar con el soldado que estaba frente a ella.
– Eh! No puedes estar aquí – le dijo.
– ¿Crees que no lo sé?
La cazadora le dio un fuerte puñetazo al soldado lo que hizo que este se tambaleara hacia atrás unos metros. Inmediatamente quiso dar la alarma pero Buffy lo agarró por el brazo justo antes de que pulsara el botón.
– lo siento, pero no puedo dejar que lo hagas – le dijo sarcástica justo antes de volver a pegarle, esta vez lo dejó inconsciente.
– ¡mierda! Creo que me he pasado – comentó – ¿ahora quién me va a decir como funciona esto?
La preocupación de Buffy era lógica, pues ante ella tenía un extraño panel, parecía que fuera de cristal, metacrilato tal vez, y estaba dividido en varias casillas.
– supongo que se activará con el tacto – habló con ella misma.
Llevó una mano hasta la pantalla y tocó una de las casillas, al instante la imagen que ella había tocado se amplió hasta ocupar toda la pantalla. Volvió a tocar el cristal deslizando su mano por ella y esta vez la imagen se desplazó a la derecha.
– ¡Vaya! Esto está genial pero no veo a Spike por ninguna parte – dijo y volvió a tocar la pantalla, la imagen inicial surgió ante ella y pulsó en otra de las casillas, esto le iba a llevar más tiempo del que tenía pensado.

En Sunnydale…

Alex acababa de entrar en la Magic Box y Anya va a su encuentro.
– ¡Hola! ¿en qué puedo ayudarlo?
– Pues verás… estoy buscando un…
Pero Alex no pudo terminar la frase ya que Willow entró en la tienda y se quedó boquiabierta al verlo allí.
– ¡Tú!
– Veo que no me has olvidado – le dijo él acercándose.
– No, claro que no…
– ¿Podemos hablar a solas?
Willow miró a Anya y esta asintió justo antes de irse a hablar con otro cliente que había junto al mostrador.
– ¿qué qué haces aquí? – le preguntó.
– He tenido un pequeño problema con mi transporte, esperaba no encontrarme contigo, ya sabes demasiado… pero ya que me has visto… ¿me ayudas? –le dijo él poniendo cara de niño bueno.
– claro ¿Qué ha pasado?
– tengo que arreglarlo – le dijo mostrándole en transportador roto, lo necesito para volver a mi tiempo.
– ¿Aún no has vuelto?
– Tuve un accidente, bueno está bien, se me cayó – confesó – mientras estaba de camino se hizo pedazos y me detuve antes de tiempo.
– Entiendo – dijo cogiendo el aparato – vaya! Esto es fascinante.
– Le falta el núcleo, necesito un pentáculo de triskel y tenía la esperanza de que tuvierais alguno aquí.
– Pues estás de suerte, porque creo que vi uno abajo el otro día, vamos.


Año 2103…

Después de varios intentos la cazadora empezaba a estar desesperada, empezó a pulsar la pantalla sin orden alguno y se detuvo en cuanto vio a Spike, unos soldados lo arrastraban, es como si lo hubiesen drogado pues él parecía incosciente.
– Spike… aguanta – dijo angustiada, como si él pudiera oirla – ya estoy cerca.
Buffy activó el transmisor.
– Spike ¿puedes oirme? Vamos cariño… contesta.
Nada, al otro lado nadie respondía.
– ¿Dónde estás?
Con el descontrol que había tenido tocando la pantalla ahora no sabía en que planta se encontraba Spike.
Buffy puso su mano en el cristal y empezó a deslizarla con la esperanza de ver algo que lo dijera donde se encontraba. Los soldados se pararon frente a los ascensores y entonces Buffy pudo ver que estaba en la planta 37.
– ¡genial! –exclamó la cazadora antes de salir de alli corriendo.


Los soldados esperaban aburridos en el ascensor a que este llegara a la planta baja en la que se encontraba el despacho de Riley.
– No entiendo porqué tiene tanto interés en este hostil – comentaba uno.
– Sí, solo es un vampiro más ¿no?

La trampilla del techo del ascensor se vino abajo sin previo aviso dándole a uno de los soldados en la cabeza.
– ¡Ayy!
– En eso os equivocáis – dijo Buffy cayendo junto a ellos de un salto – no es como los demás, y es mio.
Con la habilidad que solo las cazadoras poseían le dio una patada a uno de ellos, luego se agachó y giró sobre si misma con la pierna extendida haciendo que el soldado que aún se quejaba por el golpe de la trampilla cayera al suelo. Mientras pulsaba el freno de emergencia del ascensor el soldado que aún seguía en pie quiso atacarla por detrás pero ella le dio un buen codazo en el estómago lo que provocó que el soldado se retorciera del dolor.
Las puertas se abrieron, Buffy cogió a Spike que seguía inconsciente y saltó el escalón que los separaba de la planta en la que el ascensor se había parado.
– Ahora solo tengo que salir de aquí.























CAPITULO 17

Año 2103…

Stella ya estaba prácticamente fuera de las instalaciones militares junto con las demás cazadoras, solo una planta las separaba de la salida, iban más lentas de lo previsto y se debía a los soldados que seguían tras ellas no dejaban de llegar ¿no se iban a rendir nunca?
– Ste! Empiezo a estar cansada... y no soy la única – le dijo una de las cazadoras que luchaba junto a ella.
– vamos chicas! Ya queda poco, aguantad un poco más.
Pero sabía que tenían razón, si seguían así pronto no podrían hacerles frente, tenía que pensar en algo y pronto.
– ¡lo tengo! – dijo en voz alta mientras esquivaba uno de los dardos de los soldados.
– ¿de qué hablas?
– enseguida vuelvo, vosotras intentad llegar a la salida, no tardaré, bueno, puede que un poco pero no mucho.
Y dicho esto Stella se abrió paso entre los soldados con piruetas y patadas, una vez que estuvo al otro lado del frente corrió escaleras arriba, si no recordaba mal, su destino estaba solo una planta más arriba, solo esperaba que Buffy hubiese encontrado ya a Spike.

Y lo había hecho, el ascensor se había parado en la planta 12, caminaba por un largo pasillo en dirección a las escaleras cargando con Spike.
– ¿Cuánto tiempo va a durar la maldita droga? – protestaba la cazadora – no recordaba que Spike pesase tanto… ¡Oh no! ¡Más soldados no! – dijo desesperanzada dejando a Spike en el suelo pues tenía ante ella a cuatro soldados que no tenían la más mínima intención de dejarla pasar.


Stella había alcanzado su objetivo, la mayoría de los soldados estaban ocupados luchando contra las cazadoras así que se habían descuidado y dejaron aquella sala sin vigilancia alguna, grave error por su parte.
La joven cazadora sacó de sus bolsillos una tarjeta magnética que le había quitado a uno de los muchos soldados con los que había acabado y la introdujo en la ranura. Una puerta corredera se abrió ante ella dejando paso a una sala con escasa iluminación y con muchos controladores, no sabía para que servirían mucho de ellos sin embargo poco importaba eso ahora, le bastaba con saber que el botón rojo servía para activar la autodestrucción. Así que lo pulsó.
En una pantalla similar a que antes había usado Buffy para localizar a Spike surgieron una letras.
<¿Activar autodestrucción? Sí o No>
Stella tocó la palabra Sí y otras letras surgieron.
<¿Tiempo? 1h 45’ 30’ 15’ 10’ 5’ 2’ 1’>
Se pensó bastante que tiempo poner, debía ser lo bastante rápido como para que no pudieran desactivarla pero temía que Buffy y Spike siguieran dentro cuando aquello explotara.


Buffy se había deshecho de los soldados sin ninguna dificultad y ahora seguía cargando con Spike, había cruzado al bloque A por la pasarela de la planta 10, sólo tenía que seguir bajando para llegar a la salida, pero esta vez usaría el ascensor.


En Sunnydale…

Willow y Alex habían bajado al sótano de la tienda para buscar el pentáculo, ella rebuscaba en las estanterías mientras hablaban.
– juraría que había uno por aquí – comentó – por cierto, al final Buffy sí que regresó.
– lo sé y dime… ¿qué tal está?
– pues no muy bien, no hace mucho murió su madre ¿sabes?
– ¿Joyce? Vaya…
– Sí, no está pasando por un buen momento, además también estamos preocupados por Dawn… ¡un momento! ¡Dawn! ¡Claro! La otra vez que hablamos me hablaste de ella ¿verdad?
– Se me escapó, para mi Dawn siempre ha formado parte de mi vida…
– entonces… lo vamos a conseguir ¿no? ¿venceremos a Glory?
– ya sabes que no puedo responderte ese tipo de preguntas.
– Voy a preguntarle a Anya si sabe algo del pentáculo ¿de acuerdo? No veo que esté por aquí.

Año 2103…

Después de mucho pensar Stella activó la autodestrucción en modo silencioso para dentro de 15 minutos, así se aseguraba de que todas estuvieran fuera de allí y con suerte, cuando los soldados se dieran cuenta de lo que pasaba ya sería demasiado tarde para ellos. La joven cazadora regresó junto con sus compañeras que no habían dejado de luchar, habían conseguido retroceder una planta, ya podían ver la salida a unos metros de ellas.
– ¡vamos salid todas! – gritó Stella mientras se quedaba haciendo frente a los soldados.
Las chicas no tuvieron que pensárselo dos veces y corrieron hacia la salida. Sólo Stella y un par de cazadoras más seguían luchando, entre las tres acabaron con el ultimo soldado de esta tanda, iban a salir de allí cuando las puertas del ascensor que estaba a su izquierda comenzaron a abrirse.
– ¡marchaos vosotras! – les dijo Stella a sus compañeras – yo me encargaré de… ¿Buffy?
Las dos cazadoras salieron de allí a toda prisa y Stella fue a ayudar a Buffy, cogieron a Spike entre las dos, cada de ellas se echó un brazo del vampiro sobre sus hombros y se pusieron en marcha.

– Llego a saber que vas a salir tan pronto y habría puesto la autodestrucción en un par de minutos, cinco como mucho – comentó.
– ¿qué?¿autodestrucción?
– Sí, en unos… –dijo Stella mirando su reloj – …12 minutos este sitio se vendrá abajo.
– Pues salgamos de aquí – dijo Buffy acelerando el paso – por cierto, ¿60 plantas? ¿se te olvidó mencionarlo o qué? Nunca antes había subido tantas escaleras.
– Ups, no creía que para ti eso fuera un problema ¿qué pasa? ¿no entrenas cada día? Yo lo hago, bueno, solía hacerlo antes de que me atraparan.
– Pues… no pero… es que no tengo mucho tiempo y…
– Está bien, está bien… no tienes que darme explicaciones.
Mientras abandonaban el edificio Buffy miró a Stella con mala cara, de repente, ya no le caía tan bien.






















CAPITULO 18

En Sunnydale…

Alex subió las escaleras detrás de Willow y juntos fueron a hablar con Anya que se despedía de un cliente.
– Vuelva cuando quiera, estaremos encantados de que gaste aquí su dinero.
– Anya.
– ¿quién es tu amigo Willow? ¿no vas a presentrarmelo?
– Me llamo Alex, conozco a Willow del instituto.
– pues tienes un acento inglés muy marcado – comentó Anya con total naturalidad – tu forma de hablar me recuerda a la de Spike.
– estaba buscando un pentáculo de triskel – dijo él ignorando el comentario de Anya.
– Sí, hemos mirado abajo pero allí no está, creía que quedaba uno.
– Quedaba, lo vendí ayer y a muy buen precio.
– ¡Bloody hell! – murmuró Alex.
Willow lo miró de reojo, la verdad es que Anya tenía razón, su acento era idéntico al de Spike.
– Ey tranquilo amigo… puedo mandarte pedir otro.
– ¿Cuánto tardará?
– dos semanas, tres como mucho.


Año 2103…

Buffy y Stella seguían cargando con Spike cuando se unieron a las demás cazadoras, estaban lo suficientemente lejos como para que la explosión no les alcanzara. La joven cazadora miró su reloj y se detuvo un momento. Buffy y las demás hicieron lo mismo.
– ¿preparadas para los fuegos artificiales? – dijo Stella justo antes de que las instalaciones militares explotaran, el ruido era ensordecedor, los dos edificios se vinieron abajo dejando tras de sí una columna de humo.
– ¡¡Ahí os quedáis!! – gritaba Stella entusiasmada – ¿no es una vista preciosa?
– Necesito encontrar un refugio pronto, no queda mucho para que amanezca.
– Pues yo diría que aún falta al menos una hora – le contestó Stella mirando el cielo.
– Por eso, Spike sigue drogado, si nos pilla el amanecer…
– Tranquila Buffy, cuando lleguemos al bosque Spike estará a salvo, podremos cobijarnos bajo las sombra de los árboles.
– Pues vamos, no perdamos más tiempo.


Riley iba en un vehículo aerodeslizador, en cuanto supo que la Iniciativa iba a autodestruirse huyó de allí, estaba furioso.
– ¡Maldición! ¡Esta me las vais a pagar! – gritaba mientras se alejaba de la columna de humo que había en el lugar de las instalaciones militares – me vengaré, habéis destrozado mi maquina rejuvenecedora… y Spike tiene algo que ver en esto, me las pagará, ya lo creo que me las pagará.
Riley descolgó un auricular que tenía en el coche y marcó un número, al otro lado pudo oir la voz de Ángelus.
– Soy yo – le dijo – tenemos que vernos, ha ocurrido algo.


El grupo llevaba ya unos veinte minutos andando cuando llegaron al bosque del que hablaba Stella, la cual, por cierto, no había dejado de hablar en todo el camino, le contó a Buffy infinidad de cosas, le habló de sus amigas, de su vida en la resistencia, de sus padres y de todo lo que se le ocurría.
Entre las dos cazadoras dejaron a Spike apoyado contra un árbol.
– Esto esta bien de momento, pero no podemos quedarnos aquí – comentó Buffy.
– lo sé, pero así descansaremos un poco, voy a echar un vistazo a las chicas, algunas están heridas, enseguida vuelvo, a ver si mientras Spike se despierta.
– De acuerdo.
– Hasta ahora – le dijo ya de lejos.
En cuanto Stella se marchó Spike murmuró algo ininteligible.
– ¿Spike? – dijo Buffy sentándose a su lado – ¿me oyes?
– mmm… ¿Buffy? – dijo abriendo los ojos, aún estaba algo sedado pero se le iba pasando el efecto.
– Sí, soy yo… ¿Cómo estas?
– Bien, creo… ¿qué ha pasado? – preguntó.
– Que ganamos, rescatamos a las chicas, destruimos la Iniciativa – dijo mirando el grupo de cazadoras que tenía delante suya y luego volvió a mirar al vampiro – y lo más importante… te salvé a ti.
– ¡Oh, vaya! Ya me he perdido lo mejor.
– Lo mejor empieza ahora tonto – le dijo ella justo antes de besarlo en la frente y acurrucarse en sus brazos – además te has ahorrado tener que escuchar a Stella durante todo el camino.
– ¿Stella?
– Sí, es aquella de allí – dijo señalando a una chica morena con el pelo recogido y vestida con pantalones anchos y camiseta negra. Estaba agachada junto a una cazadora herida, presionando para evitar que saliera más sangre.
– Parece buena chica.
– Sí… pero habla mucho.
De repente Spike se llevó una mano a la cabeza y empezó a examinarse, quería asegurarse que no tenía nada extraño en la cabeza. Buffy se quedó mirandolo, esperando a que él mismo se diera cuenta de que no tenía nada.
– ¿de verdad crees que iba a dejar que te hicieran algo? – le dijo ella poniendo los brazos en jarra.
– tenía que asegurarme, pet. Con esa gente nunca se sabe.
– Tienes un trauma con lo del chip.
– Tú también lo tendrías si hubieses tenido uno.
La cazadora se acercó a él y lo besó de forma tierna y delicada.
– Debería ir a ayudar a las chicas… ¿estarás bien?
– Yo también necesito ayuda… – dijo él de forma infantil, intentando convencerla de que se quedara a su lado.
– Spike…
– En serio… esos bestias me han hecho algo, me duele todo…
– A ver… ¿qué te duele?
– Pues… me duele… aquí – dijo señalandose la frente – y un poco aquí también – esta vez llevó su dedo a sus labios.
Ante aquella invitación, la cazadora no pudo resistirse al juego.
– Veamos que puedo hacer…
Buffy agarró su cabeza entre sus manos, llevó sus labios a la frente de él y lo besó, para luego pasar a atrapar sus labios con los de ella.
– ¡Chicos! No perdéis el tiempo ¿eh? – dijo Stella interrumpiéndolos.
– Hola Stella – saludó Buffy.
– Por fin despiertas bello durmiente, hola, yo soy Stella, podeis llamarme Ste.
Spike levantó una mano en forma de saludo.
– ¿Ya te ha contado Buffy que hemos ganado? – él asintió – ¡ha sido genial! No lo habríamos conseguido sin vuestra ayuda… aunque pensándolo bien, tú no hiciste mucho ¿no? más bien estorbaste un poco, pero tranquilo tu secreto está a salvo conmigo.
Spike quiso decir algo pero Stella no le dio oportunidad.
– Voy a ir a buscar unas hierbas que ayuden a cicatrizar las heridas de las chicas, enseguida vuelvo ¿eh? No os mováis de aquí. ¡Ah! Y Buffy… no lo atosigues mucho que aún debe estar mareado por la droga.
Stella se marchó tal y como vino, llena de vitalidad, y la pareja cruzó una mirada de complicidad.
– te lo dije, habla demasiado.
– por favor… que vuelvan a sedarme.
CAPITULO 19

Año 2103…

Stella regresó de su excursión por el bosque al cabo de unos minutos, llevaba en la mano un puñado de hierbas que les dio a una de las cazadoras para que las usaran con las heridas, luego se acercó al árbol donde estaban Buffy y Spike, estaba amaneciendo pero el bosque era lo suficientemente frondoso como para no dejar pasar la luz del sol allí donde había árboles.
– No vais a creeros lo que he descubierto.
– Sorpréndenos – le dijo Spike.
– Un poco más al norte hay un pared rocosa, tiene un grieta que da paso a una cueva, es un refugio perfecto, cuando lo veais vais a flipar, la entrada no es muy grande pero mejor porque así entra menos luz y no queremos que tu vampiro acabe convertido en polvo ¿eh, Buff? Puedo llamarte Buff ¿verdad? Pero venga chicos! ¿a qué esperais? ¡Levantaos! Seguiremos hablando por el camino.
– ¿puedes caminar? – preguntó Buffy a Spike.
– ¡Claro que puede!
– Sí, creo que sí.
Spike se puso en pie sin ninguna dificultad, parecía que el efecto del sedante ya ha pasado completamente.
Stella se adelantó para indicarles el camino.
– ¡por aquí! – les dijo.
Spike y Buffy se pusieron en marcha, caminaban siguiendo las sombras de los árboles. Stella se detuvo y esperó a que la pareja le diera alcance.
– He estado pensando – dijo – la cueva no es gran cosa, no creo que quepamos todas allí, así que podría llevarme a las chicas conmigo a la Resistencia, allí serán entrenadas como cazadoras y pueden venir con ellas sus familiares ¡es un sitio genial! Ya os he hablado de él ¿verdad? Bueno a ti no – dijo mirando a Spike – que te ponga Buffy al día. ¿Sabíais que está oculto con magia? Por eso aún nadie lo ha encontrado ¿os gustaría venir algún día? Seguro que os gusta.
– Pues, no creo que vayamos a poder – le dijo Buffy educadamente.
– ¡Oh vaya! Es una lástima ¿y a donde vais ahora? Podría haceros una visita un día de estos, me gustaría pelear contra ti – le dijo a Spike – cuando estés recuperado, claro, en estas condiciones no tendrías nada que hacer ¿sabes? ¡Oh! ¡Y contigo también Buff! Así veríamos cual de las dos es más fuerte.
– Así que eres fuerte ¿eh? – comentó Spike – pues estaré encantado de comprobarlo.
– Sí que lo soy, siempre les gano a mis amigas cuando entrenamos, pero la verdad es que nunca he peleado con un vampiro, bueno, he estacado alguno pero no es lo mismo ¿Habéis visto mis estacas? – dijo sacándose unos palos chinos del pelo, soltando así su melena – siempre los llevo conmigo, por si acaso. Vosotros los vampiros siempre lleváis vuestra arma con vosotros, pues así yo también.
– ¿Es esa la cueva? – preguntó Buffy.
– Sí, esa es. Vamos.
Pero para llegar Spike debía cruzar unos metros en los que daba el sol, así que se echó por encima su chaqueta y fue corriendo hacia la grieta.
– ¡vaya! Es muy valiente, no le teme al sol. – comentó Stella mientras salía detrás de él – ¿vienes?
Buffy dejó escapar un profundo suspiro y se adentró en la cueva.


En Sunnydale…

Han pasado algunos días desde que Alex emprendió su viaje, necesitaba el dichoso pentáculo para volver pero aún tardaría dos semanas, era demasiado tiempo, estaba preocupado por como irían las cosas por el futuro, quería regresar cuanto antes y no podía hacer nada salvo esperar, odiaba esperar, nunca había tenido paciencia, se sentía frustrado y es esos casos siempre venía bien salir de caza, matar a algunos vampiros le ayudaría a sentirse mejor, por eso estaba ahora en el cementerio. Oyó algo que llamó su atención y fue a ver de que se trataba. Se sorprendió al ver a sus padres besandose como posesos, pensaba que aún faltaba un tiempo para que estuvieran juntos, de los besos pasaron a las caricias, tenían intención de llegar hasta el final allí mismo en mitad del cementerio. Alex se dio media vuelta y se marchó ruborizado provocando un movimiento en los arbustos cuyo sonido no pasó desapercibido para Spike.
– Un segundo, love – dijo rompiendo el beso y prestando atención a su alrededor. Xander y Anya acababan de marcharse y no querían que lo vieran montándoselo con la cazadora.
– ¡Oh Spike! No puedo esperar un segundo… te deseo, necesito que… – pero el Buffy – bot no pudo terminar su programa ya que Spike la hizo callar atrapando sus labios con los suyos.

Mientras se alejaba de allí, Alex tuvo una brillante idea, cuando Maggie construyó el transportador no usó el pentáculo de triskel como primera opción, en vez de eso usaba uno simple pero tuvo que cambiarlo por el de triskel por que el remolino que se formaba era muy inestable, era algo más peligroso pero teniendo cuidado serviría. Tenía que encontrar a Willow, era de noche y la tienda la estaría cerrada, seguramente la encontraría en su apartamento.



Año 2103…

Ni en la oscuridad de la cueva Stella dejaba de hablar, entraba algo de luz por la entrada, la suficiente como para poder ver.
– por favor… – le susurró Spike a Buffy en el oido – haz que se calle.
– no sé como – contestó ella también en el oido, pero antes de separarse le dio un pequeño mordisco en la oreja, él respondió a la insinuación y la besó.
Stella simuló que tosía llamando la atención.
– Chicos por favor, que no estais solos… por donde iba ¡ah si! ¿por qué no me contais como habéis hecho para que estés tan joven? – le preguntó a Buffy – porque bueno, Spike s un vampiro y es normal que no envejezca, pero tú… deberías estar muy vieja ¿no? tenía entendido que habías muerto.

Tuvieron que contarle a la joven y habladora cazadora toda la historia, al menos así estuvo callada un rato, ya se estaba despidiendo pues iba a reunirse con el resto de las chicas.
– ¿Vais a estar bien solos? – preguntó – porque tendreis que quedaros aquí hasta que se haga de noche, es mucho tiempo ¿no? ¿no os vais a aburrir?
– sabemos como estar horas entretenidos ¿verdad, pet?
– Sí – dijo Buffy algo avergonzada, pues sabía perfectamente a lo que él se estaba refiriendo – tú por eso no te preocupes.
– Está bien, pues me voy entonces, iré a veros en cuanto pueda ¿vale? Os voy a echar de menos.
– Nosotros también.
Stella se marchó y en cuanto estuvieron solos Spike se dejó caer apoyando su espalda en la pared rocosa.
– ¡por fin! Creí que no si iba a marchar nunca.
– escucha.
– ¿el qué? Yo no oigo nada.
– exacto.
La cazadora se sentó junto al vampiro.
– Hay algo que no he entendido bien…
– Dime
– ¿cómo tienes pensado que nos divirtamos en un sitio como este?
– tengo algunas cosas pensadas, love.
– pero… tendremos que estar aquí mucho tiempo…
– puedo aguantar horas, ya lo sabes.






CAPITULO 20

En Sunnydale…

Alex había ido a ver a Willow a su casa pero por suerte se la encontró por el camino, venía de la facultad y llevaba unos libros con ella, así que le comentó su idea a la bruja.
– lo siento Alex, pero la tienda está cerrada, aunque sí que quedan un par de esos pentáculos, pásate mañana por allí ¿vale?
– De acuerdo, hasta mañana entonces.

Pero Alex no tenía intencion de esperar tanto, así que fue a la Magic Box y forzó la cerradura, si las cosas salían bien esa misma noche estaría de vuelta.

Año 2103…

Buffy despertó junto a Spike y se quedó observando como dormía, nunca se cansaba de hacerlo. Pasó una mano por su pelo ahora alborotado, normal, teniendo en cuenta la que habían liado, hacía mucho tiempo que no se entregaban el uno al otro con esa pasión. Pensó en dejarlo dormir un poco más, debía estar agotado, además aún faltaba bastante para que anocheciera, lo besó en la cabeza con suavidad y se levantó, estaba totalmente desnuda y hacía bastante frío en aquella cueva así que comenzó a buscar sus ropas.

En Sunnydale…

Alex estaba en el sótano de la tienda de magia, le había costado bastante encontrar el pentáculo pero por fin lo tenía, ahora intentaba arreglar el transportador, estaba concentrado uniendo cables cuando oyó que la puerta de arriba se abría.
Se trataban de Buffy, Willow y los demás, acababan de llegar de la mansión de Glory y no sabían que hacer con el Buffy – bot. Después de un rato Alex pudo oir como la puerta volvía a abrirse, ya casi tenía listo el aparato que lo llevaría a su tiempo, unos retoques más y estaría en el futuro. Mientras continuaba su labor podía oir la conversación que arriba estaba teniendo lugar.
– eh! Creo que he encontrado algo. – dijo Willow que había estado examinado el robot.
– parece muy complicado, personalmente prefiero ver tripas.
– he descubierto la avería, algunos cables se han quemado por completo. Es fácil de arreglar! –Buffy se quedó mirandola así que añadió – aunque yo no sé hacerlo.
– Yo siento lástima por Spike, le han pegado y se ha quedado sin su juguete.
– Xander, por favor, no sugieras nada por lo que luego tenga que matarte.
– No no, era una broma, puedes estar segura, pero es que… Spike estaba destrozado.
– ¿por qué no haces pasar por el Buffy robot? – sugirió Dawn.
– Es buena idea – dijo el vigilante – así podrás saber con seguridad lo que Spike le ha dicho a Glory.
– Vamos chicos… no creo que dé resultado, se dará cuenta – dijo Buffy.
– Nosotros no notamos la diferencia – comentó Xander.
– Es cierto – confirmó Tara.
– Vamos, Buffy, ve a cambiarte.
– Está bien – dijo ella resignada.

Alex terminaba de decir el conjuro que activaría el pentáculo, por fin había terminado de arreglar su transportador. Solo esperaba que funcionara bien. Marcó la fecha y esperó. A los pocos segundos un remolino surgió alrededor de él, envolviendolo de forma más lenta de lo que lo habría hecho si hubiese conseguido el pentaculo de triskel para el nucleo. La puerta que daba al sótano se abrió, pero Alex no se percató porque estaba de espaldas a ella, se trataba de Buffy que venía con el robot, al ver allí a aquel extraño dejó caer escaleras abajo aquella imitación suya de cables y silicona. Iba a preguntarle quien era y qué hacía allí pero antes de que las palabras surgieran de su boca el remolino se bifurcó en dos y la atrapó a ella también. Unos segundos después había desaparecido.

Años 2103…

Buffy estaba terminando de abrocharse el sujetador cuando sintió que una fuerza invisible se apoderaba de ella, instantes después un remolino la rodeó ¿qué significaba aquello? La cueva que tenía ante ella empezó a desvanecerse y vio como una Buffy vestida de marrón se formaba. Luego fue todo oscuridad.

En Sunnydale…

Buffy apareció en una especie de sótano, miró a su alrededor y vio a otra Buffy tirada en el suelo, por lo visto había viajado en el tiempo y pensó que aquella Buffy podría ser la de aquella época, pero no, se agachó junto a ella y pudo comprobar que se trataba del robot que Spike se hizo construir ¿cómo era posible? Entonces se fijó bien y comprendió donde estaba, estaba en el sótano de la tienda de magia… había ido al pasado.
– ¡Buffy! – oyó decir a Dawn – ¿estás bien? Hemos oido un ruido.
– No tardes mucho – le dijo Anya – recuerda que debes saber cuanto antes que es lo Spike le ha dicho a Glory!
– Enseguida estoy! – les dijo.
Se quedó mirando al robot y comprendió que es lo que tenía que hacer, seguramente la Buffy la había visto en el remolino era la Buffy de ese tiempo… se habían intercambiado, lo mejor sería que hasta que alguien viniera a por ella debería actuar como recordaba que lo había hecho, así que desnudó al Buffy – bot y se puso su ropa. La cazadora se fijó en que el robot tenía el pelo algo más corto que ella y supuso que la Buffy de esa época también lo tendría. Buscó unas tijeras e intentó que su aspecto se pareciera lo más posible al del Buffy – bot.



































CAPITULO 21

En Sunnydale…

Ya estaba preparada, vestida igual que el robot comenzó a subir las escaleras, llegó a la parte de arriba y se quedó parada delante de los chicos.
– ¿Y bien? – dijo con algo de duda, temía que se dieran cuenta del cambio, tenía algunos años más, había tenido un hijo, aunque por suerte, se conservaba bastante bien. Era increíble estar allí, con Giles, Willow… Xander con sus dos ojos en perfectas condiciones, Anya y Tara vivas… y la pequeña Dawn! Sí era solo una niña… Se sentía como una extraña pese a estar rodeada de sus amigos.
– ¿Buffy? – dijo Willow llamando su atención.
– ¿sí? – preguntó ella, al parecer había estado hablando pero no tenía ni idea de qué, no les había prestado atención.
– que por qué no haces una prueba – sugirió Dawn.
– Ah, eso! de acuerdo, allá voy – dijo preparándose.
– esto va a ser diverti… – comentó Xander pero no terminó de hablar pues Buffy lo hizo callar con la mirada.
– ¡Spike! ¿Qué te ha pasado? – dijo ella hablando como lo haría el robot.
– No está mal – comentó Tara.
– Sí, pero seguro que puedes mejorarlo – añadió Anya – di algo sobre que Willow es lesbiana.
Buffy suspiró y volvió a hablar.
– Oh Spike! No puedo resistirme a tu frío y musculoso cuerpo, dime ¿qué es lo que quería Glory de ti? Willow es lesbiana, ella me ha curado – nada más terminar la frase una amplia sonrisa se dibujó en la cara de la cazadora.
– Perfecto – dijo el vigilante – no notará la diferencia.

Año 2103…

Buffy se encontraba en una cueva oscura, esperó a que sus ojos se acostumbraran a la penumbra y vio a Spike tumbado en el suelo, dormido… ¿y desnudo?
– ¡Spike! – gritó – ¿qué significa esto?
Él despertó sobresaltado.
– ¿qué? ¿qué pasa? – dijo mientras se levantaba de un salto.
– ¿Qué hacemos aquí? – preguntó.
– ¿no lo recuerdas? – le dijo él confuso mientras se acercaba a ella – vamos, luv… ¿no recuerdas nada? ¿y de donde has sacado esa ropa?
– No te acerques a mi – le dijo enfadada – ¡y tápate, por dios!
Buffy se llevó una mano a la cara y esperó a que Spike se vistiera, este lo hizo pero no comprendía que le pasaba a la cazadora, es como si hubiese perdido la memoria.
– Esto es cosa de Glory ¿no? ¡le dijiste que Dawn era la llave! ¿no es cierto?
– pero de qué diablos estás hablando ¿a qué viene eso ahora?
– no te hagas el tonto conmigo – le dijo dandole un puñetazo en la cara que provocó que un hilito de sangre brotara de la nariz del vampiro.
– ¿te has vuelto loca? – le gritó enfadado – ¿por qué has hecho eso?
Spike le devolvió el golpe y a Buffy se le quedó la cara descompuesta…
– Spike… tu chip… ¿por qué no se ha disparado?
– De verdad que no te entiendo, joder. Hace años que ya no tengo el bloody chip en la cabeza.
– ¿años? ¿intentas volverme loca? Si te lo pusieron hace como mucho un año…
– bloody hell – murmuró y añadió en voz alta – una de dos, o has perdido años de memoria… o tú no eres mi Buffy.
– ¿Tú Buffy? – le dijo ella echándose a reír – ¡yo no soy de nadie!
– Escucha, es importante que me digas qué es lo último que recuerdas.
– ¿para qué? – preguntó ella desconfiada.
– Confía en mi, maldita sea. Tenemos que saber qué es lo que ha pasado.
– Estábamos en la tienda de magia, bajé al sótano para… para ponerme la ropa de ese asqueroso robot ¿en qué estabas pensando? ¡Puaj! ¡qué asco! El caso es que allí vi a un chico, fue todo muy rápido, una especie de remolino lo rodeaba y luego me atrapó a mi. Después de eso, aparecí aquí.
– ¡Dios! Esto es peor de lo que pensaba…
– Spike, necesito saberlo… ¿qué le has dicho a Glory?
– Nada, no le dije nada, de verdad. Y ahora escúchame con atención porque voy a contarte algo que te parecerá increíble.
– adelante, te escucho.
– Buffy… estás en el futuro, estamos, mejor dicho.
– ¿eso es lo único que se te ocurre?
– Es cierto, si las cuentas no me fallan de lo de Glory ha pasado ya… unos 8 años.
– ¿qué? ¿en qué año estamos?
– En el 2103, pero nosotros no somos de aquí, hemos venido del pasado, bueno mi pasado está un poco más adelantado que el tuyo, quiero decir que para mi esto también es el futuro.
– no entiendo nada.
– normal, yo tampoco.
– pero… ¿Y Glory? ¿Y Dawn? – preguntaba ella alterada – ¿qué ha pasado? ¿Y porqué no te funciona el chip?
– tranquila, pet. Acabaste con Glory y Dawn está a salvo, sigue con vida. En cuanto a lo del chip… bueno, no me creerías si te digo que fuiste tú la que tomó la decisión de quitármelo ¿no?
– ¡Oh vamos, Spike! ¿a qué estás jugando? Yo nunca haría algo así.
– Pues lo hiciste.
– Está bien… suponiendo que te crea… ¿qué hacemos aquí, en un sitio tan deprimente? ¿y por qué estabas desnudo?
– ¿Te digo la verdad? No estaba solo, esperaba en esta cueva con… mi chica a que se hiciera de noche para poder salir, creo que tú y ella os habéis intercambiado de algún modo.
– ya claro…
– En cuanto se haga de noche iremos a buscar a los demás, seguro que Maggie puede devolverte a tu tiempo.
– Ni hablar, no tengo porqué quedarme aquí contigo, me voy – le dijo caminando hacia la salida. Pero Spike se puso en medio intentando cortarle el paso, sin embargo Buffy no se lo pensó dos veces y volvió a golpearlo.
– ¡deja de hacer eso! – protestó él.































CAPITULO 22

En Sunnydale…

Buffy entró decidida en la cripta, pero al ver a Spike tumbado y completamente destrozado pensó que aquello iba a resultar más difícil de lo que creía, no recordaba que estuviera tan grave, o puede que por aquel entonces no le importara tanto lo que le pasara al vampiro.
– ¡Spike, estás lleno de heridas sensuales! – fue lo primero que se le ocurrió decir. Ya no había vuelta atrás.
– Sí, me siento muy sexy – contestó él incorporándose sin apenas fuerzas – ¿Dónde has estado?
– me cai y me sentí confusa, Will me ha curado, es lesbiana.
Le afectaba tanto ver a Spike así…
– ¿Will te ha curado? Creí que había hecho añicos.
Al parecer no iba a resultar tan fácil convencer a Spike, ¿cómo explicar que Willow la había reparado? Mejor no entrar en detalles.
– Ellos también estaban confusos ¿quieres destrozarme a mi ahora? – preguntó imitando al robot.
– espera un minuto, me duelen todos los huesos.
¡Dios! Ojalá pudiera olvidarse de todo y cuidar de él como se merecía, pero no, no podía hacer eso, si estaba allí era para hacerle creer a Spike que ella quería asegurarse de que no le había dicho nada a Glory.
– ¿por qué has permitido que Glory te haga daño?
– quería saber quien era la llave.
– Oh! Se lo diré yo, así tú no tendrás que…
– ¡No! – dijo él alzando la voz, tanto que no pudo evitar toser – no se lo digas nunca. Glory no debe saberlo.
– ¿por qué?
– porque Buffy, la otra, la no tan simpática Buffy, si le pasase algo a Dawn ella se hundiría y yo no podría verla sufrir, prefiero que me mate Glory – le dijo resignado – casi lo hace.

Buffy se quedó observando a aquel Spike que tenía ante ella, tan distinto y a la vez tan parecido al Spike de su tiempo, se sentía orgullosa de él, de su comportamiento, y lo quería tanto… que no se lo pensó dos veces, se dejó llevar por sus emociones y se acercó a él como había hecho ya en otras muchas ocasiones, sentía que debía hacerlo, dejó que sus labios rozasen los suyos fundiendose en un casto beso que resultó ser demasiado real y sentido como para venir de un robot. En ese momento él supo que aquella cazadora era la autentica.
Había dejado que Spike se diese cuenta del engaño y todo por dejarse llevar, empezó a marcharse pues ya había hecho lo que había venido a hacer pero la voz del vampiro la detuvo.
– ¿Y mi robot?
– El robot ya no existe, era repugnante y obsceno – dijo ella intentando explicarle que lo del robot fue un error por su parte.
– Se supone que…
– ¡Calla! – no podía dejar que siguiera hablando o su coraza se vendría abajo – esa cosa ni siquiera era real.
Siguió su camino hacia la puerta de la cripta, pensando en que había sido demasiado dura con él, Spike habría dado su vida por la suya y la de su hermana, de hecho, lo hará, dentro de unos años morirá como un héroe, no se merecía que lo tratara así. Se detuvo y le habló sin volverse, no quería mirarlo a los ojos cuando le dijera aquello.
– Lo que has hecho por mi y por Dawn sí ha sido real –si hizo con fuerzas suficientes como para volver la cabeza y buscar su mirada – y no lo olvidaré.
Lo cual era cierto, no lo haría, nunca, pero había llegado el momento de salir de alli y dejar a Spike solo, por mucho que quisiera quedarse a su lado y ayudarlo con sus heridas no podía hacer tal cosa, deseaba darle las gracias por lo que había hecho, aunque en cierto modo ya lo había hecho, pero necesitaba decirle lo importante que había sido para ella que no hablara ni siquiera bajo la tortura de Glory y ansiaba decirle más que nada que lo amaba, lo amaba más de lo que él podía imaginar, que lo era todo para ella… pero entendía que aquel Spike no era el suyo, él tenía otra Buffy por ahí, la no tan simpática Buffy como él había dicho… ¡dios! Ahora realmente entendía al Spike del futuro! No debía ser nada fácil para él… cerró la puerta con los ojos humedecidos y dejó su espalda apoyada en ella.
Willow y Xander estaban fuera, esperando a que ella saliera.
– Buff ¿estás bien? – preguntó su amiga.
– ¿Has averiguado algo? – quiso saber Xander.
– No le ha dicho nada – dijo secándose los ojos – podemos estar tranquilos.
Aunque eso ella ya lo sabía, sabía que Spike nunca haría algo así… sin embargo tenía que mantenerse firme e interpretar su papel… ¡dios! ¿iban a tardar mucho en venir a por ella?








CAPITULO 23

Año 2103…

Alex apareció en un bosque, aunque aún no sabía si el viaje había tenido éxito. Miró a su alrededor buscando algo que lo ayudara a ubicarse pero no había nada allí, a un lado árboles y más árboles…al otro, una pared rocosa con una grieta de la que salía… ¿Buffy?
La cazadora reconoció a Alex como al extraño que estaba en el sótano de la tienda de magia.
– ¡Tú! ¡Tú has hecho esto! – le dijo caminando decidida hacia él.
Spike salió detrás de ella pero no pudo avanzar mucho, solo los pocos metros que la sombra de la pared proporcionaba.
Buffy estaba furiosa y fue a pegarle a Alex un buen derechazo, sin embargo éste la vio venir y la esquivó.
– ¿qué sucede? ¿Qué te he hecho yo? – preguntó confuso.
La cazadora volvió a lanzar su puño contra Alex pero esta vez el la detuvo agarrandola por el brazo.
– ¡Sueltame! – le gritó deshaciéndose de él.
– No entiendo nada – comentó Alex.
Buffy comenzó a caminar en dirección a los árboles.
– ¡Eh! – gritó Spike desde la sombra que le servía de refugio – ¡no dejes que se vaya!
– pero…¿qué es lo que pasa?
– ¡Alex, maldita sea! ¡qué se va! – exclamó al ver que Buffy no se detenía – esa Buffy no es la mi tiempo, creo que te la has traído contigo del pasado.
– ¿qué?
Pero Buffy seguía alejandose, sin dejar de oir la conversación entre ellos. No sabía donde iba pero no iba a quedarse allí.
– ¡No te quedes ahí parado y ve a por tu madre, joder! – gritó Spike al ver que ella se adentraba entre los árboles.
La cazadora se detuvo en seco ¿se estaba refiriendo a ella?
Alex miró a Spike para decirle con la mirada que había cometido un error refiriendose a ella de esa manera.
– ¡Buffy, espera! – dijo yendo tras ella – puedo explicartelo.
– ¿Quién… quien eres tú?
– Me llamo Alex ¿por qué no entramos en la cueva y hablamos tranquilamente? Te lo contaré todo.
– Cuentamelo aquí.
– pero Spike…
– ¡Qué más da! Spike solo es un repugnante vampiro al que debí haber matado hace mucho.
– No puedes hablar en serio…
– ¡Oh! ¡Ya lo creo que sí! De hecho… – dijo rompiendo una rama de un árbol cercano – voy a hacerlo ahora mismo.
Buffy se fue hacia Spike con la improvisada estaca en la mano y Alex la siguió. El vampiro se echó hacia atrás cuando vio venir a Buffy dispuesta a matarlo.
– voy a librarme de ti de una vez por todas – le decía mientras intentaba estacarlo una y otra vez, pero en cada intento Spike daba un paso atrás, hasta que entraron en la penumbra de la cueva.
– aleja eso de mi, cazadora.
– además – dijo ella ignorando lo que Spike le había dicho – ya no tienes chip, así que… – Buffy se abalanzó sobre él derribandolo – …¿por qué no hacerlo?
Ella alzó su mano como queriendo coger impulso antes de clavarle la estaca en el corazón, pero Alex la detuvo y se hizo con la rama.
– No puedo dejar que hagas eso…
– ¿por qué has tardado tanto? – protestó Spike desde el suelo.
Buffy se levantó confusa dejando libre a Spike para encararse a Alex.
– ¡Oh! – dijo ella sarcástica – no sabía que tuvieras novio, Spike.
– ¡Eh! ¡Él no es… – contestó ofendido mientras se sacudía el polvo de su chaqueta – …mi novio.
– entonces ¿por qué no quieres que acabe con él? ¿eh? – le preguntó a Alex.
– Es cierto que Spike ya no tiene el chip – le dijo con mucha calma – pero ahora tiene alma.
– ¿qué? – aquello sí que no se lo esperaba, miró a Spike intentando ver algo en él que confirmara lo que Alex le decía – ¿es cierto? – le preguntó.
– Sí – fue lo único que Spike dijo.
– ¿cómo?
– la recuperó… – contestó Alex pues Spike no tenía intención de contarle nada – … por ti.
– ¿por mi? ¿de qué hablas?
– Bueno, ya está bien – dijo el vampiro sintiendose incómodo – creo que ya sabe demasiado. Vaya lio que has formado ¿eh, jovencito? ¿por qué no la devuelves a su tiempo y te traes a la otra Buffy?
– Un momento… ¿la otra Buffy?
– Sí – explicó Alex – seguramente hubo algún problema con la formación del puente en la burbuja espacio – temporal y os habéis intercambiado,
– ¿qué? – se escandalizó la cazadora – entonces Spike estaba desnudo porque él y yo… ¡no, no puede ser! – dijo intentando convencerse a sí misma – ¡puaj! ¡qué asco! ¡esto es peor incluso que lo del robot! Debo haber muerto y esto es el infierno.
– ¿qué robot? – dijo Alex que sentía curiosidad.
– El robot sexual que este pervertido se mandó a hacer idéntico a mi.
– ¡Ahora lo entiendo todo! Por eso os vi juntos en el cementerio… no eras tú, era el robot. Vaya Spike… – dijo burlandose de él – eso no lo sabía…
– Entonces la devuelves a su tiempo ¿o qué? Porque no me gusta nada esta Buffy, en el poco tiempo que lleva aquí, ya me pegado dos veces y ha intentado estacarme.
– ¡Tú te lo has buscado!
– chicos…lamento deciros que vais a tener que aguantaros el uno al otro un poco más, no puedo usar mi transportador, no está bien y no es seguro. Tendremos que esperar a reunirnos con los demás.
– Cuando vinimos dejamos el aerodeslizador no muy lejos de aquí – dijo – en cuanto se ponga el sol nos marchamos.
































CAPITULO 24

Año 2103…

Stella y las demás cazadoras llevaban todo el día caminando y muchas chicas empezaban a desfallecer, apenas había parado y no habían comido nada durante todo el viaje. Hacía ya un rato que las estrellas brillaban en el cielo cuando por fin alcanzaron su objetivo, la joven cazadora echó a correr cuando reconoció el lugar y se detuvo frente a una extraña roca.
– apertum via scopulus
Al pronunciar aquellas palabras en latín la piedra se dividió en dos dejando al descubierto el camino oculto.
– Por aquí – dijo animando a las cazadoras a seguir.
En cuando todas y cada una de ellas pasaron por el estrecho pasadizo la roca volvió a unirse, estaban en La Resistencia.
– Hemos llegado chicas! – dijo Stella animada.
Aquello era como un pueblo de grande, decenas de casas a ambos lados de una calle principal, gente por todas partes como si nada sucediera, una chica de la misma edad de Stella corrió hacia ella cuando la vio.
– ¡Ste! ¡Ste! – gritaba.
La cazadora fue a su encuentro acelerando el paso y se abrazaron con entusiasmo, como amigas que se reencontraban después de un tiempo separadas.
– ¡Hola Lis!
– ¡Qué bien! ¡Has vuelto!
– Sí, he vuelto.
– ¿Y Clare? ¿Y Ruth? ¿no vienen contigo? – le preguntó mirando hacia atrás, donde estaban las cazadoras.
– Lo siento – habló Stella negando con la cabeza.
– ¡Oh no! – dijo angustiada.
Stella esperó a que Lis se calmara para contarle la situación, estaba en ello cuando una anciana con el pelo blanco se acercó a ellas ayudada por su bastón.
– Stella, me alegra verte.
– Sí, es genial estar en casa de nuevo.
– Al final te saliste con la tuya ¿eh? Conseguiste liberar a las cazadoras.
– Te dije que podría hacerlo, aunque… si te soy sincera tuve algo de ayuda.
– Vamos, hablemos tranquilamente, tienes mucho que contarme.


Buffy caminaba detrás de Alex y Spike, no entendía bien que había pasado, ellos no podían tener razón, no podía estar en el futuro, un futuro en el que Spike tenía alma, en el que ella y Spike estaban juntos, era imposible. Pero a lo que no había dejado de darle vueltas desde que se pusieron en marcha fue a eso de que ella era la madre de aquel extraño, ni siquiera se atrevía a preguntar de nuevo… ¿sería cierto? Y en ese caso… ¿quién sería el padre? Muchas preguntas de las que temía conocer la respuesta, pero una cosa estaba clara, de Spike no podía ser porque seguía siendo un vampiro, y como ella bien sabía, los vampiros no podían tener hijos.
La cazadora suspiró y aceleró el paso para ponerse entre ellos.
– ¿falta mucho? – preguntó.
– Ya casi estamos, luv.
– ¿de qué hablabais? – dijo.
– Spike me estaba contando como le ha ido con…
– pensaba que no querías saber nada de nosotros – interrumpió Spike, en cierto modo se sentía molesto con aquella Buffy, simplemente porque no era la suya…
– Me aburro – se excusó.
– ¿y?
– ¡Oh! – se irritó ella y aceleró el paso.
Spike no sabía como tratarla, aunque no era su Buffy sí era lo que ella fue ¿qué habría sido de la Buffy que viajó al pasado? Una cosa era seguro, se fue en ropa interior porque lo que llevaba puesto se quedó en la cueva, el vampiro sonrió para adentro, seguro que se lo estaba pasando mucho mejor que él. Se quedó observando como la cazadora se alejaba de ellos, no debía ser nada fácil para ella, estaba en un tiempo extraño y sin nadie en quien confiar, tendría que ser más amable con ella.
– Eh, eh eh – dijo yendo detrás suya, sujetandola por el brazo – está bien, puedes hacernos compañía.
– Ya no quiero, prefiero estar sola que mal acompañada.
¡Dios! Pero es que conseguía sacarlo de quicio…
– ¡Vete al infierno! – le contestó enfadado.
– Creo que ya estoy en él, si no… ¿Cómo explicar esto?
– Chicos, por favor – intervino Alex – ¿podeis comportaros?
– ¡Ha empezado él! – ¡Ha empezado ella! – gritaron los dos al mismo tiempo.
Alex dejó escapar un suspiro… aquel iba a ser un viaje muy largo.


Stella puso al día a la anciana que no podía creerse lo que la cazadora le contaba.
– ¿Buffy? ¿en serio la has visto?
– que sí, que sí, a ella y a Spike, vinieron del pasado para ayudarnos.
– Es increíble.
– Lo sé, te había oído hablar de ellos, contarnos historias pero pensaba que eran cuentos para niños.
– No son cuentos, créeme, yo he formado parte de muchas de esas historias.
– ¿qué?
– Sí bueno, aunque de eso hace mucho tiempo ya. Voy a pedirte un favor.
– Lo que usted quiera.
– Me gustaria que fueras a buscarlos, quiero volver a verlos.
– Pero dijeron que no podrían venir, tienen otras cosas en las que preocuparse, o eso creo.
– ¿No has pensado que tal vez podamos ayudarlos? Tú diles que soy una vieja amiga, pero no les digas mi nombre a no ser que sea necesario, quiero darles la sorpresa.
– De acuerdo, eso haré. Me voy ya ¿no? Por cierto, nunca mencionaste que Spike era tan guapo, no me extraña que Buffy se enamorara de él.
– ¿te gusta? Pues ya te digo que no tienes nada que hacer, hace mucho que Spike solo tiene ojos para Buffy.
– ¡Y qué ojos! – exclamó Stella antes de marcharse.



























CAPITULO 25

Año 2103…

– Allí está – comentó Spike al ver el arbusto con el que habían ocultado el aerodeslizador.
– Vamos subid – dijo Alex ocupando el asiento del conductor.
Spike esperó a que la cazadora reaccionara, se había quedado paralizada al ver esa especie de coche sin ruedas que flotaba a unos centímetros del suelo. Su cara lo decía todo, empezaba a creerse la historia que le habían contado.Y así era, sin decir nada abrió la puerta de atrás y se sentó. No habría ido con ellos de haber tenido otra opcion, pero no la tenía, además le habían dicho que la llevarían junto con Dawn y Willow, otra cosa más en la que tenía que confiar en ellos. El vampiro se sentó junto a Alex.
Durante el viaje Spike no dejó de usar el espejo retrovisor para observar a Buffy, ella miraba por la ventanilla, a saber en qué estará pensando…
– ¿te lo crees ahora? – preguntó Spike girandose.
– Entonces es cierto – dijo – ¿estamos en el futuro?
– Así es – corroboró Alex – todo lo que te hemos contado es cierto.
– ¿todo?
– todo.
– Hay algo que necesito saber.
– Dispara.
– ¿sereis sinceros?
– En la medida de lo posible.
– ¿qué hay exactamente entre Spike y mi yo futura? Y… ¿es cierto que soy… bueno que eres mi hijo? – le dijo a Alex.
– Vamos colega, tú contestas a la primera y yo a la segunda.
– pero… ¿se lo vamos a contar?
– ¿por qué no?
– no creo que sea buena idea… ¿eso no cambiará las cosas?
– Tranquilo, es mejor que lo sepa a que se esté imaginando cosas.
– Sí, eso es cierto… sabe dios que estará pasando por esa cabecita suya.
– Eh! ¡Qué estoy aquí! Dejad de hablar como si no estuviera…
Spike volvió a girarse mirando hacia delante y le habló observandola por el espejo.
– verás… tu y yo… a ver… estamos juntos.
– Eso ya me lo imaginé cuando supe que tú y la otra Buffy estabais desnudos en la cueva… pero quiero saber… ¿qué clase de juntos? Solo nos hemos enrollado y ya está ¿no?
– pues… – continuó el vampiro – es algo más que eso, ya sabes… te quiero, me quieres… vivimos juntos, lo normal.
– no, no puede ser, este no puede ser mi futuro, es una pesadilla, o una realidad alternativa ¡eso es! O… puede que alguien pidiera un deseo, esas cosas pasan, o quizás…
– Buffy – interrumpió Alex – es cierto, Dawn y Willow podrán confirmartelo cuando lleguemos, supongo que viniendo de ellas sí te lo creerás ¿no?
– ¿Y tú? ¿qué pintas tú en todo esto?
– Soy tu hijo, vuestro en realidad…
– Eh! Esa parte podrías haberla omitido, joder – protesta Spike.
– No pasa nada, antes de devolverla a su tiempo usamos el desmemorizador y listo, no recordará nada.
Buffy comenzó a reir… aquello era demasiado.
– ¿Spike y yo formando una familia? Jajaja ¿qué estupidez es esa? Jajaja La proxima vez que querais quedaros con una cazadora pensadlo antes… ¡los vampiros no pueden tener hijos! Ese ha sido vuestro fallo, vamos, decidme… ¿Quién sois? Porque ni siquiera creo que este sea el verdadero Spike, debe tratarse de una alucinación, no creo que esté en el futuro… además ¿crees que no te he reconocido? – le dijo a Alex – tú estabas con mi madre cuando Spike y yo nos aliamos contra Angelus ¿qué clase de demonio eres?
– no soy ningún demonio.
– Para este trasto, me bajo aquí mismo.
– No – dijo Spike.
– ¿no? Pues entonces saltaré.
– Y yo saltaré detrás.
– Vamos Buffy, concedemos al menos el beneficio de la duda – habló Alex – espera a ver a Dawn y Willow ¿vale?
– Y a Maggie, al otro Spike y a los niños… – murmuró Spike, no sabía que era peor.
– ¿qué? – preguntó Buffy que no oyó bien lo que decía.
– nada, cosas mías.


En la casa abandonada…

Dawn, Maggie y Willow estaban conversando tranquilamente en el sofá.
– me aburro… pensé que venir al futuro iba a resultar más emocionante – comentó Dawn.
– Sí, ya tenemos todo preparado para el conjuro… – dijo Willow – solo nos falta la esfera de tésula.
– ¿es normal que Alex tarde tanto? – preguntó Dawn inquieta.
– No lo sé – contestó Maggie – ¿y si le ha pasado algo?
Spike había oido la conversación, venía de acostar a los niños. Se dejó caer en el sillón frente a las chicas.
– Alex estará bien, ya verás como en cualquier momento aparece por la puerta.
– O formando uno de esos remolinos tan chulos – dijo Dawn.
– Voy a salir un rato aprovechando que es de noche.
Spike se levantó y se dirigió a la puerta de la casa, estar así sin hacer nada no era propio de él, de hecho su yo del pasado se había infiltrado con Buffy en la Iniciativa ¿cómo les iría? Estaba ya bajo la luz de la luna cuando sacó un cigarro y se lo llevó a la boca.
– ¿cómo es? – preguntó Dawn que había ido tras él.
– ¿fumar? – preguntó sorprendido.
– no, esto… – dijo ella acercándose – tu vida de ahora…
– sin Buffy quieres decir ¿no?
– no debe ser fácil.
– no lo fue, perderla fue lo peor que me ha pasado… pero no me quejo, fuimos felices – contestó él encogiéndose de hombros mientras daba una larga calada al cigarro.
Dawn se quedó en silencio, observandolo.
– Voy a dar una vuelta, deberías volver dentro Dawnie.
– ¿estarás bien?
– Sé cuidar de mi mismo, tranquila.

Spike se alejó de la casa mientras se fumaba su cigarro, puede que una buena pelea lo animara un poco.




















CAPITULO 26

Año 2103…
Casa abandonada…

Alex fue el primero que salió del aerodeslizdor, Spike y Buffy lo siguieron.
– ¿vivís aquí? – preguntó la cazadora incrédula, aquella casa parecía que se fuese a venir abajo en cualquier momento.
– solo es algo temporal – le dijo Alex abriendo la puerta.
– ¿hola?
– Will!! – exclamó Maggie entusiasmada acercándose a ellos.
Alex la recibió con un fuerte abrazo y un tierno beso en los labios.
– ¿me habeis echado de menos?
– No sabes cuanto.
Spike pasó al interior de la casa.
– ¿Y las chicas? – preguntó.
– Ahí detrás, vamos.
El grupo entró en la sala donde Willow y Dawn conversaban.
– ¡Por fin estais aquí! – dijo Dawn – ¿Cómo os ha ido?
– Hemos tenido algunas complicaciones – contestó Spike.
– ¿Has conseguido la esfera? – preguntó la bruja.
– Así es, pero me temo que he metido la pata. ¿No notais nada raro en Buffy?
– Está muy callada – observó Dawn – ¿te pasa algo Buff?
– A mi no me pasa nada – dijo molesta – salvo por el hecho de que parece que estoy en el futuro, un futuro que no me gusta en absoluto – dijo mirando a Spike de reojo.
– A eso me refería con que hemos tenido complicaciones, esta Buffy viene del pasado, se ha intercambiado con la nuestra.
– ¿Cómo ha podido pasar eso? – preguntó Maggie.
– Oh verás, tuve un problema con mi transportador.
Dawn se acercó a su hermana para hablar con ella mientras Alex les explicaba su historia en Sunnydale.
– ¿es cierto? – le preguntó.
– Esperaba que tú me contestarás a esa pregunta, Dawn… ¡dios! ¡estás estupenda! – le dijo, pues aquella Dawn no tenía nada que ver con la que ella conocía, ahora era toda una mujer.
– Gracias.
– Hasta ahora pensaba que todo era una broma de mal gusto, pero al verte… tan mayor…
– ¡Oye! ¿me estás llamando vieja? – bromeó.
La cazadora esbozó una sonrisa.
– Dawn, dime… dime que no es cierto, este no puede ser mi futuro… ¡es horrible!
– ¿porqué dices eso?
Pero Buffy no contestó, en vez de eso se limitó a señalar a Spike con la mirada, éste entraba en la habitación donde dormían los niños.
– ¡Oh! Entiendo… es por Spike ¿no?
La cazadora asintió.
– pero Buff, nunca te había visto tan feliz como con él, puede que ahora no te agrade demasiado la idea, pero te aseguro que dentro de unos años todo será diferente.
– entonces…¿soy feliz?
– Sí, mucho. Spike es lo mejor que te ha pasado, y además está Alex, es tan mono…adoro a ese niño.
– ¡Dawn! ¿Pero él no está con esa chica? ¿Maggie?
– Me refería al pequeño Alex, el de mi tiempo, tiene solo dos añitos.
En ese momento Willow se unió a la conversación.
– Así que no acabas de creerte lo que te está pasando ¿eh?
– Es que todo es tan diferente de cómo me imaginaba… no puedo creerme que sea esto lo que me depara el futuro.
– Normal – comentó Dawn.
– Y lo más extraño de todo es lo de Spike – suspiró – ¿él y yo formando una familia? Es alucinante.
– Buffy – le dijo la bruja – Alex va a regresarte a tu tiempo, todo volverá a la normalidad.
– ¿No recordará nada de esto? – preguntó Dawn.
– No – contestó la cazadora – no recordaré nada.
– Vamos – la animó Willow para que la siguiera.
– Dame un segundo… quiero despedirme de Spike.
Dawn y Willow se miraron con complicidad y observaron como la cazadora se alejaba de ellas, iba en busca de Spike.


En Sunnydale…

Habían pasado unas horas desde que Buffy se marchó de la cripta, estaba en su casa, hablando con Willow que había venido a hacerle compañía.
– ¿Cómo le irá a Spike? – preguntaba la cazadora – estaba muy mal, le llevará bastante tiempo recuperarse ¿no crees?
– supongo.
– ¿y si le llevamos algo de sangre? – la bruja se quedó observandola, extrañada ante la repentina preocupación de Buffy por Spike – ¿qué? No me mires así, Will.
– Como quieras…
– Willow ¿en qué piensas? Te noto distraída.
– Oh bueno, estaba pensando en un chico que…
– ¿un chico? ¿y qué pasa con Tara?
– No, no es eso… no pensaba en él de esa manera.
– ¿Entonces?
La bruja suspiró, no podía contarle nada a Buffy sobre Alex, pero estaba preocupada porque no había vuelto a tener noticias de él ¿habría conseguido volver a su tiempo?
– Si supieras algo… – empezó a decir – sobre alguien y ese alguien te pidió que no contaras nada a nadie…pero resulta que no sabes si ese alguien está bien o no… ¿se lo contarías a los demás?
– ¿de qué estás hablando?
– Nada, olvídalo.
– Vale.
– ¿Qué decías de Spike?


Año 2103…

Spike guardaba la estaca en su chaqueta después de haber acabado con un par de vampiros, se había alejado bastante de la casa en su caminata, se disponía a regresar cuando sintió un olor familiar no muy lejos de allí.
– ¡Willy! No esperaba encontrarte por aquí – oyó que decía Ángelus a sus espaldas.
– ¿Porqué no te marchas por donde has venido? – preguntó volviendose hacia él.
– He oido que has destruido La Iniciativa – dijo en la distancia.
Así fue como Spike se enteró de que la misión de Buffy y su otro yo había tenido éxito.
– Demasiados soldados rondando por ahí ¿no crees?
– Ya no, gracias a ti.
– ¿Qué quieres? – preguntó Spike perdiendo la paciencia.
– Estoy buscando la guadaña, pero tendré que conformarme contigo – le dijo justo antes de lanzarse al ataque.









CAPITULO 27

Año 2103…

Spike estaba sentado en el borde de la cama, hablando con el pequeño Alex, a pesar de que seguía dormido y no podía oir nada de lo que su padre le decía.
– Veo que por aquí todo ha ido bien – le decía en voz baja – me alegro. Si supieras todo lo que he tenido que pasar yo… uff… ya no me acordaba que tu madre fuera tan… ya sabes a lo que me refiero, con esos aires de superioridad y… bah! Olvídalo, será mejor que vuelva ya, que duermas bien campeón.
El vampiro se inclinó un poco y besó a su hijo en la frente. Se levantó con cuidado para no despertarlo, dormía junto a la pequeña Buffy, la verdad es que era una niña muy guapa.
– ¿Papá? – dijo Alex al despertarse.
– ¿te he despertado? – le dijo sentándose de nuevo junto a él – Vaya padre estoy hecho. Vuelve a dormirte, anda.
– ¿me lees un cuento? – preguntó con su vocecita más infantil.
– pero si no tenemos tus libros…
– por fiiii
– ¡dios!¡está bien! A ver… Había una vez un patito que…
– Así no es.
– Ah si, es cierto, estooo… – dijo pensando como seguir – Había una vez una pata, eso. Una pata que estaba incubando sus huevos cuando sintió que empezaban a abrirse.
Todos los patitos eran amarillos y muy bonitos, todos menos uno, que era grande y feo.
– ¿el patito feo?
– si, el patito feo, pero cierra los ojos e intenta dormir ¿vale?
El pequeño hizo caso a Spike y cerró los ojos, después de un rato oyendo la voz de su padre consiguió quedarse dormido.
Cuando la cazadora abrió la puerta vio a Spike narrando una divertida versión del patito feo.
– ¡eres un patito muy feo! ¡no queremos verte! – imitaba el vampiro como si formara parte del cuento – Así que el patito se marchó y…
Spike dejó la frase en el aire al sentir a Buffy detrás de él.
– Hola.
– Hola.
– Están dormidos.
– ¿dos? – preguntó ella al ver que habían dos niños durmiendo en aquella cama.
– Es Buffy – le dijo – le pusieron el nombre por su abuela.
– ¿Qué??
– Shhh! ¿quieres despertarlos?
– Lo siento… entonces… es mi… nieta.
– Sí, es la hija de Alex y Maggie ¿verdad que es muy guapa?
– Spike…
– dime.
– yo…tengo que salir de aquí – dijo abrumada, dandose media vuelta.
– Eh! – él la agarró por el brazo – Buffy. Quizás no ha sido buena idea que los vieras.
Ella se giró buscando la mirada del vampiro, cuando Spike la vio observó que había empezado a llorar.
– ¿estás llorando?
– Spike… – sollozó.
– Ven aquí.
Spike la atrajo junto a él y la rodeó con sus brazos. A Buffy aquel espontáneo gesto de cariño la pilló por sorpresa pero no lo rechazó, lo necesitaba, no podía explicarlo pero así era.
– me ha dicho Dawn – le dijo limpiandose las lágrimas – que … que soy feliz contigo.
– esa enana, siempre metiendose donde no la llaman.
– ¿Es cierto?
– Mira – le dijo girándose para que pudiera ver a los niños – míralos y contesta tú a la pregunta.
Buffy se quedó observando con atención a los pequeños que dormían ajenos a todo.
– Es tan pequeñito… – dijo refiriéndose a Alex – creo que se parece a ti.
– No te creas… que tienes tus prontos, luv.
– Nunca pensé en tener hijos… tenía asumido que no viviría lo suficiente ¿sabes? por eso de que soy la cazadora… pensé que moriría joven.
– ¿Y crees que yo sí? Soy un vampiro, luv… no puedo, estoy muerto…¿cómo se supone que voy a crear vida estando muerto?
– así que somos felices ¿eh?
– mucho.
Estaban solo a unos pocos centímetros, mirándose el uno al otro como si el tiempo se hubiese detenido en ese instante.
– será mejor que volvamos con los demás – dijo Spike rompiendo el momento.
– Claro.

En Sunnydale…

– Willow ¿quién no sabes si está bien o no? – insistió la cazadora.
– ese chico, verás… lo conocí cuando luchabamos contra angelus, necesitaba una esfera de tésula y me pidió que duplicara la que teníamos para llevarse una a… para llevarsela – corrigió.
– No puede ser… ese chico… ¿no se llamará Alex, verdad?
– ¿lo conoces?
– ¡Claro que lo conozco! Willow, Alex es… bueno, lo conozco.
– pero… ¿qué sabes de él? Porque te aseguro que lo que yo sé es increíble.
– sé más que tú, creeme.
– ¿sabes que ha sido de él? Vino a verme porque necesitaba un pentáculo para reparar su… medio de transporte – dijo para no desvelar que Alex venía del futuro.
– para volver al futuro, lo sé.
– ¿Cómo?
– No estoy segura de si puedo contartelo.
– Oh vamos, somos amigas ¿no? puedes contarme cualquier cosa.
– ¿prometes guardar el secreto?
– prometido.
– No se lo vayas a contar a nadie.
– No lo haré Buff.
– Esta bien… – suspiró – yo también he venido del futuro.
– ¿qué?
– espera, dejame acabar. Alex tenía que conseguir la esfera de tésula y regresar, pero por lo visto… ha tenido problemas con su transportador, creo que la Buffy de este tiempo y yo nos hemos intercambiado.
– No puede ser… ¿en serio?
– Es cierto.
– ¡Vaya! Ahora que lo dices… te noto distinta.
– Pues me conservo bastante bien teniendo en cuenta que he llevado un bebé aquí dentro durante nueve meses… – dijo orgullosa mientras señalaba su barriga.
– ¿un bebé?
– ups! no debería haberte contado eso.
– Buffy! ¿eres madre? ¿Cuántos años tienes? ¿quién es el padre? ¿cómo se llama?
– No puedo contarte nada, es lo que Alex siempre dice…
– ¡Claro! ¡Alex! ¡Es él! ¿Verdad?
– ¿Qué? ¿cómo lo sabes?
– entonces… ¿he acertado?
– Sí, para mi también es raro verlo tan crecido… él viene de un futuro más lejano que el mío, pero tienes razón, Alex es mi hijo.
– ¿Qué? ¿tu hijo? Yo creía que era el padre!
– Ouch! He vuelto a meter la pata, no se me da nada bien esto de ocultarte cosas. Willow, prometeme que no dirás nada a nadie.
– Cuenta conmigo, sé guardar secretos ¿sabes?
– ¿Me acompañas? – dijo cogiendo su abrigo – Voy a ir a ver a Spike.
– ¿A qué viene esa obsesión con Spike?
– Will, si te cuento esto es porque necesito hablarlo con alguien y como tú ya conoces parte de la historia… supongo que no pasa nada porque sepas el resto. Es posible que te resulte difícil de creer, pero dentro de unos años Spike no será el mismo… estará de nuestro lado y sin tener ningun chip en la cabeza.
– ¿Qué?
– Spike recuperará su alma. Estoy muy orgullosa de él ¿sabes? Hizo lo imposible por ser un hombre mejor y al final lo consiguió. Por eso me cuesta tanto verle así, tan destrozado… y no tiene a nadie para que cuide de él, anda… ayudame a pensar una excusa para ir a verlo.































CAPITULO 28

Año 2103…

Spike pudo esquivar sin ninguna dificultad el golpe que Ángelus pretendía darle.
– ¿Para qué diablos quieres la guadaña? – preguntó mientras le daba a su adversario un buen golpe en la mandíbula.
Ángelus se repuso y se llevó una mano hacia la cara, limpiándose la sangre que manaba de su labio roto.
– ¿Para despegar de tu cuerpo esa cabeza oxigenada? – le dijo sarcástico.
Solo unos escasos metros separaban a ambos vampiros, cada uno estaba pendiente de los movimientos del otro, observándose mutuamente para saber cuando sería el momento apropiado de empezar la verdadera batalla.
– De acuerdo, acabemos con esto – dijo por fin Spike mientras movía las manos en una clara invitación para que Ángelus atacara.
– Willy, Willy… – dijo chasqueando la lengua – ya deberías saber que no tienes nada que hacer contra mi.
– ¡Vamos! – exclamó.
– ¿Por qué no me dices donde está? ¿O es que quieres acabar como la última vez? ¿Te acuerdas? Ese enclenque hijo tuyo tuvo que venir a rescatarte.
– Lo recuerdo, es más ¿no saliste con el rabo entre las piernas? – le dijo provocándolo – ¡Vamos, peach! ¿O acaso me tienes miedo?
– ¿Miedo yo? ¿de ti? – le dijo echándose a reír, inclinando la cabeza hacia atrás. Fue entonces cuando Spike vio su oportunidad y se lanzó hacia él haciendo que su puño lo golpeara, primero en la cara, luego en el estómago. Quiso darle un nuevo golpe pero Ángelus se lo impidió reteniendo el puño con su mano.
– No me hagas reír – le dijo antes de soltarlo.
El vampiro rubio dio un paso atrás sin dejar de mirar al que fue su compañero durante demasiado tiempo. Abrió y cerró la mano un par de veces, Ángelus había apretado con fuerza y quería comprobar los daños, por suerte su mano estaba perfectamente.
– ¿Ya te has olvidado de cuando luchamos por el falso cáliz del shanshu? – le recordó Spike.
Esta vez fue el vampiro sin alma el que inició el ataque, pero tanto uno como otro golpeaba y recibía golpes. Luchaban sin piedad, esforzándose al máximo, liberando con cada golpe toda la ira contenida. Pese a estar sangrando y tener más de un moratón Spike estaba disfrutando de la pelea ¡Dios! ¡Cuánto había echado de menos esta clase de acción! Tras encajar un potente golpe dio un salto y aprovechando el peso de su cuerpo le devolvió el puñetazo a Ángelus que parecía estar perdiendo terreno.
– Ese no era yo – le dijo sin dejar de pelear, mientras le daba a Spike una patada que hizo que este cayera al suelo – aquella vez luchaste con el débil de Angel.
Ángelus se acercaba a Spike que seguía en el suelo, limpiándose la sangre que le salía de una herida que tenía en la frente.
– Lo mismo me da… Ángel, Ángelus… acabaré contigo te llames como te llames.
– Ángel nunca te haría algo así – dijo Ángelus antes de escupir la sangre que se le había acumulado en la boca y alzarse en el aire en un salto que acabó cuando cayó sobre la rodilla de Spike, destrozándosela. El vampiro dejó que un grito desgarrador saliera de su garganta, Ángelus le había roto la pierna.
– El alma te hace débil Spike – explicaba Ángelus – por eso nunca podrás conmigo.


En la casa abandonada…

Estaban todos en el salón, todos menos Spike que había salido a fumarse un cigarro, estaba sentado en el porche de la casa dando una calada mientras oía a los chicos despedirse de Buffy. Alex le había dado la esfera a Willow para que hiciera el conjuro en cuanto ellos se marcharan al pasado, lo más sensato era devolverle el alma a Angel cuanto antes. La cazadora le dio dos besos a su hermana y se colocó junto a Alex que se preparaba para activar el transportador.
– ¡Un momento! – dijo Buffy rompiendo el silencio que allí reinaba. Se apartó del grupo y se dirigió hacia la puerta de la casa.
– Pero Buffy, cuanto antes nos vayamos… – empezó a decir Alex, pero dejó la frase en el aire al sentir la mano de Maggie sobre su brazo.
– Déjala, solo necesita verlo una ultima vez.

Y así era, ella sabía que en cuanto regresara a tu tiempo, Alex le borraría los recuerdos alterando su memoria, volvería a Sunnydale y según le habían contado le esperaban momentos muy duros. Necesitaba verlo, una vez más.
– Spike.
– ¿Qué haces aquí? – preguntó él mientras se levantaba y lanzaba la colilla a lo lejos.
– Antes… no te dije que… – le dijo insegura – que siento haberte pegado, no sabía que habías cambiado.
– Disculpas aceptadas.
– ¿Cómo llevas eso de tener alma? – preguntó la cazadora buscando un tema de conversación que le permitiera retrasar el momento de irse.
– Mejor de lo que debería… Buffy, en serio…¿qué estás haciendo?
– Es solo que… – dijo ella apartando la vista – Alex me ha dicho que cuando regrese no recordaré nada.
– Es lo mejor, las cosas deben seguir su curso.
– Lo sé pero…
– Vamos, luv. Entremos, te están esperando.
El vampiro pasó por su lado para dirigirse hacia la puerta pero ella no lo dejó avanzar, ya que lo agarró por el brazo.
– Spike.
– ¿si? – dijo él buscando su mirada.
– Yo… verás, me gustaría no olvidarme de esto – dijo justo antes de unir sus labios con los de él. Ambos se dejaron llevar y prolongaron el beso unos instantes. Ella lo empezó y ella le puso de fin de forma tan brusca que Spike apenas tuvo tiempo de reaccionar. La cazadora entró en la casa sin mirar atrás.
– Estoy lista – fue lo único que dijo cuando llegó junto a Alex.


A cierta distancia de alli Stella caminaba en dirección a la casa donde Buffy y Spike le habían dicho que estarían. Paseaba tranquilamente cuando oyó un grito que llamó su atención. Se detuvo a oir e intentó averiguar de donde venía, cuando lo tuvo más o menos claro se puso en marcha, tomando el camino correcto…¿qué estaría pasando?

Ángelus observaba con satisfacción como Spike se retorcía del dolor. Sin embargo aquello no lo detendría, se concentró intentando no sentir y haciendo un gran esfuerzo, consiguió ponerse en pie, dejando que su pierna sana cargara con la mayor parte de su peso.
– Habla por ti, porque a mí, el alma no me supone ningún problema. Y como pronto descubrirás, no necesito las dos piernas para deshacerme de ti – le decía mientras se acercaba cojeando, arrastrando su pierna rota, soportando aquel dolor que se hacía más inaguantable en cada paso que daba – puede que Buffy te deba la vida, y te lo agradezco, creeme, pero ella ya está muerta – Spike sacó su estaca ante la mirada expectante de Ángelus – así que esta vez no voy a tener ninguna compasión contigo, peach.










CAPITULO 29

En Sunnydale…

El sol del mediodía brillaba en el cielo cuando un remolino surgió detrás de un contenedor de basura. Alex y Buffy habían regresado.
– Ya estamos aquí – comentó Alex.
– Ahora viene cuando me borras los recuerdos ¿no?
– No, antes tenemos que encontrar a la otra Buffy, vamos – dijo poniendose en marcha.
Fueron caminando por las calles del pueblo en dirección a la casa de la cazadora cuando vieron, al otro lado de la calle que Willow y Buffy salían de la carnicería con una bolsa de papel en las manos.
– Espera aquí – le dijo a Buffy – y procura que no te vean.
La cazadora le hizo caso y se ocultó detrás de una farola desde donde podría observarlo todo, no quería perderse detalle.
– ¡Ey! – saludó Alex acercandose a las chicas.
– ¡Alex! – exclamaron las dos al mismo tiempo, pero solo Buffy lo recibió con un fuerte abrazo.
– Buffy… – susurró incómodo mirando a Willow de reojo.
– Oh, no te preocupes – le dijo la bruja – ya lo sé todo.
– Menos mal que has venido – dijo la cazadora terminando su abrazo.
– Willow ¿Qué es lo que sabes? ¿Qué le has contado? – preguntó a Buffy.
– Ahora que me fijo… sí que os pareceis, aunque también tienes cierto parecido con… – fue entonces cuando Willow se dio cuenta – ¡Oh no! ¡Es Spike! ¿Verdad? Spike es el padre!
Alex suspiró, ahora tendría que usar el desmemorizador también con Will.
– Bueno, sí – confesó la cazadora.
– Por eso insistías tanto en ir a verlo ¿eh? Pero ¿cómo ha podido pasar algo así? – preguntaba Willow que no salía de su asombro.
– Es una historia bastante larga – dijo Alex.
– Da igual, tenemos tiempo ¿no? – siguió ella emocionada – vamos Buff, cuentamelo todo.
– Pues… – empezó a decir Buffy.
– Esto es una pérdida de tiempo… voy a modificar sus recuerdos antes de que nos vayamos – le dijo a Buffy.
– ¿en serio? – preguntó la cazadora – entonces… puedo contarselo todo ¿no? sin miedo a que cambie el futuro.
– No sé Buffy… – dijo él que no terminaba de convencerle todo aquello.
– Por favor… – suplicaron Willow y Buffy al mismo tiempo.
– Está bien – dijo resignado – pero tengo a la otra Buffy esperando al otro lado de la calle…¿porqué no vamos a un sitio menos concurrido?

Año 2103…

– Vamos Spike, rindete!... mirate si hasta empiezas a darme pena.
Pese a su pierna rota Spike aun podía hacerle frente a Angelus y estaba dispuesto a demostrarselo. Cuando llegó junto a él lo golpeó pero no logró hacerle ningun daño.
– ¿Eso es todo? Te demostraré como se hace Willy.
Angelus se transformó y fue a darle un puñetazo decidido, cogió impulso para causarle un daño aún mayor, pero Spike usó esto en beneficio propio, lo agarró por la ropa y lo lanzó por arriba suya haciendo que el vampiro desalmado quedara de espaldas en el suelo.
– Usar la fuerza de tu adversario, tú también lo sabrías si hubieses compartido tu vida con una cazadora. Y ahora… – dijo preparandose para estacarlo – ha llegado tu final.
– ¿Spike?
Era Stella la que hablaba. Se había quedado sorprendida al ver la escena que estaba teniendo lugar frente a ella. El vampiro rubio se giró al oir su nombre. Solo fue un segundo pero Angelus supo aprovecharlo, aún en el suelo, enganchó sus piernas en la pierna sana de Spike lo que hizo que éste se tambaleara y cayera al suelo.
Stella reaccionó y se dirigió hacia los vampiros.
– ¿Qué está pasando?
– ¡Lárgate de aquí! – gritó Spike mientras intentaba ponerse en pie, pero por mucha voluntad que tuviera, la pierna estaba rota y le dolía demasiado… asi que no lograba su proposito.
La joven cazadora quiso ayudarlo a levantarse pero Angelus fue mas rápido. La atrapó por detrás sujetandola por los brazos con fuerza, pretendía beber de ella.
– Debería darte las gracias ¿no crees? – dijo justo antes de hincarle los dientes en el cuello.
– Bloody hell – murmuró Spike desde el suelo. La situación empezaba a complicarse.
Cuando la chica perdió el conocimiento, Angelus sacó sus colmillos y aun con sangre en la boca habló.
– Mmmm… una cazadora ¿Te apetece un poco?
Pero Stella había sido bien entrenada y no estaba dispuesta a morir en manos de ningun vampiro.
– Tendremos que dejarlo para otro día – dijo la cazadora dandole un codazo a Angelus que lo lanzó unos metros hacia atrás.
La tecnica de simular estar inconsciente habia funcionado, pero habia perdido mucha sangre y estaba debil. Lo normal hubiese sido que saliera huyendo aprovechando el momento pero no podia irse y dejar a Spike asi, a merced de aquel monstruo. Se acercó al vampiro rubio y le ofreció su hombro para que se incorporara. Una vez que estuvo de pie Spike puso rumbo hacia Angelus.
– Marchate – le dijo a Stella – ya lo has fastidiado bastante.
– ¿Qué? – dijo ofendida – pero si he venido a ayudarte. Ademas, perdona que te diga pero no creo que estes en condiciones de luchar… ¿no te has dado cuenta de que tienes una pierna rota o que?
– No necesito la ayuda de ninguna bloody niña que juega a ser cazadora.
– ¡No estoy jugando! – dijo sacando su estaca y lanzandose hacia Angelus – te lo demostraré!
– Espera!
Pero Stella hizo caso omiso a la advertencia de Spike, quería clavarle la estaca a ese monstruo en el corazón. Sin embargo Angelus consiguió detenerla, agarrandola por el brazo y retorciendoselo por detrás de ella, inmovilizándola.
– ¡Ahora! – dijo Angelus elevando el tono y con voz autoritaria. Una docena de soldados salieron de la nada al oir la orden.
– Pero que…
Spike no daba crédito a lo que sus ojos veían.
– Escucha – le dijo Angelus mientras empujaba la cabeza de Stella hacia un lado, exponiendo su cuello – sabes perfectamente que no sobrevivirá a otra mordedura. Asi que ahora se un chico bueno y no te resistas… o ella morirá.
Stella intentaba sin éxito deshacerse de Angelus, pero no tenia fuerzas suficientes.
Spike apretaba sus dientes con fuerza. No sabía quien era esa cazadora ni que hacia alli pero no podia dejar que ese cerdo acabara con ella, después de todo solo era una cria y habia mostrado tener mas que valentía. Relajó sus musculos eliminando la tension que lo apoderaba.
– De acuerdo, te diré donde está la guadaña pero sueltala.
– Oh no, Spike, las reglas del juego han cambiado… – hizo una seña con los ojos a los soldados que dispararon sus dardos contra Spike – … ya hablaremos de eso mas tarde.
Spike sentía como la vista se le nublaba y cayó al suelo.
– ¿lo ves? Yo tenía razón Spike, el alma es una debilidad – fue lo último que oyó antes de perder la consciencia.
Los soldados se encargaron de Spike y se lo llevaron de alli. Angelus soltó a la cazadora con brusquedad, la cual lo miró con odio en los ojos.
– Y a ti… te dejaré con vida, por esta vez. Necesito que le digas a Alex que tengo a Spike y que si quiere volver a verlo me entregue el mismo la guadaña en persona.
– ¿Qué? ¿Quién es Alex? – preguntó.
– Ah! Lo olvidaba – dijo el vampiro ignorando la pregunta de Stella – y dile tambien que cuanto más tarde… más daño sufrirá él – dijo alejandose.


CAPITULO 30

Año 2103…
Casa abandonada…

Willow acababa de encender las velas alrededor del circulo sagrado en cuyo centro se disponía la esfera de Tesula. Dawn y Maggie estaban a su lado, las tres se tomaron de las manos y la bruja comenzó a recitar el conjuro en latín.
– Quod perditum est, invenietur. Te implor, Doamne, nu ignora aceasta rugaminte. Nici mort, nici de – al fiintei,…
– ¡Buffy! ¡Buffy!
Era Stella la que gritaba, estaba llegando a la casa y llamaba a Buffy desesperada. Al oir los gritos Willow dejó el conjuro a medias.
– ¿Qué pasa? – preguntó extrañada – ¿Quién es?
En ese instante Stella entró en la casa, la puerta estaba abierta.
– ¡Buffy! – llamaba.
Spike que observaba como las chicas hacían el conjuro se sorprendió al ver allí a la joven cazadora.
– ¿Stella?
– ¡Spike! – corrió hacia él y lo abrazó – ¡estás bien! ¿Cómo?
– Claro que estoy bien ¿por qué no iba a estarlo? – le preguntó separandose de ella, liberandose de su atosigante abrazo.
– pero… – Stella no entendía como Spike estaba frente a ella… hacía tan solo unos minutos que había visto como los soldados se lo llevaban.
– ¿la conoces? – preguntó Dawn a Spike, este asintió con la cabeza.
– Se llama Stella, es una de las cazadoras que estaba en La Iniciativa.
– ¿por qué buscas a Buffy? – quiso saber Willow.
– Tu pierna… – dijo Stella a Spike, ignorando la pregunta de la bruja – estaba… estaba rota.
– ¿De qué diablos estás habla… – no terminó la frase… en ese momento supo que Stella debía estar hablando del otro Spike – Cuéntanos exactamente qué es lo que pasado.

A cierta distancia de allí un coche militar se desplazaba a unos centímetros del suelo. En su interior, en la parte trasera se hallaban Ángelus y Spike, éste último empezaba a despertarse. Emitió un leve quejido al sentir el dolor que su pierna rota le provocaba.
– ¿Qué te pasa Willy? – preguntó Ángelus con sarcasmo – ¿Ya no puedes soportar el dolor como antes? Qué bien te vendría ahora un poco de la sangre de ese hijo tuyo ¿eh?
– Vete al infierno – consiguió murmurar Spike.
– Ya estuve allí y ¿sabes qué? Prefiero esto.
– ¿Dónde me llevas?
– Yo en tu lugar no me preocuparía por el donde… si no por el con quien.
– ¿Por qué haces esto?
– Por el poder, Spike, el poder lo es todo.
En ese instante el transmisor de uno de los soldados que van en parte de delante comenzó a sonar.
– Ya era hora – comentó Ángelus.
– Agente Grant al habla.
…….
– Entendido señor.
– ¿Y bien? – preguntó Ángelus impaciente.
– 52º23’02’’ norte – dijo el soldado mientras introducía las coordenadas en el GPS – 02º45’18’’ oeste.
Spike soltó unas risas que molestaron al vampiro desalmado.
– Cuanto misterio – dijo Spike sin parar de reír – parece que no se fían de ti, peach.


En la casa abandonada…

– No podemos esperar a que Alex regrese, tenemos que hacer algo – dijo Maggie.
– Lo sé… – contestó Spike – estoy pensando.
– Si Ángelus se ha llevado a Spike… – propuso Willow – lo mejor que podemos hacer ahora es devolverle el alma cuanto antes.
– Sí – contestó Spike de forma ausente – poneos con eso…
– ¿Y tú qué vas a hacer? – quiso saber Dawn.
– Maggie… ¿tú sabes donde está la maldita guadaña?
– No, sólo sé que Alex se la llevó para esconderla en un lugar seguro, pero no quiso decirme donde… por mi seguridad, era mejor que no lo supiera.
– Chico listo.
– Willow, vamos… hagamos el conjuro ya – dijo Dawn.
– ¿Willow? – Stella no daba crédito a lo que acababa de oir.
– Sí – contestó la bruja.
– ¡Eres tú! ¡Oh dios!
– ¿De qué diablos estás hablando? – quiso saber Spike.
– Teneis que venir conmigo, hay alguien a quién deberíais conocer.
– Por si no te has dado cuenta tenemos algunos asuntos que resolver por aquí.
– Lo sé, pero… creo que podría ayudaros.
Mientras Spike y Stella continuaban hablando Dawn, Maggie y Willow se pusieron de nuevo con el conjuro.
Se cogieron de las manos y la bruja comenzó a recitar.

– Quod perditum est, invenietur. Te implor, Doamne, nu ignora aceasta rugaminte.( Lo que esta perdido, regresa. Los llamo, dioses, no ignoren esta suplica)

Mientras, el coche aerodeslizador en el que iban Spike y Ángelus había llegado a su destino. Se trataba de una zona desértica, una verde pradera en la que no había nadie en kilómetros a la redonda, bueno, excepto otro vehículo similar que los esperaba.
Los soldados que iban con ellos se bajaron del vehículo y abrieron la puerta del lado donde estaba Spike.
– Hora de hacer ejercicio, Spiky. – dijo Ángelus dándole un empujón al vampiro, el cual salió hacia fuera, cayendo en el suelo.

– Nici mort, nici de – al fiintei Te invoc, spirit al trecerii.( Ni muerto, ni de los vivos, espiritus interregnos, yo los llamo)

Los soldados se encargaron de levantar a Spike y hacerlo entrar en el nuevo vehículo. Ángelus salió del coche y se acercó a la ventanilla cuyo cristal había empezado a bajarse.
– Haz con el lo que quieras, pero mantenlo vivo, muerto no nos sirve de nada – advirtió.
– Lo sé – contestó Finn – es nuestra moneda de cambio. Buen trabajo. Avísame cuando el chico se ponga en contacto contigo.

– Reda trupului ce separa omul de animal! Nici mort, nici al fiinte. (¡Regresen al cuerpo que distingue al hombre de la bestia! Ni muerto, ni de los vivos)

Ángelus se despidió de su aliado, subió al coche en el que había venido y lo puso en marcha, dejando que Riley se llevara a Spike. Todos los soldados se habían ido al otro coche, así que era él el que conducía, puso rumbo a la casa en la que ahora vivía junto a Drusilla. No confiaba en Riley ni en La Iniciativa, pero aquella alianza era necesaria si quería conseguir la sangre del chico.

En la casa abandonada Willow, Maggie y Dawn terminaban el conjuro…

– Lasa orbita sa fie vasul care – i va transporta, sufletul la el. Asa sa fie. Utrespur aceastui. Asa sa fie! Asa sa fie! Acum! (Deja que esta esfera sea la que le lleve su alma. Restaurala. ¡Asi debe ser! ¡Asi debe ser! ¡Ahora!)

Ángelus aún iba en el vehículo aerodeslizador cuando los ojos se le iluminaron… su alma… había regresado. Debido al trance perdió en control del coche y se salió de la carretera. Detuvo el motor y se llevó las manos a la cara.
– Oh dios… ¿qué he hecho?

CAPITULO 31

En Sunnydale…

Alex, Willow y las dos Buffys se encontraban en el sótano de la tienda de magia. La Buffy del futuro les había hecho un breve resumen de lo que había sido su vida. Habían estado hablando un buen rato pero ahora había llegado el momento de modificarles los recuerdos.
– Lo siento chicas, pero no podeis recordar nada de esto.
– Lo entiendo – contestó la Buffy del pasado afligida.
Alex sacó de su mochila el desmemorizador, consistía en un par de parches unidos por una especie de cable.
– ¿Eso es? – preguntó Willow incrédula.
– Sí – dijo Alex – no es muy sofisticado pero cumple su función a la perfección. Toma – le dijo dándole uno de los parches a Willow – debes colocartelo así.
Alex se puso el otro parche en la sien. El mecanismo del desmemorizador era sencillo, sólo tenía que visualizar los pensamientos y estos se transmitirían por el cable, modificando así los recuerdos.
– Ya está – comentó Willow al estar preparada.
– Toma este otro y haz lo mismo que yo haga – le dijo a la Buffy del futuro – tú te encargarás de Buffy.
Le hizo caso y se colocó el desmemorizador como tenía que hacerlo.
– Ahora solo piensa en lo que quieras que ella recuerde, ya sabes, nada de Spike ni de mi ¿eh?
– Lo sé, el futuro depende de esto ¿no?
– Así es.
– No puedo creer que vaya a olvidarlo todo – murmuró la Buffy del pasado.
– Purga sus mentes – comenzó a decir Alex – cuando nosotros ya no estemos presentes. Haz que olviden, que los nuevos recuerdos parezcan auténticos y los viejos se desvanezcan. Que los olviden.


Año 2103…

– ¿Y ahora qué? – preguntó Dawn una vez que habían terminado el conjuro.
– Pues donde quiera que estuviera Ángelus, ahora estará Ángel.
– ¿Y qué pasa con Spike? – preguntó Maggie.
– Tendremos que esperar a que regrese Alex, no podemos hacer nada sin la guadaña.
Un remolino surgió detrás de ellos, se trataban de Alex y Buffy que regresaban al futuro.
– ¿Qué problema hay con la guadaña? – preguntó Alex, pues solo pudo oir el final de la frase.
– ¡Spike!
Buffy se acercó a Spike decidida, fue a lanzarse a sus brazos, pero se detuvo en el último momento.
– Eres tú ¿no? Mi Spike.
Spike se echó a reír.
– No te rías y contestame.
– Soy yo, luv… siempre y cuando tú seas mi Buffy.
Fue entonces cuando Buffy lo abrazó cobijándose en el pecho del vampiro.
– Te he echado de menos – comentó la cazadora en voz baja.
Spike le acariciaba con delicadeza el pelo mientras le hablaba.
– Yo también, pet. Pero tenemos que hablar de un asunto, tenemos problemas.
– ¿Se trata de William? ¿Está bien? – preguntó Buffy alterada.
– El enano está bien, pero…
– Spike – intervino Alex – ¿Qué sucede? ¿Para qué diablos quereis la guadaña?
– Es por tu padre – contestó Maggie.
– Ángelus se lo ha llevado – intervino Stella.
– Sí, pero ya hicimos el conjuro, debería ser Angel otra vez.
A Buffy le sorpredió ver allí a Stella pero tenía cosas más importantes en la que pensar.
– ¿Dónde están? – preguntó Alex.
– No lo sé, pero me dijo que un tal Alex debía llevarle la guadaña en persona o… o Spike sufriría las consecuencias. ¿Eres tú, no? Alex.
– Sí, soy yo.
– ¿Dónde está la guadaña? Tenemos que entregársela – dijo Dawn impaciente.
– Deberíamos pensarlo antes – intervino Buffy – seguramente se trate de una trampa.
– Tienes razón – dijo Willow – pero no tenemos otra opcion.
– Pero… ¿para qué podría querer Ángelus la guadaña? – preguntó Buffy.
– ¡Qué más da! – intervino Dawn – Alex, tienes que entregársela.
– Pero si se trata de una trampa… – Buffy seguía con sus dudas – y le hacemos caso…
– Buffy – dijo Dawn – Spike está en peligro ¿vas a abandonarlo a su suerte?
– No… no es eso, pero deberíamos tener un plan. No me gusta esto. Spike ayúdame.
– Buffy tiene razón, si es una trampa y por rescatar al otro Spike os cogen a todos… no se lo perdonará…nunca, al menos yo no lo haría – dijo encongiendose de hombros.
– Gracias – dijo Buffy satisfecha.
– Pero…
– No, pero nada… – interrumpió Buffy que no quería oir lo que Spike iba a decir – Angel tiene su alma ¿no? pues el mismo lo traerá de vuelta. No vamos a arriesgar la vida de nadie porque no hace falta que lo hagamos.
– Te olvidas de un detalle, pet. ¿Sabe Ángel donde estamos?
– ¿No puedes comunicarte telepáticamente con él? – preguntó Stella a Willow – Tengo entendido que puedes hacerlo ¿no es así?
– Sí que puedo, pero no si está a una gran distancia.
– Puedo ayudaros a encontrarlo, pero tenéis que venir conmigo a La Resistencia – propuso la joven cazadora.
– Por mi no hay problema – comentó Alex – pero debo hacer una parada por el camino, hay un arma que me gustaría tener en mi poder, por si acaso.

En el vehículo en el que Spike estaba siendo transportado…

– ¿Quién diablos eres? – preguntó Spike.
– ¿No me reconoces? Tranquilo ya lo harás. Por cierto… ¿qué tal tu pierna?
– De puta madre.
– Nunca cambiarás Spike – dijo Riley chasqueando la lengua.
– ¿Y ahora qué? ¿me poneis un maldito chip?
Esta vez Finn se echó a reír.
– Tranquilo, no te pondremos chip alguno. Será mucho peor.
– ¿peor que un chip? – preguntaba Spike irónico – ¿qué puede ser? ¿dos chips?
– Escucha muerto viviente – dijo Riley perdiendo la paciencia mientras se volvía hacia atrás – no te conviene cabrearme. Si aún no tienes una estaca en tu jodido corazón es porque te necesito con vida para conseguir la guadaña.
– ¿la guadaña de Buffy? ¿para que la quieres?
– Ya basta de preguntas, parece que hemos llegado.
Y así era, el coche aerodeslizador se detuvo frente a un bunker.








CAPITULO 32

Año 2103…

En el bunker militar Riley habia mandado construir una replica de la maquina que voló cuando los edificios de La Iniciativa explotaron. Tenía muchos científicos trabajando para él, la mayoría de forma obligada. Necesitaba la guadaña, ahora más que nunca que se había quedado sin las cazadoras. Y Spike era lo único que tenía para conseguirla.
Lo había llevado a un cuarto de aislamiento, donde se aseguraría que no escaparía. Nadie se había preocupado por mirarle la rodilla al vampiro, y su pierna cada vez estaba peor. Sanaría por completo debido a su condición vampírica pero aún así, dolía demasiado.
Riley, que hacía unos días que había vuelto a su aspecto de anciano observaba al vampiro al otro lado del cristal. En realidad, estaba esperando a que el gas que estaba siendo liberado donde estaba Spike hiciese su efecto, tenía que dormirlo para no correr riesgos, luego podría hacer con él lo que quisiera.
Spike no podía dejar de mirar a aquel anciano que tenía frente a él, sabía que lo conocía de algo… pero no tenía claro de qué. La pierna seguía doliendole y ahora un gas se colaba por las rendijas de ventilación. Lo peor de todo, estaba consiguiendo su propósito… sus párpados le pesaban. Lo estaban durmiendo…
– bloody hell… – consiguió murmurar antes de sumirse en un profundo sueño.


Mientras la pandilla acababa de llegar al cementerio. Spike, Alex, Buffy y Willow estaban en la entrada, Stella, Maggie, Dawn y los niños esperaban en el vehículo aerodeslizador.
– ¿La guardaste en el cementerio? – preguntó Spike incrédulo.
– No es un sitio muy seguro ¿no? – intervino Buffy.
– Según como se mire – contestó Alex.
– ¿Dónde está? – quiso saber Willow.
– Será mejor que espereis aquí. Yo iré a buscarla.
Alex comenzó a andar adentrándose en el cementerio.
– ¡Eh! ¡Espera! – dijo Buffy acercándose a él – ¿porqué no podemos ir?
– No es buena idea, creeme.
– Te creo, ese es el problema. Y tengo algunas sospechas sobre donde la escondiste.
– Pues entonces espera aquí, por favor. Tengo que ir solo.
– De acuerdo.



En el bunker militar…

– pero señor – decía uno de los científicos a Riley – no podemos usar el suero V – 12, aún está en fase experimental.
– Por eso mismo, imbecil. El hostil 17 es el nuevo conejillo de indias. Así que ¿a qué esperas?
El científico no puso más objeciones y se dedicó a hacer su trabajo. Spike estaba incosciente en una camilla por lo que no se percataba de lo que le estaban haciendo. El científico cogió una jeringa y se la clavó en el cuello, vaciando el contenido en la yugular.

En el cementerio…

Después de andar un buen rato entre las lápidas, Alex se detuvo frente a una, había llegado a su objetivo. Se trataba de una lápida en la que podía leerse:
“ Buffy Anne Summers”
1981 – 2065
Amó, fue amada y cambió el mundo.

– Hola mamá… supongo que ya sabes a por lo que vengo ¿eh?
Alex se arrodilló junto a la tumba de su madre y comenzó a cavar con sus manos en la tierra. Tras unos segundos dio con lo que andaba buscando.
– Gracias por guardarla – decía en voz alta hablando con su difunta madre – pero ahora tengo que llevarmela, es por papá…está en peligro.
Alex retiró los restos de tierra que cubrían la guadaña y tapó el hueco que había dejado tras de sí. Se puso en pie y pasó una mano por la fría lápida.
– Pero no te preocupes… estará bien.

El resto de los chicos esperaban a que Alex regresara, Spike se acercó a Buffy que intentaba no perder de vista a Alex.
– Así que… te la trajo a ti – comentó el vampiro – bueno…a tu yo futura.
– Eso parece – contestó la cazadora encogiendose de hombros.
– Es un buen chico.
– Es más que eso Spike – dijo ella mientras lo rodeaba con sus brazos – es nuestro Will.
– A veces se me olvida.
– Te entiendo, es como si fuera otro ¿no?
Spike le dio un suave beso en la sien a la cazadora esperando que con ese gesto contestara a su pregunta.




En el bunker militar…

Habían llevado a Spike de vuelta a su cuarto de aislamiento. Al otro lado del cristal Riley y el científico observaban al vampiro. Seguía dormido, tumbado en el suelo.
– Señor…el suero no parece que haga nada.
– ¿Cuánto tiempo hace que se le inyectó? – quiso saber Riley.
– 22 minutos.
– Esperemos un poco más, entonces. Aún es pronto.
– De acuerdo, señor.
– Estoy cansado, ven a buscarme si hay cambios.
Riley tenía intención de irse a descansar pero el movimiento de Spike en el suelo hizo que cambiara de opinión.
– Se despierta – comentó.

Spike se sentía confuso, la habitación le daba vueltas, todo a su alrededor parecía estar moviendose sin parar.
– Joder… ¿me habeis metido en una jodida noria o que? – protestó mientras se ponía en pie, llevándose las manos a la cabeza. Se sentía mareado así que se tambaleó hasta llegar a la pared, apoyándose en ella.
La cabeza empezaba a dolerle…y el dolor cada vez se hacía más intenso.
– ¿Qué sientes Spike? – preguntó Riley.
– ¡¿Qué diablos me has hecho?!
Era como si estuvieran taladrándole el cráneo. Aún con las manos en la cabeza soltó un grito de dolor, como cuando el chip se le activaba. El dolor era similar, sin embargo éste, no parecía tener fin y se incrementaba por momentos.
– ¡Haz que se vaya! – gritó Spike – ¡Aaahhh!
El vampiro no podía sostenerse más en pie, el dolor lo obligó a dejarse caer al suelo, estaba de rodillas. La punzada empezó a expandírsele a los oídos intentó apaciguar el dolor tapándoselos con las manos pero era inútil, aquella horrible sensación no desaparecía. El sufrimiento era inhumano… pero tenía que aguantar. No podía rendirse. La vista se le nubló de repente.
– No veo nada… – murmuró mientras colocaba sus manos en el campo de visión, quería comprobar cuanta capacidad visual había perdido. Sólo vió rojo. El rojo de la sangre que había salido de sus oidos. Y luego más rojo… Sintió que lloraba por la agonía y angustia que estaba sufriendo pero no eran lágrimas lo que brotaban de sus ojos sino más líquido rojo.
– Señor… ¿no deberíamos intervenir ya? – preguntó el científico que acompañaba a Riley.
– No.
– Pero no parece que tenga los resultados esperados.
– Esto aún no ha acabado.
Spike empezó a convulsionar en el suelo sin dejar de gritar. Su rostro fue transformándose poco a poco hasta llegar a su apariciencia vampírica. Su demonio que había estado ansioso por salir, por fin había hecho su aparición. Un último grito se fusionó con un rugido justo antes de quedar incosciente mientras que lentamente volvía a su apariencia humana.
– En cuanto despierte… dóblale la dosis – dijo Riley al mismo tiempo que se alejaba de allí.

CAPITULO 33

Año 2103…

La jóven cazadora guió a los chicos hasta la resistencia. No fue un viaje especialmente largo pero sí algo pesado. Nadie dijo nada durante el camino, ni siquiera Stella. Todos tenían sus pensamientos puestos en Spike. Al llegar pudieron comprobar que el lugar en el que Stella se había criado, ese al que ella llamaba La Resistencia, era tan grande como un pueblo.
– Chicos…tengo que ver a alguien, enseguida vuelvo – se excusó Stella – ¿porqué no aprovechais para echar un vistazo?
– Dime, love ¿Hemos vuelto al pasado – preguntó Spike a Buffy – o esto es una copia exacta de nuestro Sunnydale?
– No lo entiendo – murmuró Buffy que aún no salía de su asombro.
– ¿Hogar dulce hogar? – dijo Spike.
– ¿Cómo puede parecerse tanto? – preguntó Dawn.
– No se parece, Dawn, es idéntico, mira. – dijo Willow señalando una pequeña tienda – si hasta está la Magic Box.
– ¿Estamos en Sunnydale? – preguntó Maggie desconcertada.
– No – contestó una voz a sus espaldas – pero se parece mucho ¿eh?
Todos se volvieron y vieron a una anciana que venía junto a Stella.
– ¿Cómo? – quiso saber Buffy.
– Me alegro de volver a veros – fue la respuesta de la anciana – ¿Y Xander? ¿No vino con vosotros?
– ¿Quién eres tú? – preguntó Willow.
– Soy tú.
– ¿Yo?
– Eso he dicho.
– Pero estás… – empezó a decir Dawn.
– ¿vieja? Sí, y mucho.
– ¿Cuántos años tienes? – preguntó Buffy.
– Más de lo que debería.
– ¿Cómo es posible?
– Magia, las cazadoras… necesitaban ayuda, no podía dejarlas solas. Ellas son lo que son por mi.
– Ya nos hemos dado cuenta que por aquí no corren buenos tiempos – comentó Spike algo distraído, no dejaba de observar lo que le rodeaba.
– Vamos ¿por qué no venís conmigo? Hay mucho sobre lo que hablar.
– ¿Y qué pasa con mi padre? – preguntó Alex de forma seria. No entendía porque Willow había permanecido oculta todo este tiempo, podría haberse comunicado con él… pero no, en vez de eso fingió que moría y se ocultó alli sin decirle nada.
– ¿Spike? – la anciana Willow miró al vampiro.
– Ese Spike no – aclaró Dawn – el otro Spike, el de este tiempo.
– Sí, Ángelus se lo llevó y estaba malherido – explicó Stella.
– Pero usamos una esfera de Tésula para devolverle el alma. Spike ahora estará con Ángel.
– Está bien, dadme un segundo, intentaré comunicarme con Spike ¿así os quedareis más tranquilos?
– Sí, muchas gracias.


Ángel estaba llegando ya al sitio donde lucho con Spike, no sabía que hacer, su intención era encontrar a Alex y explicarle la situación, si se había encontrado con Spike allí, el chico no andaría lejos.
– ¿Ángel? – oyó el vampiro dentro de su cabeza.
– Sólo conozco a una persona capaz de hacer eso… y está muerta.
– Soy Willow, y como puedes comprobar no estoy muerta. ¿Está Spike allí contigo? Estoy intentando localizarlo pero debe estar incosciente.
– ¿Will? ¿De verdad eres tú?
– Sí soy yo.
– Spike… ya no está conmigo ¿para qué lo estás buscando?
– Tengo aquí a su familia y están preocupados ¿Qué hiciste con él?
– Es una larga historia… ¿está Alex contigo? Tengo que hablar con él.
– Claro, vente para acá, yo te indico el camino.


Spike seguía inconsciente después de su tercera sesión con el suero experimental. Siempre sucedía lo mismo, obtenían el mismo resultado una y otra vez, sangre y dolor, y luego… oscuridad.
El vampiro yacía en el suelo, sus ropas estaban cubiertas de sangre reseca al igual que parte del suelo. Se despertó pero no abrió los ojos, sabía lo que vendría luego, en cuanto supieran que había recobrado el conocimiento le inyectarían otra dosis más, y no estaba seguro de poder soportar de nuevo esa pesadilla hecha realidad.
– ¿Aún no ha despertado? – preguntó Riley al llegar frente a la celda.
– No señor – contestó el soldado que estaba de guardia.
– Está bien, avísame si lo hace.

Riley se marchó de allí y fue a ver al científico que estaba en el laboratorio. Seguía realizando experimentos con el suero, intentando que en la siguiente dosis, el vampiro se transformara en un monstruo por fin.
– Novedades – exigió Riley.
– Estamos mezclando el suero con sangre de ubervamps, si así ya no funciona… me temo que no funcionará nunca.
– Por tu bien, espero que funcione.

La anciana Willow se había reunido con Buffy a solas, quería contarle a ella primero lo que Ángel le había dicho, que no tenía a Spike y que estaba de camino. Aquellas no eran buenas noticias para la cazadora. Y tampoco lo serían para el resto cuando se enteraran.
– ¿Y no puedes contactar con Spike? – preguntó Buffy preocupada.
– No, no puedo, lo he intentado pero no ha dado resultado. Debe estar…
– No, Spike no está muerto! – se anticipó la cazadora.
– No iba a decir eso, Buffy, seguramente esté inconsciente, solo eso. Además tengo interferencias debido a que hay dos Spike en este tiempo.
– ¿No puedo hacer nada?
– No podemos hacer nada más hasta que llegue Ángel.
– ¿Y no puedes traerlo tú? Haz algún hechizo.
– En otros tiempos…hubiese podido hacerlo, pero mantener este sitio oculto me quita demasiadas energías. Ya casi ni me tengo en pie – dijo mostrándole el bastón sobre el cual se apoyaba.




























CAPITULO 34

Año 2103…

Spike seguía en el suelo, pero ya estaba cansado de fingir, no era su estilo. Tampoco podía esperar a que vinieran a por él, tendría que buscar la manera de escapar… Se apoyó con las manos en el suelo, se levantó como pudo y se quedó sentado.
– ¡Eh! ¿Ya os habeis cansado de mi? – preguntó con sarcasmo.
El soldado que estaba de guardia avisó de que Spike ya estaba despierto. En seguida estuvieron allí Riley y el científico con la intención de probar la nueva fórmula.


Mientras el otro Spike salía al encuentro de la cazadora cuando la vio venir de su encuentro con la Willow del futuro, la cual había preferido quedarse descansando, lo necesitaba.
– ¿y bien? ¿Qué te ha contado? – preguntó.
– Sigue sin poder localizarlo – contestó afligida.
– Seguro que estará bien… soy yo ¿recuerdas? Soy un hueso duro de roer.
– ¡pero ha podido hablar con Ángel! – exclamó de forma repentina, intentando parecer contenta – Viene para acá.
– ¡Genial! El que faltaba…
– Spike…
– Sí, lo sé… tengo que portarme bien ¿no?
– ¿Y William?
– Maggie se lo llevó junto con la pequeña Buffy, siguen dormidos.
– Desde que regresé del pasado… no he podido estar con él.
– Ni yo contigo y no me quejo – insinuó Spike.
– ¡Oh Spike! – rió la cazadora – ¿no puedes pensar en otra cosa?
– No puedo dejar de pensar en ti, ya lo sabes.
– Lo sé… – dijo Buffy ladeando la cabeza – es solo que… lo echo de menos.
– Eso tiene fácil arreglo, vamos – dijo cogiéndola de la mano.
– No quiero despertarlo Spike.
– Bobadas… si se muere de ganas de verte. Además… ya ha dormido mucho.
Buffy se detuvo en seco.
– Gracias, eres un cielo.
– ¿Yo? Que va…
– ¿Sabes? –preguntó ella haciendose la tonta – desde que he vuelto no me has dado ni siquiera un beso pequeñito…
– Eso aún es más fácil de arreglar, pet – contestó Spike justo antes de agarrarla por el cuello y lanzarse a sus labios.


– ¡Funcionó! – exclamó Riley – bien hecho.
Riley estaba observando desde el otro lado del cristal como Spike se había transformado en un monstruo, su rostro era el que siempre tiene cuando se transforma, pero había perdido el control por completo. Comenzó a golpear el cristal, no para huir por ahí, simplemente por el placer de hacerlo.
– Soltad el gas! – ordenó Finn algo asustado por el comportamiento del vampiro.
Inmediatamente la habitación se llenó de humo y la silueta de Spike dejó de verse. Esperaban a que el vampiro se durmiera, sin embargo eso no ocurrió. Spike se lanzó sobre el cristal una vez más y esta vez logró romperlo en pedazos. Parecía un animal desbocado, nada podía detenerlo. El soldado, con la intención de recuperar el control de la situación intentó disparar a Spike con su arma, pero no fue lo suficientemente rápido, el vampiro se la arrebató rompiendola en dos y luego lo lanzó a él hacia el interior de la celda en la que había estado retenido, haciendo que atravesara el cristal roto. El siguiente movimiento fue ir a por Riley, el científico salió huyendo ante semejante monstruosidad. Spike lo agarró por el cuello, dispuesto a darle un mordisco que recordaría los pocos segundos que duraría vivo. Una descarga eléctrica lo hizo detenerse y soltarlo. Spike cayó al suelo entre temblores.


Buffy y Spike se cruzaron con Alex cuando iban de camino a ver a los niños.
– Eh Buffy! ¿Y Willow? – preguntó Alex.
– ¿Cuál de ellas?
– La de este tiempo…¿dónde está?
– La dejé en aquella casa – dijo señalando una casita unos metros más atrás. Me dijo que quería descansar un rato, y que la avisáramos cuando llegara Ángel.
– Pues va a tener que aplazar su descanso – dijo Alex con seriedad.
– Eh, chico! ¿Qué pasa? – quiso saber Spike.
– Oh nada, cosas mías, tranquilos.







CAPITULO 35

Año 2103…

Debido al incidente Spike había sido encadenado a la pared dentro de otra celda similar a la que destrozó. Seguía inconsciente, le habían administrado drogas para que durmiera hasta que volvieran a inyectarle el suero, sin embargo aún no habían vuelto a experimentar con él, después de lo ocurrido no querían arriesgarse demasiado.
Riley acababa de salir de la enfermería, Spike no había llegado a morderle pero había ejercido demasiada presión alrededor de su cuello, casi logra triturárselo, era mucho más fuerte con el suero de lo que había esperado que lo fuera. Tendría que hacerle pagar a ese desecho humano lo que le había hecho.
Finn había ordenado preparar la sala de lucha. Se dirigía a la celda de Spike, quería contemplar una vez más al vampiro antes de acabar con él. Si Alex no venía pronto con la guadaña… no tendría nada de Spike que llevarse a casa. En realidad, nunca pensó en cumplir su parte del trato. Además, si Spike superaba lo que le esperaba y lograba controlarlo de alguna manera… ni siquiera tendría que temer a Ángelus.
– Todo listo señor.
– Perfecto, ya sabeis lo que hay que hacer.
El soldado se despidió con un saludo militar y se alejó de allí, al cabo de unos pocos segundos unos hombres se llevaron a Spike de su celda para llevárselo a la sala de lucha. Riley los siguió durante todo el camino. Ahora realmente vería de lo que Spike era capaz.


Alex entró en la sala donde Willow estaba descansando.
– ¿Willow?
La anciana estaba sentada en una butaca y abrió los ojos cuando oyó su nombre.
– Te estaba esperando.
– ¿Por qué? – preguntó él.
– ¿Por qué te estaba esperando?
– No ¿Por qué nos dejaste a un lado de esto? – preguntó Alex resentido.
– Es complicado.
– ¡¡Fui a tu entierro, maldita sea!! Así que creo que al menos merezco una explicación.
– De acuerdo… presta atención entonces.
– Te escucho.
– Cuando supimos que las cazadoras estaban siendo capturadas… pensamos que debíamos hacer algo al respecto. Pero ninguno estábamos en nuestra mejor edad, y Giles acababa de morir… no teníamos fuerzas ni ganas de luchar contra esto…sin embargo yo tenía que hacer algo, si no fuera por mi estas chicas tendrían una vida normal ahora y la única manera de hacerles frente era inculcar nuestros conocimientos a las futuras cazadoras, ellas serían las que deberían librarse de La Iniciativa.
– Entiendo… ¿pero porqué permanecer en secreto?
– Eso… fue idea de tu madre. Ella no quería involucrarte en todo este asunto. Sólo quería que llevaras una vida normal.
– ¿Y mi padre?¿También a él se lo ocultó? ¿O es que me ha mentido todos estos años?
– Spike no sabía nada. Ni siquiera sabe que sigo con vida.
– Pero cuando mamá murió… ¡podrías haberte puesto en contacto con nosotros! – exclamó Alex alterado – ¿Sabes por todo lo que hemos pasado? Huyendo noche tras noche… aquí… habríamos estado a salvo, te hubiésemos ayudado a entrenar a las cazadoras, aquí Buffy podría crecer alejada de toda esa mierda ¡maldita sea!
– Es una niña muy linda, por cierto.
– No me cambies de tema, Will… contesta a la pregunta.
– Yo sólo hice lo que tu madre me pidió… – Willow levantó la mano y un pequeño cofre que había en una estantería se abrió, aparecieron dos pequeños artefactos que levitaron alrededor de Alex – abre la mano.
Alex le hizo caso a la bruja y tendió la mano.
– ¿Qué significa esto? – preguntó mientras observaba los dos artilugios del tamaño de una moneda que estaban en su mano.
– Son dos mensajes… uno para ti y otro para Spike, para tu padre. Buffy me los dio cuando nos despedimos. Quería que os lo diera si algún día nos volvíamos a encontrar.
– ¿Qué dicen?
– No lo sé… no soy una cotilla…
– Will… – insistió Alex.
– Está bien… no lo sé porque por aquel entonces la tecnología de los hologramas aún no estaba totalmente desarrollada, sólo se pueden reproducir una sola vez, luego… son inservibles.
– Mensajes… – murmuró Alex – de mamá…
– Dale el suyo a Spike cuando deis con él.
– Will… lo siento, es sólo que… te di hace mucho por muerta y volver a verte ha sido…¿La tía Dawn tampoco sabía nada? – preguntó al acordarse – Porque he visto a Anne hace poco y no me ha mencionado nada.
– Dawn tampoco lo sabía, en realidad, de nosotros sólo Xander y yo estábamos al tanto.
– Gracias – dijo Alex levantando la mano en la que tenía los mensajes.
– Ángel ha llegado ¿por qué no vas a buscarlo y lo traes aquí? No creo que sea muy buena idea que vea a los demás aún.
– Claro – contestó él distraído… pues no dejaba de pensar en los mensajes que Willow le había dado…¿qué dirían?


Spike se despertaba de su estado de inconsciencia, acababan de inyectarle el nuevo suero otra vez. La cabeza volvía a dolerle a horrores… miró a su alrededor y vio que estaba en una sala circular, encerrado por una barrera de energía. Fuera varios soldados observaban con impaciencia, estaban deseando que empezara el combate.
El dolor seguía aumentando, quizás por eso el vampiro no se percató de que no estaba sólo en aquella especie de ring de boxeo. Un demonio de unos dos metros de altura y una gran envergadura le hacía compañía. De color marrón verdoso, cuatro brazos y un par de cuernos y estaba preparado para entrar en acción. Spike se llevó las manos a la cabeza y comenzó a gritar por el dolor… en seguida se transformó y dejó que su demonio se apoderara de él. La bestia había resurgido. El combate iba a comenzar y sólo uno de ellos saldría con vida de allí. Antes de que Spike estuviese preparado su rival se lanzó a por él, embistiéndolo con la cabeza, pretendiendo así hacerle daño con sus cuernos.


























CAPITULO 36

Año 2103…

Alex salió al encuentro de Ángel que acababa de entrar en La Resistencia tal y como Willow le había dicho.
– Angel…
– Alex…
– Tengo que hablar contigo.
– Pero no aquí, sígueme.
Alex no quiso hablar más de lo necesario, es posible que necesitaran su ayuda para dar con Spike pero de no ser por él, no tendrían que buscarlo. Angel lo siguió, lo llevaba a ver a Willow.
– Alex… yo… siento mucho lo de Spike, no sabía lo que hacía – intentó disculparse el vampiro ahora que tenía alma.
– No me valen tus disculpas – contestó Alex con seriedad – y tú y yo nunca seremos amigos, que te quede claro.
– Pero yo no…
– ¡No! ¡Maldita sea! –dijo Alex alterado girándose para hablarle de frente – Nos has hecho la vida imposible… mataste a la familia de Maggie… y ahora te llevas a mi padre y no lo traes contigo. Espero por tu bien que no le haya pasado nada y que vuelva con nosotros sano y salvo, si no… – Alex se descolgó la guadaña que llevaba en la espalda y lo amenazó por el mango, apuntando con la parte de madera en su corazón – si no… yo mismo te mataré ¿Entendido?

Siguieron caminando en silencio después de aquello, hasta que llegaron junto a la anciana bruja.
– Angel me alegro de verte.
– Al menos hay alguien que se alegra – dijo el vampiro mirando a Alex de reojo.
– ¿Y bien? ¿Dónde está mi padre?
– ¿Dónde? Eso no lo sé, pero sí puedo decirte con quién. Sin embargo antes… hay algunas cosas que deberías saber.
– Alex ¿por qué no vas a buscar a los demás? – propuso Willow – todos deberíamos oir lo que Angel tiene que decirnos. Mientras yo lo pondré al día de cómo están las cosas por aquí.
– No tardaré.


El demonio con el que Spike tenía que luchar era muy fuerte, en su embestida le había clavado un cuerno a Spike en el hombro. El vampiro, aunque estaba bajo los efectos del suero y su fuerza estaba incrementada seguía estando malherido y eso era una desventaja en la lucha. Rugió, como un animal mientras se deshacía del cuerno que tenía clavado y comenzó a golpear con furia a su adversario. No pensaba, no sentía, tan solo golpeaba. Sus puños empezaron a sangrar debido a la potencia de los golpes pero no por eso se iba a detener. Los soldados que observaban la lucha aclamaron entusiasmados, hacía mucho tiempo que no ponían a prueba de esa manera a ningún hostil, y estaba siendo todo un espectáculo. Spike agarró al demonio por el cuello y se lo torció, supo que se lo había roto cuando oyó el crujido del hueso. Fue entonces cuando lo soltó y el demonio cayó al suelo. El vampiro rugió echando la cabeza hacia atrás en señal de triunfo. Le gustaba el sabor de la victoria, quería repetir… se volvió hacia Riley y volvió a rugir, en el estado en que estaba su mente no era capaz de procesar palabra alguna, sólo se comportaba como monstruo y rugía como tal. Se lanzó hacia Riley pero la barrera energética estaba electrificada por lo que el vampiro tuvo que retroceder.


Willow puso al día a Angel con respecto a los chicos, en un principio no podía creerse que hubiesen venido del pasado, pero en cuanto vio a Buffy… supo que era cierto.
Estaban todos reunidos, incluso los niños. Estaba ya amaneciendo. Y todos esperaban impacientes a que Ángel les informara.
– En primer lugar teneis que saber que no habeis acabado con la Iniciativa – comenzó diciendo Angel – siguen por ahí… y el que lo dirige todo es un viejo amigo tuyo Buffy.
– ¿Qué? ¿De qué estás hablando?
– De Riley. Sigue con vida.
– Vaya – dijo la joven Willow – al parecer no soy la única que encontró el elixir de la juventud.
– ¡Eh! – exclamó la anciana Willow – ¿a qué llamas tú juventud?
Los chicos se echaron a reír, descargaban así la tensión contenida.
– Si Will – dijo Dawn – joven lo que se dice joven… no es que estés.
– ¿Cómo que Riley está detrás de esto? – preguntó Spike que no se había unido a las risas en ningún momento.
– Sí… él ha estado usando la esencia de las cazadoras para rejuvenecerse, pero los efectos son temporales por eso las capturaba, las necesita para seguir con vida y ahora que no tiene a las cazadoras…solo hay una cosa que…
– la guadaña – terminó de decir Alex al comprenderlo todo – por eso quiere la guadaña.
– Exacto. Con la guadaña podrá vivir para siempre… y él tiene a Spike ahora.
– Entonces… démosle lo que quiere – dijo Buffy con convicción.
– ¿Qué? – se escandalizó Spike que estaba junto a ella – ¿Estás loca? Buffy ¿estás bien?
– Perfectamente… me da igual que se trate de Riley o de quién sea… tiene a Spike, te tiene a ti – le dijo hablando al vampiro – ¿quiere la guadaña a cambio? Pues se la daremos.
– ¿Y qué pasa con eso de que puede ser una trampa? – preguntó el vampiro.
– Esta vez, seremos nosotros los que pongamos la trampa, ellos no saben que Ángel vuelve a tener alma. Estará esperando a que Ángelus le entregue a Alex y a la guadaña ¿no?
– Sí…
– Espera – dijo Spike – ¿tenemos que confiar en las habilidades interpretativas del peach? Lo llevamos claro.
– ¿Qué pinto yo en todo esto? – quiso saber Alex.
– No se trata de ti, sino de tu sangre… yo quería… encontrar una manera de ser invencible.
– Dawn – dijo Buffy – tú volverás a nuestro tiempo.
– ¿Qué? ¿Por qué? No es justo.
– Porque necesito que te lleves al pequeño William contigo. No puedo… dejar que os quedeis aquí dadas las circunstancias. Las cosas empeoran cada vez más, en vez de mejorar.
– ¿Estás segura? – preguntó Spike.
– No, pero tengo que ser precavida.
– Pero… – siguió insistiendo Dawn,
– Buffy – intervino la anciana Willow – mientras estén aquí no correrán peligro alguno.
– Está bien…. – dijo resignada – se quedan.
– Buffy – le dijo Stella – te equivocas, las cosas no están peor. Cientos de chicas son libres ahora gracias a ti.
Maggie se acercó a Alex para poder hablar con él sin que el resto los oyera.
– Así que es por eso – le dijo.
– ¿El que? – preguntó Alex.
– ¿Es por eso que no quieres que te llamen William? Porque así es como te llamaba tu madre ¿no es cierto?
– Ella era la única que siempre me llamó así. Cada vez que oigo que alguien me llama William la recuerdo a ella.
– Lo siento, si no quieres que vuelva a llamarte así…
– No seas tonta, tú puedes llamarme como quieras – le dijo acariciándole la mejilla.




CAPITULO 37

Año 2103…

Alex se paseaba solo por una habitación, parecía intranquilo, no dejaba de caminar sin tener rumbo alguno.
– Bueno… allá vamos – se dijo así mismo mientras sacaba de su bolsillo una especie de artefacto de forma similar a una moneda. Se trataba del mensaje de su madre que Willow le había dado. Había estado buscando el momento oportuno para verlo y pensó que había llegado la hora. Estaban esperando a que se hiciera de noche para poder salir en busca de Spike.
Tenía el mensaje en la palma de la mano. Pulsó un pequeño botón que tenía en el centro y un haz de luz blanco surgió de él… a los pocos segundos un cuerpo de unos 20 centímetros de altura empezó a tomar forma.
– mamá… – murmuró Alex al ver el holograma de su madre, se pasaba una mano por el pelo, queriendo ponerselo en su lugar, como si estuviera ante un espejo.
– ¿ya? – dijo ella, seguramente querría asegurarse de que ya estuviera grabando. Alguien debió confirmarselo pues de imediato comenzó a hablar con Alex como si estuviera realmente allí, frente a él.
– Hola cariño… ¿cómo te va todo? Espero que bien, si estás viendome ahora me imagino que ya sabrás que Willow sigue con vida… lo que también significa yo ya no estoy con vosotros. No te enfades con Willow, sólo hizo lo que yo le pedí…

– ¿Alex? Estás ahí? – preguntó Spike que entraba en la habitación.
– ¡Spike! – se sorprendió – ¿Qué haces aquí?
Alex pulsó de nuevo el botón parando el holograma, ya lo terminaría de ver más tarde.
– Ese plan de ir con Ángel a por mi yo del futuro… no me termina de convencer – comentó mientras caminaba de un lado a otro.
Alex suspiró, bueno… al menos no se había percatado de qué es lo que estaba haciendo, no quería Spike supiese nada de los hologramas.
– ¿Y por qué no? – preguntó – fue idea de Buffy.
– Porque es peligroso para ti… si os descubren…
– No te preocupes, estaré bien.
– Vamos a ir contigo.
– ¿Qué? No…
– Sí, Buffy y yo iremos en la retaguardia, por si algo no saliera bien.
– Pero Spike… ni siquiera sabemos donde tenemos que ir hasta que Ángel no se ponga en contacto con Riley. Lo mejor es que os quedeis aquí.
– No insistas, iremos y punto.
– Insisto – dijo Alex empezando a perder la paciencia – ¡¡porque no sé por qué diablos teneis que venir!! ¡Sólo vais a complicarlo todo!
– ¡¡Soy tu padre!!¡Maldita sea! Y no vas a ir sólo porque no me da la gana ¿Entendido?

Tras soltar aquello Spike se marchó de la habitación protestando… dando un portazo.
– maldito crío… es igual de cabezota que su madre… – murmuraba en voz baja.
Se cruzó con Buffy en el pasillo y ésta quiso saber que es lo que pasaba.
– ¿Qué pasa Spike?
– ¡Se nota que es hijo tuyo! Se le ha metido en la cabeza que puede ir solo… pues yo no pienso quedarme de brazos cruzados, me da igual lo que piense.
– Vamos Spike, tranquilizate…
– Necesito un cigarro…
– No vas a fumar delante del niño – comentó Buffy, pues llevaba a William de la mano.
– No puedo salir fuera…es de día.
– Vale está bien… ya nos vamos nosotros ¿verdad cielo? – dijo alzando a su hijo para llevarlo en brazos – vamos a dejar que papá se tranquilice un poco ¿eh?
– Papá – exclamó el pequeño Alex alzando las manos hacia su padre mientras que se alejaban.
– Espera – resopló Spike – no os vayais…

*****

Spike se despertó en su celda una vez más, estaba lleno de heridas y casi no podía moverse. Recordaba perfectamente todo lo que pasaba mientras estaba en ese estado demoníaco, pero era como una película, no tenía el control de la situación y pese a que luchaba con todas sus fuerzas por no comportarse como un monstruo, no lo conseguía. Tenía que salir de allí, no podía soportar aquello una vez más, pero estaba demasiado débil como para intentar algo. Si pudiera controlarse cuando le inyectaban en suero… podría escapar sin problemas, pues era mucho más fuerte y más resistente… y ni siquiera los huesos rotos suponían un problema para seguir en pie, para seguir luchando.
El viejo Riley se presentó ante él.
– ¿Has dormido bien Spike? – le preguntó con sarcasmo.
El vampiro se quedó observándolo pero no dijo palabra alguna, el simple hecho de hablar le suponía una tortura.
– Tengo una noticia que darte – siguió hablando Finn – he hablado con Angelus y dentro de poco tendrás compañía.
Spike supo inmediatamente que se estaba refiriendo a Alex. En otras circunstancias se hubiese alterado, hubiese hecho o dicho cualquier cosa… habría reaccionado al fin y al cabo, pero no se sentía con fuerzas para nada… estaba débil, herido y bastante mareado debido a los malditos efectos secundarios del suero. No estaba seguro de poder aguantar otra dosis.

****

– ¿Seguro que es por aquí? – preguntó Alex.
– ¿Quieres dejar de preguntarme lo mismo cada vez que cambiamos de dirección? – contestó Ángel que llevaba el GPS en la mano, seguía las coordenadas que Riley le había dado – ya no queda mucho.
– Ángel – dijo Alex – ya estamos cerca, es mejor que me encadenes ya. No quiero que sospechen.
– Sí, es lo mejor – contestó Angel mientras le ponía las esposas de energía.

En ese momento el transmisor de Alex se activó y pudo oir la voz de Spike al otro lado.
– ¿hola? ¿me oyes?
– Sí, Spike… te oigo.
– ¿Por qué has tenido que dejar que el cabeza buque te encadene?
– Es mejor así – suspiró Alex – tenemos que asegurarnos de que nada saldrá mal.
– No me gusta – oyó que le decía Buffy a Spike – dile que así se queda desprotegido.
– Dice tu madre que…
– Lo sé – interrumpió Alex – la he oido. Pero para eso venís vosotros detrás ¿no?
– Como quieras – dijo Spike sin mucha convicción – pero ten cuidado.
– Lo tendré, tranquilos.













CAPITULO 38

Año 2103…

Ángel simulaba no tener alma delante de Riley. Alex estaba a su lado, encadenado y con la guadaña en la mano.
– Vamos… dámela ya. – dijo Finn impaciente.
– ¿Te crees que soy tonto? Antes déjame ver a mi padre.
– No, primero me das la guadaña y luego te llevo con Spike.
Alex miró de reojo a Ángel esperando a ver su reacción.
Ángel se acercó a Riley y le habló en voz baja, pretendiendo hacerle creer que no quería que Alex se enterara de lo que iba a decirle.
– Recuerda el trato – le dijo de forma amenazadora – tú te quedas el arma y yo al chico…
– Seguidme.
Riley los guió hasta la celda de Spike.
– ¡Spike! – no pudo evitar decir Alex al verlo sentado en el suelo, con la espalda sobre la pared y la cabeza cabizbaja.
El vampiro levantó la vista al oir la voz de su hijo.
– Suéltalo – exigió Alex.
– Ya ves que sigue con vida. Ahora dame la guadaña.
Riley prácticamente se la quitó de las manos sin que Alex hiciera nada por evitarlo. Luego llamó a uno de sus soldados y éste abrió la celda de Spike.
– Todo tuyo – le dijo a Alex.
Éste se apresuró en entrar y se agachó junto a su padre.
– ¡Ey colega! ¿Estás bien? – le dijo mientras lo ayudaba a levantarse.
Spike iba a contestar cuando la celda volvió a cerrarse.
– Te creía más listo – comentó Riley mientras se marchaba de allí a carcajadas. Angel lo siguió.
– ¡Eh! ¡El chico es mío! –protestó.
– Tranquilo… lo tendrás, pero antes de que te lo lleves me gustaría comprobar si es cierto lo de su sangre… dicen por ahí que hace milagros.
Angel no tuvo más remedio que seguirle el juego a Riley y se fue con él.

En la celda Alex intentaba ayudar a Spike.
– ¿Tienes hambre? – bromeó ofreciéndole la muñeca – tenía que hacer que recupera fuerzas.
Spike intentó transformarse para poder clavar sus dientes en sus venas pero estaba tan débil que no lo consiguió.
– Tranquilo, ya sabes que siempre llevo mi puñal conmigo.
Pero antes de hacerse el corte en la muñeca debía activar el transmisor.
– ¿Spike?
– Si… ¿Cómo va todo?
– Es vuestro turno – le dijo – he encontrado a mi padre pero está muy débil. Voy a darle mi sangre para que se recupere. Angel se ha ido con Riley, sigue creyendo que no tiene alma… teneis que sacarnos de aquí, estamos encerrados en una de las celdas… y no es por preocuparos pero…esto empieza a llenarse de gas.

Efectivamente así era, en unos segundos la celda estuvo completamente llena del gas y tanto Alex como Spike cayeron inconscientes.


****

Riley le había dado la guadaña a los científicos que trabajaban para él para que la conectaran a la máquina y así poder rejuvenecerse por fin.
– ¿Cuánto va a tardar?
– Tenemos que hacer unos ajustes antes de ponerla a funcionar, asi que todavía tardará un rato – contestó el científico con algo de miedo.
– Vale – contestó Finn con indiferencia.
– ¿Y ahora qué? – preguntó Angel impaciente.
– Ahora, mientras esperamos disfrutaremos de un buen espectáculo.

****

– ¿Qué pasa Spike? – preguntó Buffy.
– ¿Por qué lo preguntas? ¿Tiene que pasar algo?
– Oh vamos…lo veo en tu cara, algo no va bien. Dime… ¿es Alex? ¿Está bien? ¿Se trata de Spike?
– Lo ha encontrado pero ahora… él también está encerrado, love. Tenemos que sacarlos de ahí.
– Vale, vamos allá.

Spike y Buffy no estaban lejos del bunker, habían permanecidos ocultos en el perímetro, pero había llegado la hora de entrar en acción. Con cuidado se acercaron a la valla electrificada, Spike se acercó al soldado que estaba de guardia y antes de que se diera cuenta, caía al suelo inconsciente.
– ¡Vamos! – le dijo a Buffy para que se uniera a él.


Cuando Alex despertó no sabía muy bien donde estaba ni que había pasado. Miro a su alrededor y pudo ver que se encontraba en una sala circular. Estaba rodeado de soldados que observaban como se ponía en pie. Entonces lo vio… Spike parecía otro. Estaba transformado pero no sólo era eso. Gruñía y rugía como una animal…como un depredador que espera impaciente saborear la carne de su presa.

– ¿Spike? – dijo con la esperanza que detrás de todo aquello su padre estuviera ahí.

Pero no estaba, o si estaba no atendía a razones. El vampiro desbocado se lanzó dispuesto a aniquilar una vez más. Sin embargo en lo más profundo de su alma sabía que estaba atacando a su hijo. Quería detenerlo, no quería seguir pero el demonio lo controlaba… el suero era demasiado eficaz como para hacerle frente. Una lágrima salió de su ojo amarillo mientras golpeaba sin piedad a Alex. Acabaría con él, le quitaría la vida y no podía hacer nada para cambiar eso. En lo más profundo de su ser deseaba que Alex reaccionara y que le hiciera frente, prefería morir antes de ver como él mismo mataba a su propio hijo.

– Bueno ya está bien – dijo Ángel que estaba presenciando el espectáculo.
Agarro a Riley por el cuello y lo amenazó. Los soldados dejaron de contemplar la lucha y apuntaron a Ángel con sus armas.
– Diles que tiren las armas.
– Ya habeis oido – no tuvo más remedio que decir Finn si quería seguir con vida.
Todos tiraron las armas al suelo.
– Ahora marchaos todos de aquí…
Pero los soldados esperaban la orden de su superior.
– ¡Fuera! – ordenó Riley – es una orden.
Fue entonces cuando se quedaron solos.
– Haz que pare – ordenó, pues Spike seguía golpeando a Alex sin piedad alguna.

– ¡Oh dios! – exclamó Buffy al ver la escena que estaba presenciando.
Spike le estaba dando una paliza a Alex y éste no hacía nada para defenderse.
– ¡Buffy! – dijo Ángel – ya era hora ¿Y Spike?
– Viene detrás… se ha entretenido con unos soldados.
– ¿Buffy? – dijo Riley extrañado.
– Tienes que pararlo… – le pidió con la esperanza de que lo hiciera.
– Suéltame.
Ángel miró a Buffy pidiendo confirmación, esta inclinó la cabeza y Ángel lo entendió como un sí.
– Déjamelo a mi… tú ayuda a Alex, por favor.


CAPITULO 39

Año 2103…

Buffy se quedó con Riley mientras Ángel intentaba encontrar una forma de entrar en esa especie de ring donde Spike y Alex luchaban a vida o muerte.
– ¿De verdad eres tú? – preguntó Riley perplejo.
– Me has quitado las palabras de la boca… ¿qué te ha pasado? – quiso saber la cazadora.
– No es asunto tuyo.

– ¡Buffy! – gritó Ángel – no puedo entrar, hay una barrera.
– ¿Cómo la desconectamos? – preguntó Buffy a Riley.
De vez en cuando ella echaba una ojeada a lo que ocurría al otro lado de la barrera… pero no podía mantener la vista mucho tiempo… Alex sangraba por todas partes, si no hacían algo pronto… no habría nada que hacer.
– ¡Qué cómo la desconectamos! – gritó Buffy alterada.
– Hay… un panel de control justo allí – dijo señalando una de las paredes – solo hay que introducir el código.
Ángel pudo oirlo y rapidamente fue hacia el panel. Metió una mano y lo destrozó.
– ¿pero qué haces? – amonestó Buffy – ¡ya has oído! Bastaba con introducir el código.
– ¿Y tenía que fiarme de su palabra?
– ¿Y si ahora no…? – pero la cazadora se calló al ver cómo la barrera desaparecía.
– Buffy…
– Sí ya sé… tenías razón.
– No… Buffy, es Riley, se escapa.

Efectivamente, Riley había aprovechado el despiste de Buffy para salir corriendo hacia el pasillo.
Buffy echó a correr detrás de él y Ángel por fin pudo intervenir en la pelea.

Buffy estaba ya bien cerca de Riley cuando éste giró en una esquina, ella al girar se tropezó con Spike que iba en dirección contraria.
– ¡Spike! ¿Y Riley? –preguntó levantándose del suelo – ¿Dónde se ha metido?
– ¿Riley? ¡Eh, espera! – dijo el vampiro al caer en la cuenta – ¿ese vejestorio era Riley?
– Sí…¿has visto donde ha ido?
– Por aquí, vamos – Spike iba hacia una de las puertas que daban al pasillo.
– No Spike, yo puedo sola con él… te necesitan más al final del pasillo, créeme.

Alex estaba en el suelo recibiendo patadas de su padre desquiciado cuando Ángel logró agarrar a Spike desde atrás, dándole así un descanso. Alex consiguió incorporarse pese a que le dolían todos los huesos, se limpió la sangre de la boca con el dorso de la mano y fu a darle las gracias a Ángel pero se dio cuenta de que no era el momento, no había tiempo para eso. Spike había conseguido soltarse y ahora era Ángel el que recibía sus golpes.
– Tenemos que encontrar la forma de inmovilizarlo.
– Yo de momento estoy ocupado esquivando sus puños, piensa tu algo.
– Tengo lo que necesitais – comentó el Spike del presente que acababa de llegar.
Llevaba en la mano una pistola de dardos tranquilizantes que le había arrebatado a uno de los soldados con los que se cruzó.
Apuntó con el arma a su otro yo, pero este se movía demasiado y no conseguí fijar el blanco.
– Bloody hell… intentad que se esté quieto, así no hay manera.
Alex se acercó cojeando a Spike.
– Déjamelo a mi – le dijo – me temo que en mi estado… no puedo hacer mucho por mantenerlo quieto.
– ¿Estás bien? – quiso saber Spike.
– Sí… en un par de horas estaré como nuevo, no te preocupes.


Mientras, Riley había llegado a la sala donde estaba la máquina rejuvenecedora pero estaba desierta, asi que tuvo que ser el mismo el que la pusiera en marcha. Conectó los electrodos a la guadaña y se introdujo en la urna. Tenía que usar la esencia de la guadaña para rejuvenecerse antes de que nadie pudiera impedírselo. Además con 40 o 50 años menos tendría más oportunidades de salir de allí ileso. Cuando Buffy entró en la sala se sorprendió al ver aquella inmensa máquina en funcionamiento. Sabía cuales eran las intenciones de Riley y se juró a si misma que se lo impediría. Se puso a tocar todos los botones que tenía a mano, con la esperanza de fastidiarle los planes. Pero el cuerpo del soldado había empezado a brillar de forma intermitente dentro de la urna y de repente un flash de luz blanca iluminó la habitación. Cuando Buffy recuperó la visión vio que tenía unos diez años menos, su pelo ya no era blanco y estaba algo más delgado y fuerte. Siguió centelleando y se produjo un nuevo flash y tras él un nuevo rejuvenecimiento, ahora aparentaba unos 40 años.
– Demasiado tarde Buffy – le dijo – ya no puedes hacer nada para impedirlo.
– ¿Nunca has oido eso de… la esperanza es lo último que se pierde? – le contestó Buffy con descaro mientras seguía pulsando botones.
Se produjo otro flash y Riley ahora parecía tener unos 30 años.
– ¡Oh! – exclamó la cazadora – ¡Ya sé!
Se fue hacia la guadaña y tiró de ella arrancando los electrodos que la unían a la máquina.
– ¡No! – gritó Riley al ver que su plan se venía abajo. La máquina dejó de funcionar pero su cuerpo seguía parpadeando, al darse cuenta Finn se echó a reir – No te ha servido de mucho ¿no crees?
Entonces se produjo un nuevo flash y esta vez Riley aparentaba tan solo unos 20 años. Casi de inmediato se produjo otro flash, y Finn volvió a perder otros 10 años.
Buffy lo miró perpleja, no podía creerse que aquel niño fuera Riley, hasta la ropa le quedaba grande.
– ¿Riley?
Él al comprender lo que estaba pasando salió de inmediato de la urna. Pero eso no detuvo el proceso. Otro flash y esta vez lo que apareció ante Buffy era un niño de unos 5 años.
– ¿Qué me está pasando? – le preguntó a Buffy.
– No lo sé…debe ser porque no permití que finalizara el proceso…
Otro flash más y Riley se convirtió en un bebé de meses que lloraba.
– Oh oh… – comentó Buffy al imaginarse que vendría con el siguiente flash.




















CAPITULO 40

Año 2103…

Entre Ángel y Spike arrastraban al Spike del futuro que había vuelto a su estado normal después de que lo durmieran. Alex los seguía de cerca cuando Buffy se unió a ellos llevando la guadaña en la mano.
– ¡Spike! – dijo la cazadora acercándose a los vampiros – ¿Cómo está? – preguntó.
– Lo hemos drogado.
– Tranquila Buffy en cuanto despierte le daré algo de mi sangre y se recuperará – comentó Alex.
Ella se acercó al que sería su futuro hijo y lo ayudó a caminar, pues aún cojeaba.
– Salgamos de aquí.
– ¿Y Riley?
– Tuvo lo que se merecía.
– ¿Lo mataste? – preguntó Spike.
– Oh no… quiso rejuvenecerse pero algo salió mal y bueno… terminó siendo un puñado de células.

Los chicos abandonaron el bunker ahora desierto. Todo había acabado. Ahora sólo tenían que volver a la Resistencia y curar a Spike en cuanto despertara.
Pero no sería tan fácil, aún faltaba un problema más por resolver.

– Bloody hell…no funciona – comentó Alex.
Acababan de llegar a la Resistencia y Alex le había dado de beber su sangre a su padre ahora consciente pero no por ello en mejor estado.
– ¿Cómo que no funciona?? – preguntó Buffy.
– Que no funciona.
– Me temo que ese suero que le dieron hizo mucho más que convertirlo en un monstruo – comentó Ángel.
– ¿Lo ha vuelto inmune a mi sangre?
– No – dijo Buffy que no quería creerselo – no. Tiene que funcionar. Tu sangre es…especial ¿no? Dime que va a funcionar – le pidió a Alex.
– Me temo que tendremos que esperar a que su cuerpo se recupere solo – le dijo él.
– Eso si se recupera.
Esta vez fue el Spike del presente el que habló.
– No digas eso Spike.
– ¿Por qué no, luv? Es la verdad…míralo, mírame… estoy muy mal, sea lo que sea que hizo ese suero… no creo que vaya a mejorar, más bien al contrario.
– ¡Eh! – habló con dificultad el Spike del futuro que estaba acostado en la cama – que estoy despierto…
– Lo siento Spike – le dijo Buffy sentándose a su lado mientras le pasaba una mano por su pelo.
El vampiro empezó a toser descontroladamente y echó sangre por la boca. Luego volvió a quedarse inconsciente. Buffy miró a los chicos, sus ojos pedían que hicieran algo.
– Tenemos que hacer algo – suplicó.
– Pues tú dirás – le dijo Álex – porque lo único que a mi se me ocurre ya lo hemos intentado.
– ¿Y mi sangre? – se ofreció Buffy – soy la cazadora, mi sangre podría curarlo ¿no?
– Buffy, no te ofendas, pero mi sangre en mucho más poderosa que la tuya y no ha servido de nada.
– Pero…¿y si funciona?No puedo dejar que se muera Alex…
– ¿Quién ha dicho nada de morirse? Es un vampiro, no puede morirse.
– Se muere – confirmó Spike – no me pregunteis cómo lo sé pero lo sé… no creo que llegue a mañana si no hacemos algo.
– Maldito Riley, a saber qué tenía el suero ese!
– ¡Eso es! – exclamó Alex – Ese suero es para él como… como un veneno, tiene que haber un antídoto.
– No lo hay – le dijo Ángel – a Riley no le había dado tiempo de buscar un antídoto, aún estaba experimentando con el suero.
– No voy a dejar que muera, no te vas a morir ¿me oyes? – le dijo Buffy al Spike del futuro que deliraba en la cama.
– Buffy… – Spike se acercó a ella y le puso una mano en el hombro en señal de apoyo.
– No Spike, no voy a rendirme, nunca lo he hecho y no voy a hacerlo ahora. Encontraré la manera de ayudarlo.
– Tengo una idea – comentó Spike.
– Habla – dijo Alex impaciente.
– Existe un ritual para devolverle la fuerza a un vampiro…
– Bien ¿en qué consiste? –quiso saber Alex – Hagámoslo.
– No es tan fácil, necesitaremos… una iglesia, una noche de luna llena…
– A Drusilla – terminó de decir Buffy – y la cruz du lac.
– Spike ¿te has vuelto loco? –le dijo Ángel – pides demasiado, yo podría encontrar a Dru pero ¿cómo vamos a encontrar la cruz? Si mal no recuerdo se quedó en Sunnydale.
– Te equivocas, peach. No nos hace falta la cruz entera sólo el puñal y tenemos la forma de encontrarlo.
– Vale, este es el plan – dijo Buffy – Ángel tú trae a Dru, Spike tú y Alex volved a Sunnydale y traed la cruz esa. Por suerte hoy tenemos luna llena y la iglesia no será problema, tienen una aquí en la Resistencia.
– Buffy… – balbuceó el Spike del futuro que volvía a estar despierto.
– Dime
– Alex…su puñal… – pudo decir antes de perder el conocimiento otra vez.
Alex desenfundó su cuchillo y fue a pasarselo a Buffy, pero el Spike del presente se interpuso y lo cogió él.
– Es el de la cruz du lac ¿cómo diablos lo tienes tú?
– Lo encontramos un día y mi padre me dijo que me lo quedara… que no era un puñal cualquiera. Desde entonces siempre lo llevo conmigo.
– Drusilla debió sacarlo de aquella iglesia – murmuró Ángel – está bien, no hay tiempo que perder.
– Vamos contigo a por Dru – se ofreció Spike – necesitarás ayuda, a ella no puedes engañarla como a Riley.
Spike fue a devolverle el puñal a Alex pero este lo rechazó.
– No, dáselo a Buffy, es mejor dejarlo aquí.





























CAPITULO 41

Año 2103…

En la Resistencia Buffy sigue velando por el Spike del futuro, lleva ya un buen rato que no ha recobrado la consciencia y ella empieza a preocuparse… ¿Cómo sabrá si ya no va a volver a despertarse? No tiene pulso para comprobar si sigue con vida…
– ¿Spike? ¿Puedes oirme? – le dice al oído – si puede oirme dime algo, por favor, mueve algo.
Pero Spike seguía sin reaccionar.
– Chicos por favor – suplicó ella mirando al techo – daos prisa.


Drusilla vestía a una de sus muñecas mientras hablaba sola.
– Estoy sola… no ha venido nadie a la fiesta.
– Te equivocas, luv – dijo Spike al entrar corriendo en la habitación – papá ha vuelto.
Drusilla se giró bruscamente.
– ¡Malo! ¡No! ¡Tú ya no eres mi papi!
Se fue hacia él y comenzaron a pelear. Se dieron puñetazos y patadas y esquivaron algunas otras. Alex y Ángel aparecieron por la puerta y se quedaron observándolos.
– ¿De verdad esto es necesario? – preguntó Ángel con indiferencia mientras se cruzaba de brazos.
– No – dijo Alex encogiendose de hombros. Apuntó a Drusilla con la escopeta de dardos y le disparó al cuello.
– ¡Bloody hell! – protestó Spike, pues el dardo había pasado demasiado cerca de él – ten más cuidado ¿Quieres?
– Eso te pasa por salir corriendo y no esperarnos – comentó Ángel – no tenías por qué enfrentarte a Dru.
– ¿Y perderme la diversión? – dijo Spike mientras se limpiaba el hilillo de sangre que salía de su nariz.
– Tranquilo colega, nunca he fallado un tiro.
– Siempre hay una primera vez para todo – le contestó Spike mientras se agachaba para recoger a Drusilla del suelo.
– No sé para que has venido – le dijo Spike ha Ángel cuando pasó por su lado.
– ¿Y tú? ¿A qué viniste? ¿De mula de carga? A mí al menos me necesitabais para encontrar este sitio – le contestó mientras hizo el intento de ayudar a Spike con el cuerpo inconsciente de Dru.
– No te molestes peach, la mula de carga puede sola.
– Como quieras peliteñido – le dijo levantando ambas manos.
– No te emociones, es sólo que prefiero que sigas siendo un inútil.
– No soy un inútil, os traje hasta ella – dijo Ángel señalando a Drusilla.
– Podrías haberte ahorrado el camino, capitán frentudo – se entrometió Alex.
Ángel se volvió clavando su mirada en él, molesto. Y Spike siguió caminando mientras una sonrisa de satisfacción se dibujaba en la cara. Había educado bien al enano.
– Y tú Spike, podías haberte quedado con Buffy – el rostro de Spike cambió de repente, frunciendo el ceño – yo sólo podría haber venido a por Drusilla. Bastaba con que Ángel me indicara el sitio con el GPS, y cuando llegara dispararle con la pistola de dardos que por lo visto sólo yo sé usar en condiciones, luego yo mismo hubiera cargado con ella hasta La Resistencia.
Spike maldijo en voz baja mientras aceleraba el paso. Bloody hijo del demonio…¡pues sí le había enseñado bien!


Buffy se estaba quedando dormida en la silla que había puesto junto a la cama donde yacía Spike, de vez en cuando daba una cabezada.
– ¡Dios! – suspiró llevándose las manos a la frente mientras descansaba sus codos en sus piernas.
En ese momento Dawn entró en la habitación con algo de comida para su hermana.
– ¿Sigue igual? – preguntó con miedo mientras le pasaba la bandeja a Buffy.
– Me temo que sí…
Dawn cogió una silla y se sentó junto a ella.
– Se va a poner bien – comentó Dawn pareciendo ser convincente – ¿no vas a comer? – preguntó a ver que su hermana no había tocado la comida.
– No tengo hambre – contestó con desgana mientras que sin dejar de mirar a Spike dejaba la bandeja en el suelo.
– Buffy…
– Todo esto es tan raro… – dijo ella – míralo, es Spike pero no es él… y se muere.
– Claro que es él, es… él dentro de unos años, pero sigue siendo él y no se va a morir.
– Creo que esta vez es distinto Dawn… ha sufrido mucho… cuando nos encontramos la otra vez, cuando vine al futuro por accidente… estaba destrozado, yo ya no estaba con él, el mismo me lo dijo… no tiene una razón para vivir, para luchar.
– ¿Y Alex?
– Sí… pero ahora Alex tiene su propia familia… ¿sabes? Creo que Spike quiere morir.
– No digas eso… Spike no se rendiría tan fácilmente.
– ¿Y el enano? – preguntó Buffy cambiando de tema. No lo había visto desde que llegaron del bunker con Spike.
– Está durmiendo… pasa mucho tiempo con Maggie y la pequeña Buffy, eso si que es raro ¿no crees?
– Sí… tener que cuidar al que será el padre de tu hija…
– O jugar con un niño que será tu padre…
– ¿Maggie no va a venir a ver cómo está Spike?
– No… le hemos contado que está muy malherido – se quedó mirando el rostro de Spike, decir malherido era poco, tenía un ojo morado, la nariz torcida, seguramente tendría roto el tabique, los labios hinchados y algún que otro corte – por decirlo de alguna manera…
– Y prefiere no verlo así… Spike significa mucho para ella…la entiendo.
– Bueno – dijo Dawn lenvantandose de la silla y desperezándose – si no me necesitas aquí… me voy a la cama.
– Vale – contestó Buffy por inercia. Dawn fue a hablar pero Buffy se adelantó – cualquier cambio te aviso, tranquila.
– Si quieres puedo quedarme aquí, contigo… no tienes que pasar por esto sola, ese Spike que no es nuestro Spike – bromeó – nos preocupa a todos.
– Lo sé – dijo ella forzando una sonrisa – pero estaré bien sola, tú vete a dormir.
– Como quieras, pero cuando lleguen los chicos con Drusilla, avísame ¿eh?
– Claro.

Dawn se marchó dejando nuevamente a Buffy sumida en sus pensamientos. Entonces Spike murmuró algo y ella acercó colocando su oído junto su boca. Spike volvió a murmurar… parecía que quería decirle algo.
– Spike, vamos… – se quedó callada pensando, no sabía como referirse a él ni como tratarlo, no era su Spike, pero…¡qué diablos! Era Spike al fin y al cabo – …vamos cielo. ¿Qué intentas decir? – le dijo justo antes de besarlo en la frente.
Sin embargo Spike no parecía reaccionar a las palabras de la cazadora.
– No vas a morirte… – le decía ella mientras le acariciaba suavemente el pelo – me da igual que creas que todo se acabó… no es así, vas a salir de esta y… – Buffy comenzó a llorar, unas lentas lágrimas salían de sus ojos y se las limpió con la mano – ¿ves? Ya me has hecho llorar.
La cazadora se tumbó junto al vampiro moribundo y lo rodeó con sus brazos con cuidado de no hacerle daño al tocar su cuerpo magullado. Fue a llevar su cabeza hasta su pecho pero se arrepintió, no solo por las heridas sino porque le parecía un contacto demasiado íntimo. Así que en vez de eso hundió su cabeza en el hueco de su cuello y allí lloró como hacía tiempo que no hacía.
– No te rindas cariño – le dijo con la voz rota por el llanto – aguanta hasta que hagamos el ritual… por favor.
Y así la cazadora continuó abrazada a Spike que ahora volvía a murmurar, esta vez algo más claro.
– Buffy… – hizo una larga pausa y después continuó – Qui, quiero… vivir.
Pero ella no pudo oirlo ya que hacía bastante rato que se rindió al sueño que la rondaba.


Cuando los chicos llegaron con Drusilla Angel y Alex se la llevaron directamente a la iglesia, tenían que darse prisa. Spike fue a buscar al otro Spike y a Buffy que conociendola no se habría separado de su lado en todo el tiempo.
Al entrar en la habitación algo se removió en su interior. Verse a si mismo rodeado por los brazos de su cazadora… era extraño pero al mismo tiempo le gustaba. Ese que estaba allí tumbado era él, lo sería en unos años… no podía ni imaginarse el dolor por el que tendría que pasar cuando Buffy le faltara. Era una suerte que ella estuviera allí ahora, cuidandolo. Se acercó a la cama y depositó un suave beso en los labios de su amada.
– Despierta, luv.
Buffy abrió los ojos y al ver a Spike observándola sentado en el borde de la cama, lo primero que pensó es que el Spike que yacía en la cama se había despertado, entonces sintió que sus brazos lo tocaban y esa idea se esfumó.
– Spike… – le dijo mientras se levantaba de la cama incómoda porque él la hubiera visto durmiendo abrazada al otro Spike.
– Eh! – bromeó él – ¿no me estarás poniendo los cuernos conmigo mismo, verdad?
La cazadora resopló al mismo tiempo que dejaba escapar unas risas.
– Tecnicamente no sería “ponerte los cuernos” ¿no? Eres tú.
– Pues si quieres cuando se recupere podríamos hacer un trío.
Ese era su Spike, bromeando cuando no tenía que hacerlo y diciendo tonterías, pero esas tonterías conseguían animarla.
– Anda vamos tonto… hagamos ese ritual cuanto antes.












CAPITULO 42

Año 2103…

El Spike del futuro estaba tumbado junto a Drusilla sobre el altar de la iglesia, ambos estaban inconscientes.
Spike creía recordar las palabras que tenía que decir, pero había pasado tanto tiempo…que temía equivocarse y que alguna cosa no saliera bien. Buffy estaba a su lado y se dio cuenta de que algo rondaba por la mente del vampiro.
– ¿Seguro que recuerdas como se hace?
– Sí – dijo él saliendo de su trance – no te preocupes… todo saldrá bien.
Él la besó en la sien y se adelantó. Había llegado la hora.
Alrededor del altar estaban todos menos Maggie que había preferido quedarse con los niños.
– Cuando quieras, Spike. – le dijo Alex incitandolo así a que empezara con el ritual.
El vampiro empezó a dar vueltas alrededor del altar con una lampara de incienso en la mano.
– Éligor, yo te conjuro, rey de la guerra – decía haciendo que su voz retumbara en toda la sala – de los envenenadores, de los parias y de la obscenidad. Éligor, desdichado maestro de la decadencia, tráenos tu medicina negra. Ven y restaura a tu hijo más… – se detuvo un instante antes de seguir, aquel ritual no tenía previsto que el vampiro tuviera alma, se encogió de hombros con indiferencia y continuó, al fin y al cabo, sí que había sido así, hace ya mucho tiempo – …impío y más asesino. Resurgió de la sangre del amo y de la sangre del amo volverá a resurgir.
En el mismo instante en que terminaba de pronunciar aquellas palabras Alex atravesó las manos unidas de Spike y Drusilla con el puñal haciendo que un destello iluminara la habitación. Al desaparecer, la fuerza de Drusilla se transmitía a Spike.
– ¿Y ahora qué? – quiso saber Dawn.
– Ahora a esperar – contestó Spike ausente volviendo junto a Buffy y rodeándola por la cintura.
Después de un rato Drusilla dejó de emanar fuerzas. Ángel se acercó a ella, le quitó el cuchillo de la mano y la tomó en brazos. Se sentía responsable de ella, él la creo, y no creía que mereciera morir, pero tal vez era mejor así, al menos lo hizo para salvar a Spike, fue una especie de sacrificio forzoso, pero un sacrificio en cualquier caso.
– Voy a llevarmela de aquí – dijo Ángel saliendo de la iglesia.
Alex se acercó a su padre que seguía tumbado.
– ¿Spike?
El vampiro abrió los ojos lentamente, como si estuvieran apuntándolo directamente con un rayo de luz.
– ¡Au! – dijo llevándose la mano a la cabeza mientras se incorporaba.
Todo le daba vueltas, las heridas habían ido curándose milagrosamente y ahora solo tenía algunos moratones y cicatrices que pronto desaparecerían también.
– ¿Cómo estás? – preguntó Alex sentándose a su lado.
– Recuperándome… dame un segundo.
– Claro.
Alex cruzó una mirada con Buffy y sonrió. Su padre estaba bien, se había curado.
– Voy a contarle a Maggie que todo ha ido bien – comentó – ¿Viene alguien?
– Sí, voy contigo – contestó Willow.
– Yo también – dijo Dawn.
Alex y las dos chicas salieron y Buffy miró al Spike que estaba a su lado, luego volvió la cabeza hacia el Spike que intentaba ponerse en pie.
– Ve con él – le dijo Spike – lo estás deseando.
Ella lo miró agradecida y lo besó en la mejilla.
– Te quiero – fue lo único que dijo antes de alejarse.
Spike se llevó las manos a los bolsillos y comenzó a caminar hacia la salida. Todo aquello era muy complicado…demasiado.


– Deja que te ayude – dijo la cazadora ofreciéndole su apoyo al vampiro. El pasó un brazo por encima de sus hombros y así consiguió ponerse en pie – me alegro de que estés bien.
– Lo sé.
– Dile a tu perro lazarillo donde quieres ir – bromeó ella.
– Estoy magullado, no ciego, luv. Y para ser un perro estás muy guapa – le dijo él de una forma sensual, acariciando las palabras.
Buffy sonrió para dentro, era Spike ¿qué esperaba? Si no se comportara así no sería él.
– El perro te va a dar un mordisco como sigas por ahí. ¿Quieres ir a alguna parte o me vas a tener aquí toda la noche?
– Allí – dijo señalando con la cabeza una pequeña puerta que daba a una especie de jardín interior. Con la ayuda de Buffy consiguieron llegar hasta allí y él se sentó en uno de los bancos que rodeaban la pequeña fuente sin agua que allí había.
– Gracias – dijo él – por sacarme de ese infierno… y por quedarte a mi lado todo el tiempo.
– No tienes que darlas, lo hice con mucho gusto y lo volvería hacer.
– Pero no tenías porqué hacerlo…quiero decir que yo no… no soy…
– No digas nada más – le dijo ella sentándose a su lado – hice lo que tenía que hacer… tú habrías hecho lo mismo en mi lugar.
– Si te soy sincero… por un momento pensé en dejarme ir… quería que todo el sufrimiento acabara. No sólo el físico, sino también el de aquí – dijo Spike llevándose la mano hasta su corazón inerte.
– Spike yo…
– No – interrumpió él – déjame acabar.
– Está bien.
– Conocerte ha sido lo mejor que me ha pasado en estos doscientos y pico de años. No tuvimos un principio fácil pero sí un final feliz. Me diste mucho más que tu amor…me diste a Alex y ahora la pequeña Buffy es mi razón para vivir. Adoro a esa niña, quiero verla crecer, jugar, reír… verla vivir al fin y al cabo. Sé que a ella también la veré irse, y a todos los que vengan después. Quiero decir, que podré soportar vivir eternamente sin ti, siempre y cuando haya pequeñas Buffys y pequeños Spikes viniendo al mundo… yo estaré con ellos, con todos y seré feliz porque sabré que están ahí porque tu y yo nos quisimos, en algunos veré tu sonrisa y en otros tus ojos… y pese a que ya no estés conmigo… jamás te olvidaré, porque te quiero Buffy… te quiero como jamás imaginé que podría querer a alguien.
Las lágrimas comenzaron a salir de los ojos de ella.
– Lo siento…ya te he hecho llorar otra vez – le dijo él con ternura mientras se entretenía en limpiarle la cara.
– Spike… yo, yo… no sé que decir… tú no eres… y yo no soy…
– Entonces no digas nada. Simplemente deja que te abrace.
Spike la rodeó con sus brazos y la atrajo hacia sí, acunándola.
– Voy a hacer algo más que eso, cariño.
Ella levantó la vista y cruzó su mirada con la de él. Lentamente se acercó a sus labios. Dejó que los suyos lo rozaran, con precaución y luego depositó un suave beso en ellos. Spike entreabrió su boca invitándola a entrar y ella aceptó la invitación. La cazadora conocía tan bien aquellos labios… su sabor, su tacto, que por un instante se olvidó de que ella no era su Buffy y de que él no era su Spike y se dejó llevar, ambos lo hicieron, prolongando aquel beso lleno de amor, de pasión y de ternura.












CAPITULO 43

Año 2103…

Había llegado el momento de despedirse, ellos ya no tenían nada que hacer en aquella época, todo se había arreglado. Las cazadoras volvían a ser libres, La Iniciativa había sido destruida, y Ángel volvía a ser uno de los buenos. Debían volver al presente, pero antes… tenían que despedirse de aquellos que serían su familia.

– Bueno chicos… ha llegado la hora de decir adios – dijo Alex que llevaba a su hija en brazos.
– Sí, otra vez – comentó Buffy recordando aquella otra vez que se despidieron. Era un momento muy similar solo que ahora eran ellos los que se marchaban.
– Os voy a echar mucho de menos – dijo Dawn mientras se abrazaba a Maggie.
– Y yo a vosotros…
– ¿Ya te despediste de Spike? – preguntó Willow a Buffy, pues el vampiro no estaba allí.
– Sí, anoche… – contestó ruborizada al recordar el beso de la noche anterior.
– Mami…¿y el otro papá? – preguntó el pequeño William que iba de la mano de su padre.
Buffy se agachó y le habló con dulzura.
– El otro papá está descansando, cariño – mintió Buffy. Lo besó en la cabeza y se incorporó. Realmente no sabía donde se había metido Spike… seguramente le pareció demasiado doloroso despedirse.
– Vámonos ya – dijo Alex pasándole la niña a su madre.
Alex debía ir con ellos para traerse de vuelta los transportadores.
– No! Quero papi – protestó la pequeña Buffy.
– Papá viene ahora cielo – le dijo él besándola en el pelo.

Todos se abrazaron y se terminaron de despedir con besos y lágrimas. Cuando ya estuvo todo dicho, la pandilla viajó al presente y aparecieron todos en las afueras de la casa de Willow.

En el presente…

– En fin… – suspiró Alex – será mejor que me vaya cuanto antes.
– Espero que todo os vaya bien – comentó Spike.
– Gracias, seguramente así sea… poco a poco todo volverá a la normalidad.
– ¡Dios! – exclamó la cazadora – te voy a echar muchísimo de menos.
– No será para tanto… además mi otro yo te tendrá bastante entretenida.
– Te quiero Alex – le dijo Dawn mientras lo abrazaba – eres mi sobrino favorito.
– Soy el único que tienes – bromeó Alex al separarse de Dawn y se fue hacia Willow.
– Adios Willow… – le dijo dandole un abrazo – suerte con todo. Dadme los transportadores – pidió.
Los chicos le hicieron caso y Alex activó uno de ellos.
– Os quiero, a todos. – dijo antes de que el remolino se lo llevara al futuro.

Año 2103…

Spike fumaba tranquilamente un cigarro cuando Stella apareció tras él.
– Hola.
– Ya estás mejor ¿eh? Siento que te capturaran por mi culpa. Te distraje y Ángelus aprovechó la ocasión.
– No te preocupes – dijo exhalando el humo del cigarrillo – ¿Qué sabes de Ángel?
– No mucho, sé que se marchó con el cuerpo de Drusilla, supongo que querría enterrarla o algo así ¿no? Me alegro que se fuera, no me cae muy bien. Además, ni siquiera me pidió perdón por beber de mi – dijo la chica llevándose la mano al cuello.
Spike suspiró mientras jugueteaba con un pequeño artefacto que tenía en sus manos.
– ¿Qué es eso? – preguntó Stella.
– No es nada – contestó guardándoselo en el bolsillo.
Alex se lo había dado esa misma noche, le dijo que él ya había visto el suyo… un mensaje de Buffy, de su Buffy. No se veía capaz de verlo… y sólo podría hacerlo una bloody vez.
– Voy a ver a las chicas – dijo Stella pues el vampiro parecía querer estar solo.
Desde que regresó a La Resistencia ella había tomado el mando respecto a las nuevas cazadoras. Se encargaba de entrenarlas y enseñarles todo cuanto sabía.

En el presente…

Spike, Dawn, Buffy y el pequeño William acababan de llegar a su casa.
– Hogar dulce hogar – comentó Spike para romper el hielo.
Todos habían estado muy callados durante el camino.
Dawn, nada más llegar cogió el teléfono y se fue directamente hacia su cuarto cerrando la puerta tras ella. Necesitaba hablar con Peter.
Spike se dejó caer en el sofá y apoyó los pies en la mesita. Nunca pensó que echaría tanto de menos aquella casa.
El pequeño Alex se fue corriendo hacia su habitación y se quedó allí jugando con algunos de sus juguetes. Buffy después de asegurarse de lo que su hijo estaba haciendo, se fue al salón y se sentó junto a Spike.
– De vuelta a la rutina ¿eh? – comentó.
– ¡Bendita rutina! – exclamó él mientras le pasaba un brazo por encima de los hombros a la cazadora.

Año 2103…

Después de llevar un rato a solas pensando que hacer con el bloody holograma, Spike pensó que o lo veía ahora o no lo haría nunca, así que lleno de aire sus pulmones pese a que no lo necesitaba y activó el holograma. A los pocos segundos tenía a Buffy frente a él.

Hola cariño ¿Cómo te va todo sin tu adorada cazadora? Espero que me estés echando de menos ¿eh? – bromeó amenazando con el dedo – Bueno, si me estás viendo ahora es porque os habéis encontrado con Willow ¿Cómo está? ¿La ves muy vieja? Me dijo que había conseguido la manera de alargar bastante su vida, le pedí que hiciera lo mismo conmigo…ya sabes, para retrasar un poco el momento en que te libres de mí… y pasar más tiempo con mis dos chicos… pero me dijo que no podía hacerlo, que únicamente tenía el poder con ella misma.
En fin – suspiró – la verdad es que no sé que más contarte… me pareció buena idea eso de enviaros un mensaje, me hacía ilusión así que… aquí estoy… no sé cuanto tiempo pasará hasta que veas esto, ni siquiera sé si llegarás a verlo, tampoco sé que me deparará el futuro, pero sí sé que mientras lo comparta contigo, seré feliz. Te quiero tanto… y tiene gracia ¿sabes?, estuve tantos años buscando esa luz al final del túnel y resulta que todo el tiempo eras tú… un vampiro, un alma inmortal, mi luz era un ser de la oscuridad, un habitante de la noche…y ¡dios! Me están entrando unas ganas enormes de… ya sabes, así que voy a despedirme ya para ir a buscarte, estás durmiendo, pero no te preocupes, hoy vas a tener uno de esos despertares que tanto te gustan.

Buffy desapareció del ángulo de visión pero rapidamente apareció de nuevo.

– ¡Ah! Y no lo olvides… ¡Spuffy forever!


FIN



EPILOGO.

Año 2103…

Todo estaba oscuro, no se vería nada en absoluto a no ser por una antorcha que ardía en el suelo, junto a ella se podía distinguir un cuerpo, una persona que había perdido la vida allí mismo. La poca luz que salía de aquel palo en llamas lograba iluminar el cadáver, seguramente alguien le había roto el cuello pues tenía la cabeza en un ángulo imposible.
– Mi ejercito despertará – se oyó que dijo alguien – ningún guardián de una raza tan inferior podrá detenerlo.
Su voz retumbó en las paredes, haciendo que se distorsionara… ¿o realmente el sonido que salía de su garganta era así?
Se encontraba lo bastante apartado de la antorcha como para poderse distinguir con claridad al que había hablado. Lo más probable es que se tratara del asesino, del que acabó con la vida de aquella victima. Se oyeron unos pasos, se acercaban a la luz. Se detuvo junto a ella. Fue entonces cuando se pudo apreciar con detalle, vestía una extraña vestimenta de cuero de color rojo. Se agachó y recogió lo único que en aquella cueva podía iluminar el camino. Las llamas dejaron ver que se trataba de una chica, con el pelo largo y betas azules, y con unos ojos que tenían grandes iris del mismo color.
Caminó despacio por aquel pasadizo, por aquella cueva en forma de túnel. Y lo hacía con elegancia y aires de superioridad al mismo tiempo. Se movía como si aquel cuerpo no le perteneciera, como si fuera un contenedor de su esencia, una concha.
Y por fin llegó a su destino, el angosto pasillo se expandió dando paso a una amplia caverna, atravesada por un puente. Una luz blanca, pura, venía de abajo, de lo más profundo de aquel sitio. Antes de abandonar el túnel dejó que la llama de la antorcha se apagara en un recoveco lleno de agua. Luego siguió caminando hasta que estuvo justo en la mitad del puente. Se acercó a la baranda y miró hacia abajo, hacia el agujero que atravesaba el mundo de parte a parte, hacia el pozo más profundo. Infinitos ataúdes podían verse en aquel sitio, las innumerables esencias de los demonios más antiguos descansaban allí, obligados a permanecer encerrados en esas arcaicas tumbas que eran sus cárceles.
La extraña chica de cabello y ojos azules se deshizo del guante que cubría su mano izquierda y realizó un corte en su piel descubierta. Se quedó observando con detenimiento como la sangre era vertida, cómo seguía lentamente las líneas de la mano, por cómo miraba, parecía que fuera la primera vez que veía una herida sangrante y sin embargo no lo era. Muy despacio estiró el brazo, levantando primero el codo, con un extraño movimiento dejando que el líquido rojo se escurriera por sus dedos y se derramara hacia aquel pozo sin fin. Fue entonces cuando habló de nuevo.

– La humanidad sucumbirá ante nuestro poder. El mundo volverá a ser nuestro. Por fin seréis libres. Despertad. Illyria vuestro rey os lo pide. Despertad y encontrad un contenedor humano, sólo así recuperaremos lo que es nuestro, mi reino resurgirá de sus cenizas.

Todos y cada uno de los sarcófagos se activaron al mismo tiempo, el sello que los mantenía cerrados se había abierto ante las palabras de su rey, liberándose así sus esencias que flotaron en el aire, vagaron por él, con lentitud al principio pero luego fueron cogiendo velocidad y viajaron hacia el túnel, hacia la salida, con la intención de abandonar su encarcelamiento para siempre, de hacer aquello que les había dicho su liberador. Los Antiguos habían despertado.


Alex despertó bruscamente bañado en sudor. Miró a su lado y pudo ver a Maggie durmiendo placidamente junto a él, ajena a todo. Se trataba de un sueño, sólo un sueño, pero tan real… que temió lo peor. Se sentó en el borde de la cama y se llevó las manos a la cabeza.
– ¡Dios no! Que no sea premonitorio, por favor – susurró intentando convencerse así mismo.


Continuará en… 3adds3 “Un nuevo pasado”.

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